Beatriz de León Cobo, experta en seguridad en el Sahel
«La UE y España se deben replantear la inmigración a largo y medio plazo»Entrevista ·
La investigadora analizó en Casa África, junto a Naigalé Bagayoko, la seguridad, movimientos sociales y políticos en el Sahel, una región «en ebullición»Beatriz de León Cobo Experta en seguridad en el Sahel-Hizo un análisis sobre Hacia donde va el Sahel. ¿Qué factores marcan ese camino y cómo nos afecta?
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-La crisis del Sahel es multidimensional. Hay un aspecto de seguridad importante -marcado por la presencia de grupos yihadistas, pero también de violencia intercomunitaria y el crimen organizado-, a lo que se une un componente de inestabilidad política, como se ha visto en los golpes de estado de Mali, Burkina Faso y Níger. Todo ello impide a los países tener control sobre la seguridad y vemos flujos de desplazados que se mueven internamente y también hacia los países vecinos, y entre ellos algunos que están cerca de España como Senegal, Argelia o Marruecos. Por tanto, es una prioridad para Europa porque, desgraciadamente, se puede ver afectada por la situación de una franja en la que ningún estado tiene control y puede haber actividad criminal.
-Esa situación de violencia, sobre todo la yihadista, es practicamente imposible de contener
-El Sahel occidental y la región de Mali, Níger y Burkina Faso es la que más ha sufrido el golpe del yihadismo estos últimos años y estos grupos han llegado hasta Benín, Togo, Ghana, Costa de Marfil...Los yihadistas no entienden de fronteras y se mueven como quieren. Además esos países son enormes, lo que dificulta que los estados puedan controlar todo el territorio. Eso lo saben los propios países y Europa. ¿Se pueden poner puertas al terrorismo? Claro que no. Lo que se puede hacer es intentar mitigar las causas y atacar los grupos, pero con una respuesta multidimensional porque nadie se hace yihadista de un día para otro, sino que hay un proceso de radicalización en el que también hay causas relacionadas con los conflictos comunitarios, el desarrollo económico, etc.
-La inestabilidad política es otra consecuencia
-Es un gran problema. ¿Cómo puede un Gobierno que tiene cada nueve meses un golpe de estado hacer ningún tipo de política? Lo intentan, pero por ejemplo, Burkina ya dijo que su objetivo es la seguridad. El primer día del curso, un cuarto de sus colegios estaba cerrado. Eso es una generación perdida. Igual ocurre en el norte de Mali, donde ha vuelto a empezar la guerra después de ocho años de relativa paz. Y ese es un campo de cultivo para los yihadistas.
-¿También para la emigración?
-Yo hablo de desplazados. Esa región, que no es Senegal o Costa de Marfil, tiene muchos países en medio hasta llegar a Europa. Ellos se desplazan según la violencia o el hambre, pero son movimientos internos. Si emigran, lo hacen sobre todo donde tienen familia o comunidades.
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-¿O sea que esta zona no es o no será origen de la migración que pasa por Canarias, por ejemplo?
-No. La mayoría de los migrantes de Mali y Burkina que estudian en Francia, por ejemplo, migraron por pobreza, violencia yihadista o el efecto llamada. En el caso de España, los que vienen son los que están más cerca: Senegal, Mauritania... En cualquier caso, con la guerra en Mali, muchos refugiados van a Mauritania y algunos cruzarán a Europa.
-¿También descarta que lo hagan personas de Níger, que acaba de tener un golpe de estado?
-Níger me preocupa mucho y creo que es el único foco del Sahel occidental que podría afectar a Europa. Era un país bastante estable dentro de su caos, pero acaba de tener ese golpe de estado. La UE ha tenido mucha colaboración en inmigración con Níger porque hay un punto en el que confluían dos o tres rutas de África occidental para llegar a Europa. Ahora la cooperación es inexistente porque no se ha reconocido el nuevo Gobierno y el presidente legítimo sigue cautivo. Seguramente este país será el que repercuta más a Europa desde el punto de vista migratorio, no sé si a la Ruta Canaria pero sí a otras vías hasta España.
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-La inestabilidad también tiene que ver con el poco poder que de facto tienen los gobiernos
-Es que hay países que son muy grandes y el estado está en las capitales y las grandes ciudades. Además son muy pobres y muy jóvenes, y la inestabilidad siempre va a existir o al menos mucho tiempo. Pero ahí están los 'partners' como España, Francia o Gran Bretaña que intentan acompañarles si quieren, porque Mali no quiere ese acompañamiento de Francia.
-No quieren paternalismos
-Claro, quieren una relación de igualdad y no se creen que todo sea por buena voluntad. Ahí China y Rusia juegan con ventaja porque dicen muy claramente cuáles son sus itnereses. A Europa le cuesta ser transparente y decir que sus intereses son de seguridad, económicos, migración...
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-¿Por qué se ha enconado ese odio contra Francia que ha derivado en amenazas? ¿Se puede trasladar a España?
-Ha sido un proceso de deterioro de la relación. Se mezcló la frustración por que Francia no resolviera el problema del yihadismo en Mali con el rechazo de Francia a que hubiera a la vez una cooperación con ellos y con Wagner. Además, se impusieron sanciones que fueron consideradas una injerencia y a todo ello se suma una narrativa de desinformación sustentada en buena parte por influencers pagados por Rusia. Esto ha generado un movimiento de antipolítica exterior francesa, mezclado con un sentimiento prorruso que se ha expandido y que se une a una corriente panafricanista en toda África occidental.
-Para saber como se mueven estos grupos violentos es fundamental la colaboración
-Es imprescindible mantener muy buenas relaciones con esos países y nuestros vecinos a nivel de inteligencia. Marruecos, Mauritania y Argelia saben perfectamente lo que pasa en su frontera sur con el yihadismo.
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-¿Cómo valora la gestión que hace Europa y España de la inmigración que llega de África?
-Aunque esos países estuvieran en vías de desarrollo y no fueran tan pobres, muchos africanos terminarán en Europa, algo que no le viene mal porque es un continente viejo y no hay niños. En ese sentido, puede salir bien si es un flujo ordenado y no caótico, como ocurre en Lampedusa o Canarias de vez en cuando. Hay que dejar de pensar a corto plazo y empezar a ver a medio y largo.
-¿Ve la inmigración como oportunidad o amenaza?
-De manera ordenada, es una oportunidad buenísima que enriquece a todos. Pero igualmente, si es desordenada resulta fatal, fundamentalmente por problemas de recursos. ¿Como se pasa de una a otra? Pues mediante convenios de colaboración con países emisores o de tránsito y no solo de control de fronteras. Esa cooperación ya existe. ¿Es suficiente? No lo creo. En el caso de Canarias, es importante seguir trabajando con los países de origen aunque es difícil, porque los estados no llegan a todas partes.
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-¿Qué propone?
-El tema de los visados me duele en el alma, porque es increíble que con un pasaporte europeo puedas ir a donde quieras y para ellos sea imposible viajar. Hay que replantear el sistema de migración en España y la UE porque vamos a seguir teniendo crisis humanitarias cada cierto tiempo. ¿Como? Pues actuando a nivel de seguridad, de inteligencia, y trabajando con los estados, con las comunidades, ver quien quiere venir y por qué. Hay que replantearse el modelo a medio y largo plazo porque esa región no va a mejorar. Pero insisto, la región que va peor, que es el Sahel, no emigra a España.
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