Arcadio Suárez
Tribuna libre

Día de Canarias y DIFAS 25

Juan José Laforet

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 29 de mayo 2025, 23:04

Canarias acogió con enorme satisfacción, un treinta de mayo de hace cuarenta y dos años, la constitución de su primer Parlamento autonómico. Una satisfacción mayoritaria ... que se reflejaba en la elección de su primer presidente, Pedro Guerra Cabrera, por una mayoría mucho mas amplia de la que se esperaba, algo que se interpretaba entonces por el elegido presidente de la cámara como «una demostración del interés que existía por parte de todos para crear una mesa que funcione», para permitir que se iniciara un tiempo de trabajo en el que, según resaltó el señor Guerra, la historia de nuestra autonomía, tal como establece el Estatuto de Autonomía, se forje «sobre tres bases fundamentales: defensa de la identidad y de los valores e intereses del pueblo canario, consecución del pleno empleo y desarrollo equilibrado de las islas y promoción de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades».

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Una voluntad de entendimiento y consenso que podía recordar aquel que, otro 30 de mayo de hace quinientos cuarenta y cuatro años en Calatayud, parece que también alcanzaron los Reyes Católicos y un Guanarteme grancanario, según se establece en una carta conocida como el 'Pacto de Calatayud'. Aunque en este capítulo histórico no haya avenencia absoluta entre los especialistas, quizá el mensaje sea el de los valores del consenso y el entendimiento lo más amplio posible, ese que ha ido creciendo poco a poco, año tras año, en la celebración de un Día de Canarias, hasta ser una de las tradiciones más recientes del Archipiélago, con un pasado propio, unas costumbres que lo señalan y unos eventos que se reiteran anualmente, y caracterizan estas celebraciones con acento propio en cada isla, en muy distintas localidades de cada una de ellas.

En este día también vuelven a la memoria otras fechas señeras para esta nueva etapa de la historias de las islas, como la de aquel 14 de abril de 1978, cuando en el Parado Nacional de Turismo de las Cañadas del Teide, elegido como lugar simbólico, desde el que todos los comprometidos en aquella reunión tenían a la vista, o en sus mentes, al conjunto del Archipiélago, una asamblea constituyente, integrada por diputados, senadores y presidentes de Cabildos, bajo la presidencia del bajo la presidencia del insigne químico, premio Príncipe de Asturias (1986), Antonio González y González, estableció la primera Junta de Canarias, un organismo preautonómico que tuvo como su primer presidente a Fernando Bergasa Perdomo y como último a Jerónimo Saavedra Acevedo, que días después, el martes 7 de junio de aquel 1983 se convirtió, tras ser reelegido en el nuevo Parlamento, en el primer presidente del Gobierno de Canarias.

El 28 de mayo de 1984 el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, con la firma de su entonces alcalde, Juan Rodríguez Doreste, y como hicieron algunos otros consistorios de las islas, publicó un elocuente bando municipal, en el que se señalaba como «para todos los canarios el día es, pues, de auténtica fiesta y de digna recordación, a la que debemos sumarnos los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria, que tanto hemos contribuido a la conquista de estas libertades, con el propicio talante festivo de quien sabe que está dando pasos firmes en el camino de creciente perfección de su vida colectiva en los decisivos aspectos de su bienestar material y espiritual». Al día siguiente, en el entorno del Castillo de La Luz, en la primera Lección Histórica del Día de Canarias, el historiador y arqueólogo Celso Martín de Guzmán, resaltó a la recién constituida Comunidad Autónoma como una «Comunidad histórica».

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Pero también fue siempre un consenso generalizado y una tradición inveterada, que se convirtió en verdadero hito identitario de las islas, su voluntad de defensa del territorio, frente a las constantes amenazas, ataques e invasiones por armadas de otras naciones, corsarios y piratas de muy diversa procedencia. Y es que, como señaló allá por el año 2008 el general de división Juan Miguel Mateo Castañeyra, «tal vez por eso, cualquiera que conozca un poco España, sabe que Canarias es la región cuyos habitantes tienen más conciencia de defensa». Si tomamos por caso la historia de Gran Canaria, se verá que, dada su condición de ser una isla enclavada en una de las rutas atlánticas más estratégicas, ha sido, en gran medida, la de la historia de su seguridad y su defensa, y con ello la de su historia militar, algo que marcó su desarrollo, la realidad de los acontecimientos a través de los siglos y, en gran medida, mucho de la forma de ser de sus habitantes, así como de su urbanismo, su arquitectura, sus tradiciones y su cultura, e incluso el mismo carácter isleño. Tanto que, a la luz de todo ello, hoy podemos afirmar que el devenir de la seguridad y la defensa, la propia historia militar, es una página ineludible, inseparable, de la historia y de la cultura insular; esto habrá que tenerlo siempre muy presente si, de verdad, se quiere tener un conocimiento cierto y preciso de cuál ha sido la historia y la idiosincrasia de Gran Canaria, como de Canarias en general.

Es por ello sugerente y punto de reflexión el que, en este año 2025, coincidan las celebraciones y conmemoraciones del Día de Canarias con las de Día de las Fuerzas Armadas, que se celebra oficialmente entre el 3 y el 8 de junio en Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, un día, según ha señalado el jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante general Teodoro Esteban López Calderón, que «se configura como una jornada de encuentro y comunicación entre ciudadanos, civiles y militares, para acentuar su recíproca comprensión. En definitiva, es una magnífica ocasión para mostrar que nuestra Defensa es compromiso de todos, más si cabe en estos tiempos en los que es más importante que nunca demostrar ese compromiso», y se resalta ese precepto constitucional que consagra, en su artículo 30, «el derecho y el deber de defender a España» para toda su ciudadanía.

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Así, con motivo, o apropósito, de este DIFAS 25 en Canarias, una revisión del pasado de las islas desde la óptica no sólo de su historia militar, sino desde la de su concepción de la seguridad y la defensa en el territorio insular, tanto por interés de salvaguardar lo propio, como por el de mantener los intereses conjuntos de la nación a la que se pertenecía o, en ocasiones, a consecuencia de los mismos, nos permitirá encontrar no sólo una visión del pasado novedosa y singular, sino todo un panorama que puede convertirse en una utilísima lección, para comprender mejor la postura a adoptar y el camino a seguir por todos en los retos que el futuro plantea a Canarias, y con ella a toda España, dada su ineludible situación geográfica y unas circunstancias económicas, políticas, humanas y culturales, con similares raíces a las que le afectaban siglos atrás.

Y ante el Día de las Fuerzas Armadas, celebrado en esta ocasión en su isla natal, también se puede recordar como Benito Pérez Galdós, con una visión de futuro muy acertada, al tiempo que conectando con el pasado de su isla, no dudaba en proclamar como «no hay libertad sin ejército, ni ejército sin libertad», en una prédica cargada de todo el espíritu y la doctrina más actual de la seguridad y la defensa nacional. Unos días en los que también resonarán los versos de Cairasco de Figueroa, que tras las experiencias de los ataques del corsario Francis Drake en 1595 y del almirante Pieter Van der Does en 1599, cantaba como «También contra enemigos venturosa/ será Canaria militar princesa,/ por se su gente fuerte y animosa/ y presta a acudir a la alta empresa». Fue sin duda un primer canto a lo que hoy se denomina, como derecho y deber de toda la ciudadanía, la «defensa nacional».

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