Al final de la pasada legislatura, una parte del sector cultural canario alzó la voz contra la política que llevaba el Gobierno de Canarias, en ... concreto la Viceconsejería que tenía al frente a Juan Márquez. Entre las cosas que rechazaban figura la apuesta decidida por una política de convocatorias públicas que desterraba las ayudas a dedo. Llegó hasta tal punto el disgusto, que montaron una plataforma cultural, llamada Magma, para organizar la protesta y luchar por un cambio de modelo, dijeron.
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Cuando a varios de los que encabezaban aquel movimiento se les preguntaba por la Sociedad de Promoción del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria –que ya empezaba con los impagos–, respondían que desde esa entidad se estaba haciendo mucho por el sector, ya que contrataba una y otra vez a todo el mundo. Contratos a dedo, porque la vía concurso público no gustaba para la cultura, con Augusto Hidalgo en la alcaldía.
El tiempo ha pasado. Tras las elecciones de mayo de 2023, el disgusto con la Viceconsejería se esfumó. Y eso que la vía concurso público sigue siendo la norma, aunque algunos sigan luchando por cambiarla (y no pueden). La Sociedad de Promoción que tanto hacía por el sector dejó tirado a la mayoría (algunos cobraron antes de que Hidalgo se fuera al Cabildo).
El nuevo Grupo de Gobierno municipal lucha aún para saldar unos impagos millonarios que se remontan incluso a 2021. Y lo mejor de todo, una parte de los que abogaban por la vieja política de subvenciones a dedo están escandalizados con el contrato del Cabildo de Gran Canaria con Isabel Pantoja, que se ejecutó por esa misma vía.
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