Leyes del buen vecino

Frecuencia modulada ·

«Hay que saludar con un cortés 'buenos días' cuando te cruzas con el bastión antiyihadista»

Lunes, 11 de abril 2022, 07:12

Los vecinos idílicos no existen. Demasiado ruidosos o de silencios sepulcrales. Con exceso de colaboración o amigos del culto al pasotismo. A favor de reuniones de comunidad eternas o sin quórum mínimo para aprobar ni tan siquiera el acta anterior. Lo mejor, vivir en casa terrera sin humanos a kilómetros del perímetro, aunque dudo mucho de que esa solución drástica evitara que Mohamed VI toque en nuestra puerta a pedir azúcar y huevos. Lo de pedir tiene varios grados de cinismo: la buena educación allana las relaciones. Rabat es más de exigir con sonrisa bonachona mientras Madrid llena la despensa del 'buen vecino' a cambio de migajas en compensaciones.

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Las bases de esta desigual relación puerta con puerta no son nuevas. Todos y cada uno de los presidentes españoles han sucumbido con mayor o menor fortuna a la glotonería del guardián de la frontera sur. Marruecos aprovecha esa posición estratégica para apropiarse de las zonas comunes del edificio, ahorrarse la cuota mensual y hasta llenar con sus bártulos las plazas de garaje desocupadas. ¿Qué otra cosa puede hacer Europa que saludar con un cortés 'buenos días' cuando se cruza en el ascensor con el bastión antiyihadista y arrogante dueño de la llave de las pateras?

Encima, el pavoneo de este incómodo vecino no ha hecho más que aumentar desde que EE UU bendijo -primero con Trump y ahora con Biden- el poder geopolítico del reino alauita como residente privilegiado del edificio norteafricano. Marruecos actúa con España como un propietario moroso que hunde las finanzas de la comunidad, pero con sus poderosos aliados internacionales se disfraza del morador más fiable del inmueble. Paga con puntualidad, siempre está disponible para un sarao y cierra con llave el portal sin rechistar.

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