Puro maniqueísmo, y lo que es peor, maniqueísmo manchado de sangre. A esta práctica se han vuelto a lanzar como buitres los extremistas de uno ... y otro lado a cuenta de la masacre perpetrada por el grupo terrorista Hamás en su ataque a Israel. El suceso y sus consecuencias es lo de menos. Sus víctimas, también. Lo de más es contar con una nueva excusa, otro caballo de batalla, para seguir engordando la guerrita tuitera entre dos frentes polarizados, izquierda-derecha, españolistas-independentistas, propalestinos-proisraelíes...
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Da igual el conflicto de fondo, la táctica consiste en ponerse en un bando (son siempre los mismos) y sacudir a los del otro con la esperanza, espero que vana, de que algún día contagien su bilis a las calles y se derrame la sangre que andan buscando. Los que defendemos los derechos humanos por encima de las ideas solo vemos en ese terrible atentado una cruel y despiadada matanza de inocentes.
Es verdad que hay un contexto. Es verdad que el pueblo palestino lleva años sufriendo el abuso sistemático de Israel con la complicidad manifiesta de la comunidad internacional. Ha sido humillado y acorralado en su propia tierra, como se ha denunciado reiteradas veces en todo tipo de foros, siempre sin éxito. Y es verdad que en este contexto conflictivo de décadas, Israel, como Estado, ha matado a palestinos civiles e inocentes.
Pero unas víctimas no valen más que otras, ni son más justificables que otras. Lo de Hamás es intolerable, pero también lo es lo que todo apunta que tiene pensado hacer ahora Israel, asimilando un grupo terrorista a toda Palestina y escudándose en su derecho a la defensa. A Hamás le debe caer todo el peso de la ley, pero el pueblo de a pie no debe culpa.
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