La recta final para la PAU, entre clases de apoyo e IA: «Hay nervios, te juegas el futuro»
La prueba de acceso a la universidad se acerca. El estudiantado del IES Pérez Galdós, en la capital grancanaria, aprieta en los últimos días de estudio consultando dudas al profesorado y a la inteligencia artificial
La prueba de acceso a la universidad (PAU) arranca en Canarias el próximo miércoles 4 de junio. «Ya no queda nada», se puede escuchar en los pasillos del IES Pérez Galdós de la capital grancanaria. Pese a su proximidad, seis estudiantes de 2º de Bachillerato del instituto, que terminaron las clases el pasado 16 de mayo, se muestran «seguros» y «confiados».
Tampoco le temen a los cambios que se aplicarán este año en la PAU, la llamada de «transición». Y es que cuentan con varios aliados para apretar en el esprint final y superarla con éxito. Algunos son más tradicionales y otros más modernos, como las clases extras de refuerzo o apoyo que brinda el propio centro y la inteligencia artificial (IA).
«Quiero estudiar Medicina aquí, en Las Palmas, y de cara a la PAU tengo confianza, porque al final es un repaso de lo que llevamos haciendo todo el curso. Sí que es verdad que siempre tienes esa pizca de nervios, porque te estás jugando el futuro, esa incertidumbre de si entras o no entras», apunta Jorge Llinás Torres, que cursó el Bachillerato de Ciencias en el instituto grancanario.
El estudiante es uno de los que más celebra las clases de refuerzo en la recta final hacia la PAU, sobre todo, porque permite seguir profundizando en los modelos de examen.
Sus cinco compañeras coinciden, bajo la mirada tierna del orientador del centro, Jesús Arenas Ramírez, quien no deja de insuflarles ánimo y de recordar que la tasa de éxito en la PAU suele ser elevada. El orientador explica que el profesorado de 2º de Bachillerato es quien imparte el refuerzo, en las horas que han quedado libres tras finalizar las clases.
«El alumnado asiste de forma voluntaria y sigue trabajando aspectos de todas las áreas, de Química, Biología o Inglés, y consulta dudas, con la tranquilidad de que el profesorado ha estado acudiendo a las coordinaciones PAU», agrega, a la par que pone en valor la labor de los tutores y tutoras tanto de Bachillerato como de los ciclos formativos de grado superior, porque transmiten toda la información relativa a la selectividad al estudiantado.
La realidad de estos seis alumnos es un mundo. La mayoría encara la PAU con seguridad y confianza, pero Pilar Cabrera Falcón lo hace con «bastantes nervios». «Yo soy estudiante de letras, específicamente de Humanidades, y en la PAU voy a cursar Griego y Latín. Las asignaturas son de memorizar y, cuando estoy estudiando, a veces me bloqueo, pienso que no estoy absorbiendo los contenidos tanto como en realidad lo estoy haciendo», señala.
Thalía Marrero Rodríguez tiene claro que solo se va a presentar a la fase general de la prueba, porque no necesita subir nota. Realizó Humanidades y su objetivo es formarse en Lenguas Modernas. Por el momento, asegura que maneja los nervios, «el día de la PAU ya se verá».
El caso de Yurima del Mar Ramos Ávila es particular, pues cursó el programa Bachibac, que permite obtener el título de Bachiller tanto en español como en francés, el 'diplôme du Baccalauréat', de forma simultánea. El estudiantado de esta modalidad ya se presentó a una prueba externa a finales de abril, que equivale a la fase general de la PAU.
Yurima celebra que obtuvo buenos resultados y ahora solo le queda por delante la fase de opción de la selectividad, que sirve para subir nota. Su meta: estudiar Medicina. «Tengo esperanza de alcanzar la nota de corte, aunque a veces el camino no es recto. Yo estoy dispuesta a todo con tal de seguir adelante y cumplir mis sueños», reseña la joven, abrazando a ciegas eso de que «se hace camino al andar».
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Judit Suárez Rodríguez sabe bien de qué hablan los versos del poeta. Su amor por la Biología la llevó a estudiar el Bachillerato de Ciencias, con la visión puesta en Medicina o Enfermería. Hoy, sin embargo, se decanta por carreras más sociales y siente que se dirige a la prueba de acceso a la universidad «supersegura».
Con todo, el alumnado atesora otra aliada: la IA, una herramienta que Jesús Arenas reconoce que «ha llegado para quedarse», pero que debe emplearse con «criterio» y contrastando la información, pues no siempre acierta.
Los estudiantes destacan su papel para ordenar ideas, realizar esquemas y ofrecer explicaciones con términos más sencillos o una visión global sobre un mismo tema, que les permite optimizar el tiempo. «Sí la usamos, sobre todo para consultar dudas. Si la usas correctamente es buena», resume Judit sobre este recurso revolucionario.
A esta representación de estudiantes no le asusta la denominada PAU de transición. Algunas de las novedades que presenta son la reducción de las opciones, lo que obliga a dominar todo el temario, y el aumento entre un 20% y 25% de las preguntas competenciales. «Yo pensaba que iba a ser más competencial, pero no lo es tanto», apunta Judit.
Andrea Quintana Mesa estudió Artes Escénicas en la modalidad de Música y también se siente más que preparada para la selectividad. Eso sí, considera que las variaciones en la PAU son más notables en su Bachillerato: «Los cambios que he visto en el examen de Filosofía o Historia no han sido tan bruscos como en los de Música. No porque el temario sea más complicado o denso, sino porque es mucho más específico y requiere de conocimientos previos».
La joven lleva diez años estudiando canto en el Conservatorio y su sueño es dar el salto a Madrid o Barcelona para cursar el grado en la misma disciplina.