El queso cottage se agota: por qué todos lo buscan, qué beneficios tiene y cómo aprovecharlo en casa
El queso cottage, ese granulado suave y ligero que hasta hace poco pasaba desapercibido, se ha convertido en el nuevo objeto de deseo
En plena fiebre por los productos altos en proteína y bajos en calorías, este queso fresco ha conquistado las redes sociales, las dietas y las neveras, pero ¿Qué lo hace tan especial? ¿Por qué ha subido tanto de precio? ¿Y dónde se fabrica realmente?
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Un queso fresco, sencillo y muy eficaz
El cottage es un queso fresco y grumoso, elaborado sin prensado ni maduración. La leche se cuaja, se corta una sola vez y se escurre parcialmente, dejando una textura ligera que se mezcla con sal y, a veces con nata. El resultado da un producto cremoso, suave y con un altísimo contenido en proteínas.
Cada 100 gramos de este queso nos aportan de media 11 g de proteína, muy superior al yogur o incluso a los huevos. Si optamos por la versión baja en grasa apenas estaremos consumiendo 80–90 kcal. Además, también incluye minerales clave como calcio, fósforo y potasio, lo que lo convierte en el producto ideal para huesos, músculos y salud cardiovascular.
La caseína, la clave de todo
El 80 % de la proteína del cottage proviene de la caseína micelar, una proteína de digestión lenta que libera aminoácidos durante horas. Esto lo convierte en un aliado ideal para muchas 'cositas' buenas, como permitir que ganemos masa muscular, sobre todo si lo ingerimos durante la cena, también se ha demostrado que es un producto saciante y si eres deportista influye en la recuperación tras practicar ejercicio. Si además lo que buscas es perder peso o mejorar tu alimentación, el cottage es un guante que encaja a la perfección.
Una moda que llegó para quedarse
El gran salto se le debe a la red TikTok y a las cientos de recetas que no tardaron en hacerse virales. Sin ir más lejos, ya suman millones de visualizaciones los helados de cottage, pero, siguen manteniendo posiciones destacadas las tostadas proteicas, los postres sin azúcar y un gran etcétera con el queso cottage como base.
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La denominada 'generación Z' lo adaptó con alegre entusiasmo, y de ahí el éxito. En países como EE.UU., las ventas subieron a doble dígito en cuestión de semanas y las marcas fabricantes se vieron obligadas a multiplicar su producción.
En Europa prácticamente sucedió lo mismo, famosas cadenas de supermercados como Lidl o Carrefour detectaron un repunte más que considerable en la demanda. En España, Mercadona llegó a quedarse sin stock durante semanas y aún hoy en día es más que frecuente encontrar el lineal vacío, a no ser que acudas a la hora de apertura. El cottage, que antes solo compraban o conocían las personas con perfiles muy 'healthy', ahora aparece en recetas de lo más cotidianas, ocupando desayunos, almuerzos y cenas.
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¿Por qué ha subido tanto de precio?
La masiva demanda que, además, no fue un fenómeno paulatino, sino que llegó de repente es, obviamente, una de las razones, pero no la única.
Existen otras razones, como que su fabricación requiere de un equipamiento específico y no se produce en muchas plantas industriales. Además, casi en paralelo al incremento explosivo de la demanda se sucedieron aumentos considerables de costes como el de la electricidad, el transporte, los piensos y subidas impositivas como las del IVA al 4% para los productos lácteos.
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Todo ello ha dado como resultado que el queso cottage pasara en poco tiempo de ser un producto barato y prácticamente desconocido, a uno con precios gourmet.
En qué recetas usarlo para sacarle todo el partido
Lo primero será que consigas encontrarlo y una vez lo tengas, puedes comprar toda la cantidad que puedas porque el queso cottage congela muy bien y no pierde porpiedades por ello.
Aquí te dejemos algunas ideas:
Tostada de queso cottage untando el pan y por encima, láminas de aguacate y rodajas de tomate.
Hacerte un batido con frutas y añadirle un trozo de queso cottage, lo que lo convertirá también en un batido proteico.
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En un cuenco, desmenuza queso cottage y añádela frutos rojos y un chorrito de miel. Tendrás un postre proteico delicioso.
Congela un plátano y, una vez congelado, mételo en la batidora junto con queso cottage y tendrás tu helado favorito del verano.
Como relleno en verduras, como champiñones, calabacines y berenjenas e incluso, como queso base de una quiche.
Y como no, en cualquier ensalada que lleve queso, puedes sustituirlo por el cottage.
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Así que ya sabes el porqué de que el queso cottage haya pasado de ser un producto de nicho a un auténtico fenómeno social, sobre todo, debido a la riqueza de su perfil nutricional, su versatilidad porque al no tener un intenso ni marcado sabor, aporta textura, pero sin hacerle sombra a otros ingredientes y. cómo no, por el empuje de las redes sociales.
Un auténtico fenómeno que, a pesar de haber subido su precio hasta en un 16% y que la mayoría de las veces escasea, el queso cottage sigue triunfando por su generoso aporte de proteína láctea de alta calidad. Así que ya sabes, si lo ves en el lineal, aprovecha porque puede que cambies de pasillo y a la vuelta no lo encuentres.
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