Del director

El volcán

Francisco Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 19 de agosto 2024, 22:57

El Cabildo de La Palma tuvo que movilizarse de urgencia la semana pasada ante la extensión de una información contada a medias que dio a ... entender que el volcán de Tajogaite se había reactivada, de manera que muchos pensaron que estábamos ya a las puertas de otra erupción. Sobra decir el impacto de lo ocurrido:a la alarma entre los residentes se unió el daño al turismo, que no está por la labor de irse de vacaciones a un sitio donde un volcán pueda trastocar sus planes. De ahí a la inmediata cancelación de reservas solo media un trecho escaso, el que va desde la llegada de la noticia que no lo es hasta la reacción propia del miedo.

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¿Pero qué pasó en realidad y cómo pudo pasar? Vayamos a los hechos: el propio Cabildo informó hace una semana de la activación del Plan de Emergencias en algunos puntos, como Naos y La Bombilla, porque los sensores de medición de gases habían detectados niveles por encima de lo normal. Se trataba en su mayoría de inmuebles que habían estado cerrados y en los que se procedió, de acuerdo con los protocolos fijados, a su ventilación.

¿Es algo normal? Sí. La ausencia de emisión de gases tras un volcán puede tardar meses e incluso años. ¿Quiere eso decir que el volcán está a las puertas de escupir nuevamente lava? Pues no.

El problema estriba en cómo se difundió aquella primera noticia:en algunos medios de comunicación, en su mayoría domiciliados fuera del archipiélago -no es xenofobia, sino la realidad- se publicó que el volcán se reactivaba. Doy por hecho que no había mala intención -ni mucho menos-sino seguramente algo de desconocimiento y las prisas propias de la información digital, que hace que escasee ese ejercicio de detenerse un segundo para calibrar qué se trae uno entre manos y cómo se va a interpretar.

Y ahí comienza el segundo capítulo de este culebrón: esos titulares poco afortunados se extendieron como la pólvora en redes sociales, básicamente entre lectores que no acudían a la fuente de información y que en muchos casos ni siquiera leían del todo lo que les salía en el teléfono móvil: se quedaban con cinco palabras del titular e interpretaban que se había activado la cuenta atrás para otra erupción del Tajogaite.

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El Cabildo palmero tuvo que salir a posteriori a deshacer el entuerto pero el daño estaba hecho. Y seguirá repitiéndose esta situación hasta que se asuma que es preciso incluir en la educación, desde sus niveles más tempranos, el correcto uso de las redes y cómo discernir la verdad de lo que no lo es.

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