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Acercarse a Leyla es contagiarse de puro entusiasmo por la vida y uno puede pensar que, siendo psicóloga, le viene de formación profesional, pero nada más lejos de la realidad. Leyla es así de nacimiento.
Quería ser psicóloga desde tomó conciencia. Desde muy pequeña se preguntaba, una y otra vez, el porqué de muchas cosas, sobre todo por el comportamiento propio y el del resto ante el mundo, así que, vocación en acción. Leyla puso rumbo a Tenerife y se licenció por la Universidad de La Laguna, pero eso solo fue el primer paso de una carrera centrada en la especialización en psicología educativa y en el entorno laboral, con máster incluido en prevención de riesgos laborales.
Un tiempo en Madrid, desarrollando también carrera profesional para grandes empresas le han valido para centrarse en lo que mejor sabe hacer: detectar y dotar de herramientas para transitar de la mejor manera posible sobre los conflictos que se padezcan.
Tras un tiempo en Madrid, Leyla regresa a Gran Canaria y planta la primera semilla de lo que hoy es un más que conocido y reconocido gabinete (enlace a su web) desde donde lidera y acompaña a cuatro profesionales y sonríe a boca llena porque hoy, Leyla sabe que juntas, son capaces de todo. Y así lo avalan pacientes, empresas y público de toda índole que encuentra en Leyla Portillo una sólida y eficaz red de ayuda.
Acompañamiento y soporte son las prácticas habituales de su día a día, ayudar a gestionar el estrés, a identificar el acoso laboral, a generar el ambiente idóneo y las condiciones psicosociales necesarias para que trabajadores y empresarios se entiendan y sin pasar por alto la responsabilidad social, porque, tal y como Leyla nos cuenta: «los trabajadores son personas por encima de todo y necesitan de reconocimiento, validación, equilibrio, justicia, sentimiento de pertenencia y si las empresas son capaces de darlo, la producción es exponencial».
Se reconoce una apasionada de su trabajo y se le nota en cada gesto y en cada palabra; su día empieza temprano y suele terminar tarde porque, aparte de su gabinete, Leyla sigue creciendo y desarrollándose también en mentoría, charlas divulgativas y formación. Un amplio campo de acción donde la psicología más filosófica, como a ella le gusta denominar su actividad, es el epicentro desde donde conecta con las necesidades de los demás, porque, nos dice «al fin y al cabo, todos necesitamos lo mismo».
Suspira cuando mira atrás y cuenta que han pasado diez intensos y maravillosos años desde que empezó en su despacho y diez años procurando soluciones al resto, son muchos años, pero Leyla, lejos de sentirse cansada conoce perfectamente el camino que quiere seguir transitando: identificar perfiles y hacer que crezcan. Toda una líder natural que sabe, como pocos, que un buen gestor es el que ayuda a crecer al resto.
Cuando le preguntamos cómo lleva su día a día y si le afectan más allá del terreno profesional los conflictos que ayuda a resolver, Leyla reconoce que tira de la herramienta más eficaz que posee el ser humano: el sentido del humor, además de hacernos un pequeño apunte: «nunca vayas a terapia si tu terapeuta nunca ha ido a terapia. La empatía es absolutamente esencial». Además, nos apunta «¿Cómo no voy a ser feliz con el trabajo que realizo si básicamente lo que trato es de ayudar a los demás? Liberarlos del sentimiento de culpa, restaurar sus relaciones, ayudarles a poner límites, a decir que no, a recuperar la confianza, a disipar el malestar…»
Dentro de todo su universo vital, se reserva tiempo para ella, para sus amigas, espina dorsal de su mundo y para su familia. Procurar momentos especiales con cada uno de ellos es tarea que asume con ferviente entusiasmo y, si la conocieran, Leyla también es famosa por las fiestas con las que celebra la vida: le encanta actuar y convertirse en lo que se le antoje para divertirse con los suyos. Lo mismo celebra un cumpleaños ambientado en una discoteca que monta un programa «ad hoc» de La Resistencia y asume el papel de Broncano. Y si de aficiones se trata, donde Leyla reposta gasolina es en cada encuentro con sus amigas, en montar desayunos en casa a los que le pone especial esmero y cariño a cada detalle, practicar natación tres veces por semana y admirar la obra de Monet. Y si queda algo de tiempo, un repaso a la historia de la monarquía inglesa por la que siente admiración.
