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Destino de emociones, ciudad abierta y cosmopolita, por donde han transitado cartagineses, romanos, visigodos y musulmanes dejando su impronta en cada rincón de la provincia, desde La Línea hasta Sanlúcar, pasando por Chipiona, Tarifa, El Palmar, Barbate, Conil de la Frontera y Jerez de la Frontera.
La tacita de plata, poso de culturas milenarias, playas kilométricas, salvajes e interminables desde donde contemplar los atardeceres más bonitos del mundo y una gastronomía singular, única y fascinante, donde se funden huerta, mar y monte.
De enero a diciembre, Cádiz despliega sus encantos porque de Cádiz se disfruta todo; su gente, su historia, su arquitectura, sus playas, sus carnavales y su gastronomía.
A menos de dos horas de vuelo directo con Binter, podrá estar contemplando la bahía de Cádiz, transitando por sus empedradas calles, recorriendo sus rincones rebosantes de un encanto propio pero lo que de ninguna manera nadie debería perderse son sus sabores, porque Cádiz sabe a tradición y a producto del mar y de la tierra, donde cualquier paladar supera las expectativas.
Elaboraciones y maridajes en sintonía que hacen de Cádiz y su gastronomía, una sinfonía propia, única e inolvidable.
No es un secreto que, en cualquier rincón, venta, bar o restaurante de esta provincia andaluza, uno puede comer y disfrutar sin decepciones. Nadie debería regresar sin probar unos langostinos de Sanlúcar, un pedacito de queso Payoyo, las célebres y replicadas tortillitas de camarones, el mejor pescaíto frito del mundo y el atún de la almadraba.
Nuestra ruta sabe a todo esto y a más y, si no quiere perderse nada, el siguiente paseo viene repleto de los sabores únicos de la gastronomía gaditana.
El más conocido y reconocido probablemente, no hay propio o foráneo que haya pisado Cádiz y no se haya puesto en la cola de esta mítica taberna.
Fue fundada en 1953 por José Ruiz, más conocido como Pepe El Manteca. Hoy, sus hijos Tomás y Pepe continúan al frente de lo que comenzó su padre, en lo que era un almacén, que con el tiempo se fue haciendo famoso por el tapeo, que sirven en papel de estraza y los vinos.
Si acude, no debería perderse la mojama de atún, su carne mechada o sus famosísimos chicharrones y acompañando la faena no debe faltar un buen vino de Jerez.
Si se quiere comer uno de los mejores pescaítos fritos de todo Cádiz, el Bar Arturo es parada obligatoria.
Lo ideal será arrancar con unos tomates aliñados y unas gambas. No se olvide de probar sus almejas o coquinas de fango para terminar con un excelente pescaíto frito; gallo, calamares o chocos, el cazón o la morena en adobo, los boquerones, las puntillitas, las acedías y la ventresca de merluza.
Pero no todo es pescaíto o vinito de Jerez. En Cádiz es obligación disfrutar de un mollete con manteca colorá, y en Los Pepes, nadie debería perderse un desayuno. Fundado en 1926 todavía, a día de hoy, aquí se come el mejor mollete con tomate y aceite, con manteca colorá, o de carne mechá.
Y porque no solo el mar se prueba en esta provincia andaluza, en La Carboná, una antigua bodega de vinos de Jerez es un marco incomparable donde se disfruta de la gastronomía y de los vinos de Jerez.
Su chef, Javier Muñoz utiliza sus vinos en la elaboración de los platos más característicos de su carta y, además, no se debería perder el jamón de bellota, los langostinos de Sanlúcar, el arroz negro y el steak tartar.
Si se quiere disfrutar de los vinos de Jerez y de la típica comida jerezana, sin duda, La Carboná es la opción perfecta.
Un precioso local situado en una de las zonas nuevas de Jerez, desde donde los hermanos Carrasco, Juan Manuel en la cocina y Pepe en la sala, imprimen un carácter propio y auténtico a todo lo que hacen.
Excelente materia prima tanto en pescados como en carnes, pero sobre todo un buen trato que se llevarán también como recuerdo.
No deje de probar el paté de faisán, las mollejas, el rodaballo o cualquiera de sus excelentes carnes de ternera.
Son muchos los paladares exquisitos que unánimemente consideran a Casa Manolito, en Puerto Real, el mejor lugar donde comer producto exclusivo como la langosta de Sanlúcar de Barrameda, unas coquinas de dimensiones importantes o las gambas más impresionantes de todo Cádiz.
Sin duda, Casa Manolito es la meca de Cádiz del producto.
Este precioso local galardonado con una más que merecida estrella Michelín es epicentro de todo el potencial gastronómico de Cádiz.
Un enorme respeto por los productos de esta tierra elaborados, tratados y combinados de forma sabia, para obtener un resultado sorprendente. No debería perderse el buñuelo de ortiguillas, los guisantes con bacalao y trufa y la molleja rústica.
La genialidad de Ángel León, chef del mar es adentrase en las profundidades más desconocidas del mar. No queda más que rendirse, conocer y probar este ya templo de la gastronomía mundial, porque en el planeta somos más agua que tierra.
Sus dos capítulos, mar salado y el mar más dulce hacen de la experiencia un viaje sorprendente, repleto de imaginación que fascina, agrada y atrapa. Y, sin miedo a equivocarnos, en todo el mundo, no hay nada igual.
Imprescindible reservar con mucho tiempo de antelación.
Un paseo por el Mercado Central de Abastos, donde se verá envuelto entre magia, tradición y ambiente. Además, disponen de puestos de venta de productos naturales y un rincón gastronómico donde se puede disfrutar de algunas de las delicias de la ciudad. Y por si no fuera suficiente, encierra un gran valor arquitectónico.
Y otro de los imprescindibles, si viaja en verano, son sus chiringuitos de playa. En las orillas de Tarifa, Zahara o Barbate, se van sucediendo exclusivos locales, a cuál más tentador donde la gastronomía, la diversión y el ambiente, atrapan y seducen. Para nosotros, Arena Bay, regentado por el canario Miguel Ángel, es el lugar perfecto que lo tiene todo, como Cádiz entera.
Binter ofrece vuelos directos a Jerez desde Canarias cuatro días a la semana, con Tenerife (TFN) los martes y viernes y con Gran Canaria (LPA), los lunes y jueves. A esto se suma la facilidad que tienen los pasajeros de la compañía para volar desde o hacia otra isla, al permitir Binter realizar el salto interinsular en conexión sin coste adicional.
La experiencia Binter empieza desde la compra del billete y alcanza su máxima expresión a bordo de su moderna flota de aeronaves E195-E2 del fabricante Embraer, un avión que sorprende por su comodidad y eficiencia, encargado por la compañía con una configuración que permite un espacio entre filas similar al de una clase business.
En sus cómodos asientos, el pasajero disfruta de un aperitivo gourmet de cortesía, que incluye ibéricos y productos canarios como queso, mermelada, fruta o las populares ambrosías de la aerolínea. Una selección variada de productos de calidad que, sin duda, nos ayuda a disfrutar aún más del placer de volar con Binter.
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Zigor Aldama y Gonzalo de las Heras (gráficos)
Antonio Paniagua y Sara I. Belled
Abel Verano
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