Es intensa y casi irresistible la tentación de utilizar un enemigo exterior para aunar voluntades internas y distraer la atención de graves dificultades que se ... sufren en la propia casa.
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Lo han hecho numerosos dictadores a lo largo de la historia, que han manipulado los sentimientos y las emociones de los ciudadanos para provocar reacciones de apoyo en algo tan elemental como evidente como es preservar los gastos sociales y así capear todo tipo de crisis políticas, económicas y sociales.
Recurrir al falso debate de tanques o mantequilla es tan absurdo como obsoleto en un mundo tan convulso, con enormes amenazas de desestabilización y confrontación como las que estamos sufriendo y donde se demuestra imprescindible recuperar una política de defensa y seguridad eficaz y solvente de cara a garantizar el presente y el futuro de los ciudadanos.
Además, no se trata únicamente de dinero, de un incremento desmesurado de los presupuestos; la clave radica en asimilar una conciencia y una cultura de seguridad y defensa imprescindibles para afrontar los retos que se están planteando.
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