La gastronomía también forma parte importante de su vida y, dentro de su radio de acción, desde Triana hasta Vegueta, Leyla traza su mapa más «foodie» y nos cuenta qué lugares y qué bocados la hacen más feliz.
Primera parada con Leyla, El Yantar porque su pincho de tortilla es el mejor y además, es de los pocos locales que en su zona de incidencia abre temprano y desde las 7 de la mañana allí está el equipo, serviciales desde que amanece, adelantándose al cliente al que se esmeran en conocer y logran hacerlo sentir de la familia Yantar.
Segunda parada, Pura Vida por sus zumos naturales y su pulga de tomate y queso, además de tener un local único en la zona, a donde Leyla puede acudir con su perro y donde regalan el espacio para que permanezcas lo que quieras, así que no será difícil encontrarnos con Leyla y su ordenador, concentrada en sus cosas y aprovechando ese ambiente y esa atmósfera maravillosa que se genera en Pura Vida.
En Momento Café podremos tropezar con Leyla los sábados disfrutando de algo dulce o algo salado y para cuando se regala un desayuno homenaje, toma asiento en Dorotea y es feliz con su versión del «bikini».
Si se trata de desayunos de trabajo, sin alejarse de su radio de acción, Cool Beans es su espacio favorito. Si el encuentro es algo «expres» la podremos ver en Pizco, porque sus sándwiches están en su lista de favoritos y si toca alejarse un poco, llega marca la frontera en Pecado Ibérico donde siempre disfruta de su pulga de encurtidos.
Se reconoce como «muy de tascas» y en su radio de acción tiene perfectamente identificadas las que más le saben.
La primera de ellas Bar Tasca Siete Viejas, por ambiente, por estética del local, por precio, por servicio, por su carta, por el cariño y el ofrecimiento de Santi cada vez que va, y no son pocas las veces. Su carta corta per deliciosa le ayuda a no perderse en lo que le gusta que básicamente es la carta al completo y todo siempre, resulta más que correcto, tanto en calidad como en cantidad.
En Dorotea porque han logrado darle un giro al concepto de tasca convirtiéndolo en un lugar único en la capital grancanaria. Su bocadillo de cochino es su bocata favorito y además, todo viene aderezado por esa trastienda que componen Ana y su equipo, quienes nunca han bajado el nivel desde que abrieran sus puertas y sin duda, es admirable cómo han logrado posicionarse en tan poco tiempo. Siempre está hasta la bandera.
La Travesía de Triana es otro local que para Leyla es casa. Allí acude y codo en barra, donde se encuentra con los suyos y donde siempre se pide pluma ibérica, además de «la caña mejor tirada».
Si se aleja de ese círculo, pero apenas unos metros, la podremos encontrar en el Bar Imperial para saborear su bocadillo de costillas y su torreznos, porque así es ella, cuando identifica lo que mas le gusta, no se cansa y repite siempre.
Para los almuerzos de trabajo prefiere una opción más saludable y la encuentra en Bachaco y sus pokés siempre perfectamente elaborados y con productos de calidad.
La opción de menú diario la encuentra en Magenta, donde por 8,60€ come bien, sano, rico y equilibrado y porque Cefe y su equipo la hacen sentir como si estuviera en su casa.
Si la ven en el Bodegón Las Lagunetas y miran hacia el plato, verán que la mesa está coronada por un delicioso escalope y ara cuando quiere celebrar algo importante o darse y regalar un homenaje a sus padres, Qué Leche! Es su punto de encuentro con los suyos, donde disfrutan de sus niguiris de arroz a la cubana. Un ratito compartido que a Leyla le sabe a puro lujo.
Si el día no acompaña demasiado, no renuncia a buenos bocados gastronómicos en casa y para ello se pide la pizza diávola o la de cuatro quesos en La Gustosa y, se lleva el poke a casa de Bachaco.
Leyla es muy de tomar algo con los suyos y traza un triángulo de diversión, de ambiente, de «su gente» entre La Brava, Las Lagunetas y La Gamba porque para ella, socializar es también un alimento absolutamente vital e imprescindible.
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David S. Olabarri y Lidia Carvajal
Iker Elduayen y Amaia Oficialdegui
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