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El Gobierno estudia que maltratar a la mascota sea una agravante de la violencia machista

El Gobierno estudia que maltratar a la mascota sea una agravante de la violencia machista

La ministra Belarra defiende que el alejamiento judicial debe incluir a estos animales para evitar que el agresor siga mortificando a la víctima a través de ellos. Más de la mitad de las mujeres con animales de compañía no denuncian a su pareja por miedo a que se vengue con ellos

Isaac Asenjo

Madrid

Lunes, 19 de julio 2021

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Muchos maltratadores utilizan con las víctimas de violencia machista el vínculo sentimental que tienen hacia su mascota para sembrar el terror en ellas. Agredidas sin recibir un golpe, mediante lo que se conoce como violencia ampliada. Una forma sutil y apenas perseguida de causarles un gran dolor. La ley de violencia de género no recoge a los animales de compañía como parte del núcleo familiar que protege, pero son muchos quienes consideran a estos parte fundamental de sus vidas.

La ministra de Derechos Sociales anunció hoy que el Gobierno estudia promover una reforma del Código Penal para que el maltrato a la mascota sea una circunstancia agravante en los casos de violencia de género. «Vamos a promover una modificación que permita introducir como agravante el daño o la amenaza que se ejerza sobre los animales hacia una persona con la que se haya tenido una relación de afectividad, y específicamente en casos de violencia machista», subrayó Ione Belarra. Como complemento, la ministra cree que habría que establecer por ley que cuando el juez tome medidas cautelares en los casos de violencia de género, con protecciones como es la orden de alejamiento, acuerde también un decomiso preventivo de los animales de compañía del hogar. Que ordene que las mascotas salgan de la casa con la víctima, bien para vivir con ella o para ser llevadas temporalmente a un centro de acogida, pero en cualquier caso para colocarlas fuera del alcance del agresor.

Refugios temporales

No se trata de algo caprichoso. La ministra de Igualdad, Irene Montero, presente en el mismo acto, dio dos datos que se comentan por sí solos. El 80% de las maltratadas con mascotas asegura que sus agresores amenazan con hacerles daño para mortificarlas. Y, lo que es peor, hasta un 54% de ellas no denuncia a su verdugo por miedo a sus represalias sobre estos animales.

Existen numerosos casos documentados en los que el agresor daña a los animales con los que convive la familia, muchas veces delante de la propia mujer o de sus hijos, para hacerles sufrir más. Para evitar este maltrato emocional nació hace un año VioPet, un programa que gestiona espacios seguros a los animales de las víctimas de violencia hasta que se estabilice la situación de sus dueñas y puedan volver al hogar de forma segura o cuando estas tengan una solución habitacional. «En algunos casos se ha resuelto en cuestión de días. Porque la víctima tiene una red familiar y, una vez que ha hecho todo el trámite de la denuncia, se han abierto diligencias y se ha detenido al agresor, la persona, en lugar de ir a un lugar de acogida, va a una casa de un familiar y reclama a su mascota», explican desde el proyecto.

Esta iniciativa fue impulsada por la Dirección General de Derechos Animales durante el confinamiento, período que encerró a muchas mujeres en casa con sus maltratadores, y en el que las llamadas al 016 se multiplicaron por tres. Muchas de las peticiones de ayuda provenían de mujeres con mascota, que no sabían qué hacer con los animales al abandonar el hogar del maltratador. «Si no hubiera sido por vosotros, me mata (en referencia a su pareja). Yo no me iba de mi casa porque no sabía qué hacer con mi perro. Nadie lo acogía», relató una de las mujeres que fueron atendidas en este servicio.

Durante el primer año de funcionamiento, el programa ha dado cobertura a 500 mujeres y ha atendido temporalmente a 157 animales de 130 mujeres. Para ello, España cuenta con una red de 800 casas de acogida. Para que este servicio proteja tanto a las víctimas como a los voluntarios que acogen a los animales se sigue un protocolo muy estricto de confidencialidad.

El dispositivo de acogida se pone en marcha una vez lo solicita la víctima. Los animales son recogidos por la Policía. «Ni la casa de acogida conoce a la víctima ni viceversa», apunta un responsable del organismo. El equipo de este programa se encarga de que las mujeres que se han visto obligadas de separarse de sus mascotas reciban fotos y vídeos y puedan mantener el vínculo, porque «han perdido una gran parte de su red familiar y de amistades y tienen a sus animales como única referencia emocional». En lo que va de año han sido asesinadas 26 mujeres por sus parejas o exparejas en España, 1.104 desde 2003.

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