Un país polarizado
Hace falta diálogo, eso que tanto ha escaseado
Es evidente que vivimos en un país polarizado: a un lado el voto conservador, en un arco que nace en el centro liberal que era ... Ciudadanos (o eso decía que era) y llega a la extrema derecha que es Vox, pasando por el Partido Popular y su intento de acapararlo todo, pero sin conseguirlo; y al otro un Partido Socialista que resiste mucho mejor de lo que apuntaban las encuestas, con Sumar cosechando un resultado más que digno teniendo en cuenta cómo fue su nacimiento y que la dirección de Podemos jugó a no echar una mano y esperar un batacazo para después sacar la guillotina. Pero hay que abrir un paréntesis en ese dibujo: están los nacionalismos soberanistas, esos que han irritado mucho a buena parte del electorado pero que si antes eran influyentes, ahora pueden ser decisivos para otro Gobierno presidido por Pedro Sánchez.
Subrayo esto último porque si se le espetaba a Sánchez eso de «que te vote Txapote», ahora los mismos que promovieron ese lema pueden llegar a la conclusión de que Txapote y los suyos deciden la investidura. Lo digo porque creo que estamos ante el perfecto ejemplo de cómo una estrategia de confrontación acaba convertida en un tiro en el pie de quien la promueve. En todo caso, la lectura de los resultados nacionalistas es variopinta: ERC paga muy caros sus favores a Sánchez, al igual que el PNV, pero unos y otros difícilmente le echarán un cabo a Feijóo cuando en la ecuación de la derecha está Vox.
El resultado es, si nos ponemos pesimistas, endiablado porque articular una mayoría parece difícil. En el caso del PP, se presupone que casi imposible pero ya veremos cómo se comporta el PNV y, sobre todo, la presión que va a haber sobre el PSOE para que deje gobernar a la lista más votada (precisamente lo que el PP no ha hecho en varias autonomías y ayuntamientos). En cuanto a Sánchez, tampoco es que lo tenga fácil: su ecuación incluye a Junts y no hay que ser un genio para intuir lo que puede pedir Puigdemont.
¿Vamos a un bloqueo y a otra cita electoral? Si yo fuera el PP, lo evitaría a toda costa, porque si Vox sigue bajando, el balance del lado conservador puede ser aún más escaso. Pero a un partido como Junts sospecho que le encantará hacer saltar por los aires la política nacional y forzar otras elecciones.
Conclusión: hace falta diálogo. Eso que, miren por dónde, tanto escaseado en estos últimos tiempos. El electorado ha hablado y su mensaje es claro: tiene que haber un pacto. A un lado (más difícil para el PP pero no imposible) o al otro (también complejo), pero pacto sí o sí.
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