Serlo y parecerlo. Lo hablado y lo escrito. El texto y el contexto... Esos y otros elementos vienen a la cabeza cuando alguien te pregunta:¿ ... qué piensas del caso de Gustavo Matos?
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Para empezar, una aclaración: a día de hoy no hay caso Matos como tal. Hay una investigación judicial que derivó en una decena de detenciones, con el ingreso en prisión del empresario libanés Mohamed Derbah, y no consta que Gustavo Matos esté en calidad de investigado ni que haya sido llamado a declarar en calidad de testigo. Otra cosa es valorar el encuentro que mantuvo con el citado empresario y que a los agentes de Asuntos Internos sí les pareció merecedor de atención, con el añadido de que en la reunión estuvo al menos otro de los investigados:el inspector Francisco Moar.
Según Gustavo Matos, se reunió en un lugar que no es precisamente secreto -la cafetería de la última planta de El Corte Inglés, en Santa Cruz de Tenerife- con Derbah en enero de este año. Tienen conocidos comunes y a priori no es sospechoso que un diputado se vea con un empresario. Pero ocurre que Matos, que lleva en política mucho tiempo, que ha sido presidente del Parlamento de Canarias y es abogado, sabe quién es Mohamed Derbah. Seguramente no era conocedor de que en aquel momento estaba siendo investigado pero sí su historial. Y a eso hay que unir que el contenido de la conversación -de acuerdo con la transcripción hecha por la Policía y recogida por 'El Mundo'- justificaba que desde el minuto uno Matos se hubiese levantado y se hubiese marchado. En lugar de entrar en la broma y la francachela con ese comentario de que él ya no está para batallas, sino para ganar, podía perfectamente haberle dicho que su papel de diputado le impedía interesarse por lo que le contaba. También había otra salida: ofrecer sus servicios como abogado, que es su profesión y es compatible con la de parlamentario.
Así las cosas, a día de hoy y por lo que vamos sabiendo, Matos se prestó a una gestión impropia de su cargo y de su experiencia. De un diputado novel se puede entender el grave error pero no de quien debe saber la importancia de, como apuntaba al principio, serlo y también parecerlo.
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Para más inri, Matos ha señalado en rueda de prensa que en el encuentro participó una persona a la que no conocía, en referencia a Francisco Moar. Si es así, razón de más para que hubiese desconfiado del encuentro y de quien lo condujo hasta él.
Veremos cómo acaba la historia porque da la impresión de que puede haber más capítulos pero al menos este primero deja en muy mal lugar al expresidente del Parlamento. Ysu partido, que es consciente, le abre un expediente que suena a un primer cortafuegos.
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