«No podemos forzar la presencialidad y ser un foco de contagios»
La ULPGC afronta un año electoral en plena crisis del coronavirus. Su rector espera repetir en el cargo para dar «estabilidad» a la institución
En estos tiempos de pandemia Rafael Robaina «siente» que debe presentarse para ser reelegido rector de la ULPGC por «responsabilidad».
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–Todo el alumnado canario de la enseñanza no universitaria va a clase y en la ULPGC la presencialidad no llega al 50%. ¿Los centros de la universidad han hecho el esfuerzo suficiente?
–El porcentaje es mayor, vamos a más. Esta semana ya empezaron en Economía, Empresariales y Turismo primero y segundo, en Ingeniería ya hay bastante de presencialidad... Nosotros estaremos ahora sobre un 60%, pero no podremos superar el 70% por las infraestructuras y por el profesorado. Creo que no se nos puede pedir más. La universidad tiene una buena plataforma 'online' que ya nos vino bien en marzo y ahora hay equipamiento para que el alumnado pueda seguir las clases. Considerando que nuestro estudiantado forma parte del sector que más puede propagar el virus, porque en su mayoría son asintomáticos, no deberíamos forzar más las infraestructuras universitarias, porque no son las clases el problema, es el pasilleo. Hay centros como el de Ciencias de la Educación con pasillos muy estrechos. Allí se han hecho todos los esfuerzos y tienen la presencialidad que se puede tener y al menos todo el alumnado tiene dos días a la semana. La consigna era que las clases se dieran, porque tenemos los medios para hacerlo, y me consta que hay un nivel altísimo de cumplimiento de los horarios y la actividad docente. Si es presencial o no depende de las infraestructuras y nuestras posibilidades pero sin forzar, porque de ninguna manera podemos convertirnos en un foco de contagios. Las clases son seguras pero los entornos universitarios no lo son tanto.
ELECCIONES AL RECTORADO«Si antes quería repetir ahora siento que debo hacerlo; hay que estabilizar las constantes vitales de la universidad»«La previsión es que se vote a mediados de febrero»«No preveo otras candidaturas; en esta situación, yo no lo haría»PANDEMIA«No creo que tengamos una situación normalizada hasta el curso 2022-23»PROYECTOS DE FUTURO«Quiero construir la mejor facultad de Educación europea»
–¿Qué impacto ha tenido el virus en la comunidad universitaria?
–El alumnado está bastante concienciado y las cosas están marchando bien. Desde agosto ha habido 15 casos reportados de, que no en, la universidad, de trabajadores o algún estudiante.
–¿Ha agudizado la pandemia los problemas de infraestructura?
–Sí, porque nosotros tenemos lo que tenemos. Hablaba antes de Ciencias de la Educación y ahí cabe lo que te cabe. Si nosotros recuperamos el cien por cien de presencialidad recuperamos los problemas que teníamos prepandémicos. Yo creo que esta universidad necesita una buena facultad de Educación, por ejemplo, para sacar del Obelisco el centro que tiene más años con un concepto diferente. Quiero construir la mejor facultad de Educación de Europa, con un proyecto internacional, en el campus de Tafira. Se propondría el concurso internacional que conjugara la nueva arquitectura de la educación para ensayar espacios donde se puedan hacer todo tipo de actividades. Sería un laboratorio para el resto de la universidad.
–Eso suena a promesa electoral...
–Claro [risas]. Yo ya he dicho que me quiero quedar y que me voy a presentar. Y esta es una idea con la que veníamos trabajando...
–Ya había dicho antes de la pandemia que se presentaría para ser reelegido rector. ¿El covid no le ha hecho dudar de la decisión?
