Rêver, el restaurante que enamora desde la técnica más pura a merced del producto
En el corazón de Vegueta, en Las Palmas de Gran Canaria, el restaurante Rêver se consolida como uno de los templos gastronómicos más sugerentes de la isla
Su nombre viene del francés, 'soñar' y aquí se viene a eso precisamente: a soñar con el producto y la técnica en estado puro.
Publicidad
Su chef, Fernando Rodríguez de la Coba, un joven chef grancanario formado en la prestigiosa escuela Le Cordon Bleu de Londres, domina las técnicas de la alta cocina francesa con una habilidad digna de asombro. Pura destreza donde una 'roux', base de harina y mantequilla para ligar salsas, o una 'velouté', salsa a base de caldo y el propio 'roux' se convierten en una especie de trucos de magia capaces de elevar lo más cotidiano a un nivel de extraordinario y, lo extraordinario en el colmo de la exquisitez.
Precisión, respeto y una elegancia natural siguen siendo las constantes desde que abriera sus puertas, donde a pesar de la juventud del restaurante y de su chef, la carta ya tiene clásicos indiscutibles con un público rendido a sus pies, como su steak tartar de solomillo madurado, helado de 'Dijon', yema madurada, mantequilla de anchoas y brioche para acompañar una elaboración absolutamente perfecta y sublime.
Desde unas 'pommes' bravas hasta un intenso magret
Sus clásicos vinieron a definir la cocina de Rodríguez de la Coba y sus 'pommes' bravas han pasado a ocupar los primeros puestos de las listas de irresistibles que se pueden disfrutar en la capital grancanaria. Papas, un producto tan cotidiano y básico en nuestras islas tras las puertas de Rêver encuentra un digno homenaje en textura y presentación nunca visto antes, con ese efecto hojaldrado tras una fritura en varias temperaturas y tiempos, mimadas en grasa animal. Y es que desde que este chef lo tratara, este bocado lo elevó hasta los límites del antojo, y con un solo mordisco, comenzarás un idilio eterno con este plato.
Lo mismo sucede con sus croquetas de coral de carabineros, donde, una vez más, la técnica precisa y perfectamente ejecutada en las manos de Fernando convierte esta popular receta en una reinterpretación sofisticada sin que por ello pierda un ápice de su esencia. Y tanto es así, si me permiten el apunte, que le he prometido a mi hijo Juan compartir mesa y ambos platos como regalo en su próximo cumpleaños.
Publicidad
Pero, si hay un plato en su variada y renovada carta, donde las elaboraciones coronan la perfección en ejecución, sabor, texturas y contrastes, ese es su magret de pato madurado, buena muestra de la alta cocina que define a Rêver, donde las elaboraciones que lo acompañan multiplican en intensidad el resultado: puré de tupinambo, espárragos a la brasa, ajo negro y salsa de colmenillas.
La evolución que consolida la madurez de Rêver
El rigor gastronómico con el que este chef encumbra las elaboraciones, tanto las ya consideradas clásicas de Rêver como las nuevas incorporaciones, queda fuera de toda duda, sobre todo, cuando se mide su ceviche en una cocción natural, intensa y equilibrada, dando por resultado todo lo que se espera de este plato.
Publicidad
Y casi lo mismo sucede con su tratamiento a los productos de temporada donde unas delicadas alcachofas rinden homenaje a una intensa cecina y al contrario porque cada elemento entra en equilibrio sin perturbarse y donde una creación como ésta y el queso de cabra curado que la remata nos viene a contar que estamos en la capital grancanaria disfrutando de una cocina excepcional y extraordinaria, donde cada plato es una evolución, una versión mejorada y un paso más hacia la excelencia.
Ese lujo silencioso: sala y servicio
La elegancia y sobriedad de su sala ya dio mucho que hablar cuando este restaurante se inauguró. Detalles sutiles que llenan de exclusividad el ambiente y el espacio y desde donde impera un respeto absoluto a las tendencias arquitectónicas del barrio de Vegueta, integrándolo de manera natural y consiguiendo mejorar el entorno.
Publicidad
Su servicio también está a la altura de lo que se espera en Rêver, imperando también el clasicismo donde se practica la excelencia en sus cocinas y en su sala. Amabilidad y atención, dos pautas que no decaen desde el delicioso aperitivo con su tomate rallado y su mantequilla de cabra con el adictivo pan de Panalogía, hasta los postres, capítulo aparte porque nadie en la capital confiere tanta dedicación y extremo cuidado al cierre del menú. Solo con probar su torrija sabrán de lo que le estamos hablando: un brioche propio de las cocinas de Fernando, textura crujiente, jugosísimo relleno, sabor y aroma redondos.
Una cocina y un chef sin ostentaciones
A pesar de la excelsa cocina y del irresistible ambiente de Rêver, en Fernando nadie encontrará a un chef que se presuma, aun sobrándole cualidades para ello: técnica y madurez honran al producto en cada pase y en cada servicio y todo ello, sin haber cumplido los dos años en su trayectoria, así que solo nos queda soñar con lo mucho que nos queda por sorprendernos con la colosal y perfecta cocina de Fernando Rodríguez de la Coba.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión