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La vela vernácula reclama su estatus

Tripulación de lujo para diagnosticar el estado actual de la vela latina canaria. Diez voces autorizadas, entre muchas, se reúnen alrededor de una misma mesa para reclamar el protagonismo que se merece un deporte vernáculo muy seguido y querido en Gran Canaria, que demanda el hueco que se merece por su tradición y prestigio.

Lunes, 23 de abril 2012, 15:50

Mucho por mejorar, pero también por reclamar. La autocrítica es aceptada desde todos los extremos, conscientes de que es el mejor camino para proteger el futuro de la vela vernácula en la capital grancanaria.

En el orden de salida, Juan Santana abre la particular regata organizada para la ocasión. La cabeza visible de la Federación de Vela Latina Canaria de Botes no esconde las carencias sufridas en los últimos años por la institución: «Los recortes han llegado desde todos los lados, hasta el punto de que no hay dinero ni para pagarle al guardián. Hacemos todo lo necesario para que todo funcione y que de cara al exterior no se note nada», argumenta.

Pero la crisis económica ha golpeado aún más a los auténticos protagonistas en el agua, donde San José y Unión Arenales se han quedado en tierra esta temporada. «Hay botes con más y con menos presupuesto, pero no es fácil encontrar un patrocinio hoy en día, que son de lo que realmente sobreviven», analiza el periodista de Nueve Televisión Tino Cebral, fiel informador del deporte vernáculo cada fin de semana.

Algún bote, como es el caso del Villa de Agüimes, ha salido este año sin sponsor en su vela. «Creo que lo importante ha sido saber administrar el dinero de otros años, no gastar por gastar. Nos hemos visto obligados a recortar gastos, y gracias a esa labor de tesorería hemos seguido este año en competición», comenta su patrón, Alejandro Rodríguez.

«No cabe duda de que sin la ayuda de un sponsor es casi imposible hacer nada en este deporte. Nosotros gracias a Dios tenemos uno que nos está apoyando bastante y que le da importancia a la vela latina, a lo que significa para esta ciudad y para Canarias. Hacen falta mucho más así», añade José María Ponce, uno de los patrones del Hospital La Paloma-Pueblo Guanche.

Mientras Juan Díaz (Estibadores Portuarios) reclama una mayor atención de los medios de comunicación locales para poder vender el producto, Tino de la Nuez (Spar Guerra del Río) propone «vender nuestro producto, porque mucha gente lo desconoce. Nuestras instalaciones, aunque están abiertas al público, parecen que son privadas. Falta algo, que nosotros mismos sepamos invitar a las personas que se paran a hacer fotos desde la avenida pero no bajan».

Las propuestas salen a la luz. Saber explotar el producto se convierte en una prioridad apoyada por unanimidad. Acercar al aficionado, colegios y más colectivos a la vela latina canaria es el objetivo, aunque «cada vez es más difícil venderlo porque, por ejemplo, el aficionado que va en la guagua no puede ver la llegada, lo más importante, si no lo dejan entrar en el muelle. Creo que desde las diferentes instituciones no se tiene a la vela latina como la joya que se debería considerar. Hace muchos años se plantó el espigón y se dio un paso atrás, ahora con la valla se da otro... En otras ciudades hay deportes autóctonos con los que se vuelcan a tope para que brillen, y aquí se le da importancia mínima», reflexiona Juan María Brito, patrón del Archipiélago 8-Ricoh.

«Mucha culpa la tenemos nosotros. A las asambleas a veces solo vamos cuatro representantes de los botes», argumenta Rafael Rodríguez, presidente del Poeta Tomás Morales Clipper, mientras Alejandro Barrera (responsable del Puerto de la Luz-La Caixa y de la Federación Insular de Vela de Gran Canaria) va incluso más allá: «Si esto estuviera en Tenerife tendríamos escuelas, mejores instalaciones El político, y por ende la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, tiene que mantener este deporte», exclama.

Pero entre tanto pesimismo, Juan Santana toma la última palabra para matizar que «quizás ahora estamos en un momento duro por la crisis económica mundial, pero pienso que la vela latina tiene vida, y sobre todo tiene futuro, porque hay mucha gente que está luchando y viene savia nueva detrás, ya que gracias a Dios cada día las tripulaciones son más jóvenes».

Una reflexión que invita al optimismo y que resume el sentir de todos los que se dejan la piel cada año por salvaguardar un patrimonio autóctono oficializado en 1904, cuando el 24 de julio se organizaba la primera regata con motivo de las fiestas patronales de San Cristóbal. «Porque la vela latina canaria tiene un valor incalculable». Palabra de los boteros.

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