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– Ahora tenemos la pandemia y sobre todo lo que necesita esta universidad es estabilidad. En esta situación por responsabilidad creo que tengo que seguir, es la sensación que tengo. Si antes quería repetir ahora siento que tengo que hacerlo. Ahora hay que estabilizar las constantes vitales de la universidad para luego ver si queda algún tiempo para ejecutar algunos planes que teníamos. La nueva legislatura estará salpicada, además de ese trabajo básico de estabilización, de algunas cosas que podamos ir avanzando en lo que nos permita esta situación. Yo no preveo que tengamos una situación normal hasta el curso 2022-23 como pronto, pero de ninguna naturaleza, ni económica, ni académica, ni de nada. Vamos a estar con este virus unos años.
–¿Cuándo se celebrarán las elecciones al Rectorado?
–Creo que no deberíamos pasar de febrero del año que viene para que estén celebradas, porque un periodo en funciones en esta situación es una muerte a pellizcos.
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– ¿Cuando se convocará el Claustro para aprobar el calendario electoral?
–Lo haremos en noviembre para que la comunidad universitaria vote a mediados de febrero, esa es la previsión. Mi intención es pedir los permisos sanitarios para hacerlo presencial y a lo sumo con voto por correo, como ya está establecido, porque no podemos estar inventando cosas porque no hay garantías para el voto electrónico. Si lo tenemos programado para el día que sea de febrero y no se pudiera hacer por la pandemia, lo pospondremos, pero solo el día de la votación. El resto, campaña y todo eso, lo haremos.
–No se conocen posibles candidaturas que se enfrenten a usted. ¿Cree que esta situación de crisis le dejará sin oponentes?
–Sinceramente, yo no lo haría. Si yo empezara de nuevo no me presentaría, no lo vería un momento adecuado. Cualquier equipo que empiece ahora no va a tener tiempo de ejecutar un programa más allá de mantener esto vivo. Yo entiendo que nosotros que ya llevamos un recorrido podemos alargarlo y aderezar y dar un poco de lustre a una segunda etapa. La universidad se caracteriza por el debate y que te presentes tú solo no te da carta de reelegido y puede llegar un momento de no elegirte. Pero como candidaturas no estoy viendo nada y ya a estas alturas suele haber movimiento, por eso a día de hoy no preveo que las haya. Yo creo que la universidad responsablemente está diciendo 'más vale malo conocido que saque esto adelante...' [ risas] En serio, no creoque piensen esto de mí... Yo creo que sí habrá gente que haría cosas distintas a mí pero piensan que no es el momento. Presentar una candidatura sólida requiere mucho trabajo, meses como mínimo.
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– Ha optado por hacer un acto de apertura de curso, ¿se enmarca en el inicio de la campaña?
– No. Será un acto pequeño. No tendrá la solemnidad del acto tradicional por estos tiempos de pandemia. Hemos decidido hacerlo porque significa ya la normalidad, que no la teníamos en septiembre, con una situación de la pandemia que nos sorprendió a todos, y en octubre todavía estábamos como quien dice tendiendo la ropa. En noviembre se da la calma suficiente para decir ahora sí que el curso empezó, es solo eso.
–Usted y la rectora de La Laguna se reunieron en septiembre con el presidente del Gobierno canario para decirle que si hubiera recortes presupuestarios no podrían abrir. ¿Es alarmismo para que les hicieran caso o peligra de verdad el sistema universitario?
