Rías Gallegas aterriza en Las Palmas de Gran Canaria de la mano de Braulio Míguez
El empresario gallego, quien ostenta el título de embajador gastronómico de las Islas Afortunadas por la Xunta de Galicia, se ha propuesto traer un trocito de su Galicia natal a las islas
Gallego de emoción y canario de adopción, así se describe Braulio Míguez, quien ostenta el título de embajador gastronómico de las Islas Afortunadas por la Xunta de Galicia, se ha propuesto traer un trocito de su Galicia natal a las islas
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Vinculado a la Casa Galicia, se ha ido criando y tomando experiencia dónde mejor se aprende,detrás de la barra. Con tan solo 14 años comenzó su andadura por la hostelería y ha sido propietario de otros dos negocios antes que éste. A día de hoy es el encargado de darle mimo y cariño a sus negocios, ocupándose siempre hasta del más mínimo detalle, cuidadano los productos con los que trabaja y a sus clientes. «Simplemente es dar un buen servicio y que los clientes se sientan a gusto, no hay más secretos que ese». Afirma que esa es la única manera que él conoce para que un local funcione.
Rías Gallegas surge de la ilusión de tres amigos que se reunieron para hacer algo grande. Aunque sobre todo con ganas de acercar la tierra gallega a los grancanarios, dos comunidades tan lejanas geográficamente en el mapa, pero muy similares en cultura y en gastronomía, según Braulio. El y su socio, Luis Palacios forman el equipo ideal. Braulio al frente de los fogones y al mando de la sala y Luis liderando la parte administrativa y fiscal del local.
El restaurante, que tan solo lleva abierto una semana, ha tenido una acogida espectacular, resultado de la devoción con la que Braulio intenta agasajar a sus comensales , «sé que tengo una clientela fantásticamente buena. Si tienes algún error, te dan consejos bonitos». Tanto que se puede decir que pueden colgar el cartel de completo casi a diario, «estoy muy orgulloso de este proyecto».
Admite que ya en sus primeras publicaciones en redes sociales cuando anunció la proximidad de su apertura se le agolparon multitud de mensajes, inquietos por saber cuándo sería la fecha de la inauguración. Tanto fue así que se han tenido que ver obligados a pedir disculpas por no haber podido abarcar a todos, amigos y clientes habituales que no recibieron invitación, «no fue el hecho de no invitarlos por supuesto, si no que al estar al comienzo de una actividad como esta se te olvidan muchas cosas», se disculpa Braulio.
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Aunque hablamos de un restaurante 100% gallego, no se olvidan del producto de kilómetro 0, por ello sus hortalizas vienen directamente de los campos de Santa Cristina, Guía o Moya. O también su cebolla de Gáldar, así como sus pimientos rojos, lechugas o por supuesto, papas.
Pese a que el producto local está muy presente en este restaurante, el protagonista es la materia prima gallega, que llega a través de Binter casi a diario desde Vigo. Uno de estos productos que viajan desde Galicia es la merluza de pincho, un producto estrella de la casa y que se puede encontrar en la carta elaborada al horno o a la plancha, en salsa verde y puede ser a la romana, a la riojana o a la vizcaína. Lo mismo ocurre con las buenas bacalás, también traídas desde la tierra de Braulio. Otra de sus características es la desalación en sus cocinas, tanto en hoja como en lomo, así consiguen un tamaño y grosor únicos.
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El pulpo es uno de los platos por excelencia, elaborado de distintas maneras, tanto es así que son incapaces de calcular la cantidad de pulpo que se ha estado cocinando la última semana desde su apertura.
Sin embargo sus productos llegan desde cualquier parte del mundo, como ocurre con la cola de rape, que lo recibe desde el banco sahariano, «tienen una combinación de pescados y mariscos fantástica». En cuanto a la carne, y aunque advierte que nunca podrá revelar sus secretos en cocina, si cuenta que realiza un corte portugués. Para él, lo más importante es el cuidado del producto, en este caso de la vaca y para ello, trabaja con una carnicería familiar quienes hacen colaboración de matanza, de servicio, etc. «Hay que venir a probarla porque realmente merece la pena».
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Esto sin duda es solo el inicio de una gran aventura gallega por tierras canarias. Aunque solo para empezar, en noviembre ya comenzarán a tener disponibles también una línea de cocidos gallegos, en el que, como en el resto de su cocina, solo hay una protagonista: la materia prima. Desde Rías Gallegas les aseguran una experiencia que no les dejará indiferentes
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