El modo canario, del que tanto habla el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, comienza a desvanecerse. Como eslogan político queda muy bien aunque ... la realidad es bien distinta. Bien haría Clavijo en buscar otro 'leitmotiv' para las islas.
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El primer pleno del Parlamento de Canarias del nuevo curso político, celebrado el martes y miércoles, puso en evidencia que la crispación y la polarización política que se da en el Congreso de los Diputados y que domina la escena nacional ha llegado a Canarias y para quedarse. Especialmente agria fue la sesión del miércoles con el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, le espetó al portavoz del PSOE, Sebastián Franquis, que se parecía al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Entiendo que Clavijo esté cansado de escuchar la misma cantinela y quisiera zanjar la perorata de Franquis de forma rápida pero hay otras maneras. Y de los comunistas pasamos a los 'fachas', porque la política se ha convertido precisamente en eso, o ser de uno o ser de otro; de atacar a uno o atacar al otro. Clavijo también tuvo para los de Vox, diciendo a su portavoz Nicasio Galván que llamarle fascista no era un insulto sino una evidencia empírica. Se olvidó Clavijo entonces que CC tiene acuerdos con los de Abascal en varios ayuntamientos de Canarias y a los que se ha llegado con mociones de censura.
Y ahí se mantuvo la bronca, llegando a apuntar Galván que el PSOE era una organización criminal y el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, un mentiroso y un fascista. Bien es sabido que cuando el respeto entre unos y otros se pierde es difícil recuperarlo. Me da que va a estar entretenido este nuevo curso político.
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