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–No es alarmismo, es la realidad. Por diferentes problemas en las dos universidades, en el caso nuestro por falta de profesorado. Nosotros necesitaremos contratar a cien más además de los más de doscientos contratados en estos tres años. Y tienen que estar aquí en 2025, que es cuando se prevé el pico de jubilaciones. Lo que le decíamos al presidente es que al menos nos dejara en financiación como estamos, es inviable un recorte. Y parece que seguiremos como estamos. Las universidades hemos venido trabajando y no nos hemos quejado, pero ahora estamos en un punto de quiebra en el sentido de que nos cuesta encontrar profesorado, tenemos una tasa de sustituciones muy lenta, y todo eso ha tensionado mucho la comunidad universitaria. No ha habido año en los últimos cursos donde no empecemos un semestre u otro con problemas de profesorado. Cada jubilación es un drama. Nuestra estrategia no es aumentar la temporalidad, sino tener gente estable. Y la pandemia nos ha cogido en mitad de esta tormenta. Una universidad muy tensionada que ya venía con unas necesidades básicas de funcionamiento, unos esquemas plurianuales de financiación inexistentes, un concepto político y social que intentábamos cambiar y de repente una pandemia que nos deja a todos son poder discutir nada, aturdidos. La rectora de La Laguna y yo lo que le dijimos al presidente es que es grave la situación, porque también veníamos de muchos años de castigo a todas las universidades del país.
–¿Ya ha recibido la ULPGC su parte del fondo covid?
–Nos han anunciado varias dotaciones. Lo último que tengo de gerencia es que ya nos han adelantado un millón de euros, pero que van a darnos el dinero que nos hemos gastado. Seráprácticemente lo mismo para cada universidad. Las dos universidades públicas canarias son casi gemelas, el mismo alumnado, hay más profesorado en La Laguna que es el que nosotros necesitamos, pero vamos a tener gastos en sí básicamente los mismos. Y otra alegría, entre comillas, es que nos van a permitir un déficit equivalente a nuestros gastos covid.
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–¿Le molestó el informe del Consejo Social advirtiendo de que la ULPGC ya está en déficit?
–No, en absoluto. Yo ya venía pidiendo que se dijeran las cosas claras. Había que explicar que nosotros ya estamos en necesidades de financiación, que estamos a cero, que teníamos seis millones en positivo dentro del balance general una vez puestos los proyectos de investigación, pero eso no se puede poner para profesorado, y en eso estamos a cero. Agradezco al Consejo Social que haya puesto las cosas claras, que esta universidad tiene necesidades de financiación.
–¿Cuándo se pagarán los sexenios de transferencia?
–Espero que en noviembre. Le he pedido a la Dirección General de Universidades un aval legal para pagarlo, ya lo tengo, y tengo los dineros. Sabemos que la transferencia es importante, pero son cargas de crecimiento vegetativo que tienen que venir con ficha financiera porque si no es tirar mucho de las arcas de las universidades. No se puede hacer politica de cartón, si hay incentivos tienen que pagarlos quien lo propone.
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–¿No cree que puede parecer contradictorio hablar de problemas de financiación y que haya profesores eméritos a los que se les paga hasta 3.000 euros mensuales además de su jubilación?
–Está así en un decreto desde el año 2002. Ya en 2019 dije que teníamos que parar y cambiarlo. El Gobierno lo va a adaptar y lo va a dejar en un equilibrio entre la dignidad de las personas y lo que se puede permitir la universidad. Habrá una cantidad fija para que nos dé para todos los eméritos que podamos con un sueldo que no escandalice. Se revisará, pero me gustaría que la figura del emérito no se viera como una persona jubilada que viene a ver la obra. En algunos casos captan más fondos que lo que reciben, porque solo su nombre de prestigio nos da proyectos de investigación millonarios. Es una figura legal y establecida. No creo que los eméritos estén aquí por un problema de dinero y lo van a seguir haciendo igual. Es una figura que hay que aprovechar y no perder carreras académicas muy brillantes.
–Criticó al Gobierno canario por no contar con las universidades para el plan de reconstrucción. ¿Le han hecho caso?
–Lo que he dicho es que me sorprendió el documento y que no se contara más con nosotros. He de decir que esta semana he recibido un mensaje del presidente del Gobierno diciendo que contarán con nosotros. Tienen nuestros proyectos sobre la mesa. Queremos trabajar en la creación de empresas tecnológicas, calculamos que unas 50 a partir de las ideas generadas en doctorados, proyectos de investigación, patentes o registros de marcas que tengamos las universidades.
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