El impacto emocional de la epidemia satura los gabinetes psicológicos de las islas
Los consultas privadas están dando cita para dentro de dos y tres meses. El sector público no tiene capacidad para abordar tantos cuadros de ansiedad y depresión
El impacto de dos años de pandemia sobre el equilibrio emocional de la ciudadanía ya está aquí y los gabinetes psicológicos privados de Canarias no dan abasto para atender a quienes presentan trastornos psicológicos derivados de esta anómala situación. Así, según el segundo Estudio Internacional AXA sobre Salud Mental, el 43% de la población española está emocionalmente mal o muy mal, el 58% está estresada y el 40% está lidiando con la depresión.
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«Hemos detectado que, con esta situación, todos los sectores de población han resultado afectados en mayor o menor medida», señala el decano del colegio de Psicología de Las Palmas, Francisco Javier Sánchez Eizaguirre, que subraya que el aumento de los casos de depresión y de ansiedad están suponiendo una carga de trabajo muy alta en el sector de la psicología clínica privada.
Esto sucede -afirma el experto- porque el sector público no puede dar respuesta a la atención de estos trastornos. «No son tanto enfermedades mentales como situaciones que necesitan de una respuesta adaptativa. Esa respuesta debería orientarse en Atención Primaria, pero normalmente se derivan a estos pacientes a las unidades de salud mental y no pueden darles respuesta porque están saturados», relata el representante de los psicólogos de Las Palmas.
Por ello, esta demanda de atención especializada desemboca en los gabinetes psicológicos privados. «No tengo datos concretos, pero lo que me cuentan los colegas es que están saturados. En el sector privado no dan abasto, por eso insistimos en la necesidad de que la figura del psicólogo clínico se incorpore a la Atención Primaria», manifiesta Sánchez.
En este punto coincide Enrique González Camacho, presidente de la Federación de Salud Mental de Canarias que aglutina a seis asociaciones enfocadas en el abordaje patologías mentales. «La presencia de la psicología clínica en Atención Primaria sería importante. Muchas veces la persona puede ser orientada hacia diferentes recursos, como el movimiento asociativo, donde pueda desarrollar inquietudes y proyectos que redunden en su salud mental», afirma.
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Y es que la pandemia ha hecho mella en la estabilidad emocional de gran parte de la población. Los múltiples estudios realizados sobre este impacto, desde el inicio de la crisis sanitaria hasta la última ola, concluyen que los trastornos psicológicos se han triplicado, detalla el catedrático de Psicología Clínica de la Universidad de La Laguna (ULL), Wenceslao Peñate. El dato positivo es que la mayoría de los afectados presenta sintomatología leve o moderada, lo que permite realizar un buen abordaje de estos trastornos del espectro emocional, añade Peñate quien colabora en una consulta privada que está citando a los pacientes para dentro de dos o tres meses. «Los médicos de Atención Primaria son magníficos. Hacen un esfuerzo para llegar hasta donde pueden. Son la primera fuerza de choque pero no tienen la formación adecuada ni tiempo para atender a tanta gente», lamenta.
Tampoco la sanidad pública se ha dotado de un dispositivo facilitar el duelo a quienes han perdido a sus parientes por covid. «Los procesos de pérdida están socialmente muy elaborados. Hay una liturgia. Que sentirse acompañados y despedirse del ser querido no se pueda seguir haciendo genera mucho estrés. No darle una respuesta puede provocar una disociación y desórdenes de carácter piscológico y social», explica Sánchez.
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No obstante, Peñate es optimista y afirma que, en general, las personas afectadas se recuperarán bien, aunque habrá que lamentar la cronificación de problemas, como adicciones al alcohol o a sustancias, y el deterioro cognitivo en los mayores.
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