Opinión

Ocho meses después

«La UD volvió a ganar y el estado de ánimo cambia de la noche a la mañana tras una locura de partido»

Martes, 22 de octubre 2024, 23:09

Más de ocho meses de espera. Un camino tortuoso, que enmedio tuvo la alegría de certificar la permanencia en Primera División, pero que ya se ... estaba tornando en una angustia insostenible. De Valencia a Valencia. Tras el ridículo ante el Celta llegó el despido de Carrión y la llegada de Diego Martínez, y por fin llegó una alegría. Pero el partido del pasado lunes fue una montaña rusa. En el primer balón, McKenna hizo una cesión que presagiaba un noche dura y la primera media hora fue una pesadilla.

Publicidad

El equipo desarbolado, con Campaña pidiendo agua por señas; Kirian adelantado y sin contacto con el balón; Moleiro tirado a banda más pendiente de defender que de atacar, etc. Pero llegó el gol de Álex Muñoz y se llegó al descanso con otra esperanza. En la segunda parte el equipo tuvo más hechuras y el 1-2 de Fabio Silva le dio aire. Pero en la locura de partido hubo una jugada que definió el choque. Moleiro recibe un balón en mediocampo, pegado a banda, y es presionado. Aguanta la pelota y la cede atrás sin darse cuenta de que había dos jugadores del Valencia solos. Moleiro se echa las manos a la cabeza, Hugo Duro no sabe qué hacer ante Cillesen, que aguantó muy bien el tipo, y Javi Guerra posteriormente tampoco supo definir.

Moleiro estaba cabizbajo. Pero esto es fútbol. Minutos después, McBurnie le da un excelente pase con el exterior y el tinerfeño define de locura. Los minutos finales, con superioridad, fueron terribles pero por fin llegó la victoria. El estado de ánimo ha cambiado. La esperanza de la salvación ha llegado pero este camino será muy duro. Estar en Primera es un privilegio y hay que luchar por seguir en ella. Cuántas ciudades de España querrían estar en nuestra situación, pero si uno repasa con pausa lo sucedido el pasado lunes se da cuenta del enorme poder del fútbol. Cómo es capaz de cambiar el estado de ánimo de un equipo y de una afición por un resultado, por una acción, por un balón que entre o no.

Solo una victoria en más de ocho meses, pero la ilusión ahora está por las nubes. Algunos preguntaban si se había ganado un título el lunes por la noche, porque de repente los chats se llenaron de mensajes positivos y de imágenes eufóricas. Pero es el poder de un deporte que va ligado a los sentimientos, algo que los que no lo comparten no sabrán nunca lo que significa. Pues a seguir remando y a seguir ilusionándose. Ahora a pensar en el Girona, una nueva batalla en este reto de la permanencia entre los grandes.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Regístrate de forma gratuita

Publicidad