Bevir by Lopesan, siempre Bevir
Renace en Lopesan Costa Meloneras Resort la cocina de José Luis Espino y vuelve a emocionar al comensal
Cambio de local, de paisaje y de horizonte. Tras el cierre en la capital grancanaria donde brilló con una estrella Michelin y conquistó a los paladares más exigentes, este inolvidable restaurante renace en un escenario a la altura de la gastronomía que se ejecuta en su cocina: la exclusividad del icónico Lopesan Costa Meloneras Resort. Un espacio que pedía a gritos una gastronomía que sellara de manera inequívoca el compromiso de ofrecer a sus clientes los detalles más exclusivos dentro de sus coloniales muros de piedra. Y Bevir no podía elegir mejor destino.
Una reinvención que encuentra en la zona más exclusiva del sur grancanario la casa ideal donde volver a recibir al comensal, manteniendo firmes sus principios y su esencia, volviendo a apostar por el mar y la tierra con sus menús que encendieron una estrella en el cielo grancanario, Fortunata y Jacinta y manteniendo con ello inalterable el alma de Bevir y su cocina: emocionante desde el primer bocado.
La memoria como punto de partida
«Partimos del recuerdo», parece susurrar cada pase de sus menús que permanecen prácticamente idénticos a los que dibujaron la estela de Bevir en la capital, demostrando que la verdadera esencia no se ha perdido en el camino ni en el tiempo aun cambiando de escenario. Y es que, aunque la sala ahora no evoque la intimidad de aquel primer espacio, la verdad se impone desde el primer bocado: la cocina única y vibrante de Espino, con la tierra y el mar como puntos cardinales de su brújula.
Toda huerta y todo mar donde ahora, tras de las puertas de Lopesan Costa Meloneras Resort la cocina de Espino alcanza máximos de expresión con la finca de Veneguera como despensa de cada ingrediente vegetal de sus creaciones, puro kilómetro cero y cierto, sin metáforas: de la tierra al plato.
La profundidad como seña de identidad
Técnica, pausa y emoción vuelen a envolver al comensal en Bevir desde la profundidad y el cuidado que Espino profesa a cada elaboración. Un lenguaje muy propio cargado de altas dosis de sensibilidad para cada ingrediente y cada detalle y desde donde Espino consigue establecer un diálogo directo con el paladar del comensal y con sus emociones porque la cocina de Espino toca la fibra.
Pura excelencia culinaria que ahora en esta nueva etapa permanece intacta, desde sus snacks hasta sus petit fours, donde cada bocado cuenta que Bevir sigue siendo morada de la alta gastronomía en Gran Canaria, la misma con la que soñó muchas veces Rogelio Tenorio, alma, corazón y vida de Bevir y a quien el tiempo y el comensal le dan la razón una y otra vez porque apenas muy pocos son capaces de traducir el abecedario completo del especial lenguaje de la cocina de excelencia.
Siempre Bevir
Desde el arranque, Espino abre dos caminos en el mapa de Bevir con los snacks que te llevarán hacia las raíces o hacia el mar. Solo él es capaz de estimular el paladar desde la huerta, con su hoja helada, dejarlo limpio y preparado para todo lo que le queda por contar. Y sí, su bollo de millo continúa en el repertorio y su pepino y rosas no puede ser más adictivo.
A continuación, Espino te lanza directo al agua desde la tradición con su sancocho y su 'grissini' de atún, bocados que podrías estar repitiendo durante toda la noche. Aunque la textura única de su lubina junto a la acidez del tomate verde y la intensidad del siempre estimulante wasabi quizás puedan conseguir que olvides el arranque, siempre emocionante, de la cocina de Bevir.
Erizos, vieiras, cherne o remolacha se visten de largo solo tras acunarse en las manos y la creatividad de José Luis Espino y que solo él sabe convertir en un vaivén de emociones: 'Remolacha con beurre blanc y aceite de eneldo', 'Chawanmushi de erizos y vieiras' y 'Cherne con escabeche de setas y clorofila', ¿quién da más?
Para cuando la piel ya se haya erizado varias veces durante la velada, toca que Espino, en carne y hueso, se acerque a la mesa, te cuente algún detalle que quizás pasaste por alto y redoble de tambores para el toffee marino más intenso que hayas probado jamás y que llena de sentido a una ventresca de atún embotada.
Una elaboración inolvidable y con la que, a pesar de estar en un local de alta cocina, pellizcarás el pan o el espectacular brioche de Bevir para no dejar ni rastro en el plato. Y para cuando creas haberlo visto todo, espera por el crujiente impecable de su sama, un plato que no querrás terminar jamás y dos postres donde la sensibilidad, la armonía, la técnica y el sabor vuelven a crear todo un espectáculo: 'Helado de miel con garum y caviar' y 'Cremoso de cítricos y crujiente de flores'.
Un 'dream team' que en Bevir se ha hecho realidad
Solo desde la confluencia de dos grandes: Tenorio, su capacidad, su conocimiento y su trayectoria, sumada a todo un equipo de destacados profesionales del sector de la 'casa' Lopesan, se sabe encontrar la excelencia: Diego Tornel, sumiller, Silvia Bejarano jefa de sala y Ernesto Erkoreka en cocina crean la coreografía, el diálogo y la sintonía que multiplican exponencialmente la experiencia de Bevir by Lopesan, cada uno en su papel y cada uno dotando de sugerentes matices la velada, esos que hacen sentir la exclusiva elegancia de la alta gastronomía. Y solo ellos podían conseguir que la emoción del reencuentro fuera más fuerte que la nostalgia. Bienvenido de nuevo Bevir, se te echaba mucho de menos.