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Pocos saben que Dulce llegó a la radio de manera absolutamente casual y fortuita. Eran años de instituto en secundaria y una amiga le pidió que la acompañara a la radio que andaban buscando voces y Dulce hizo lo propio, acompañar y esperar en una sala a que su amiga terminara con la prueba de sonido, muy lejos de imaginarse que su vida iba a cambiar justo en aquel momento y para siempre.
Mientras esperaba, Pilar Roda cruzó aquella sala y la animó e insistió para que ella también realizara la prueba.
Minutos después de acercarse al micro, todos los técnicos, locutores, personal del estudio e incluso la inolvidable Mara González se arrancaron en aplausos. Dulce no entendía nada, su amiga tampoco y qué duda cabe que empezó en ese instante su profesión, su pasión y prácticamente su vida entera.
Los primeros 15 años fueron vertiginosos, apasionantes y preciosos. Emisoras como los 40 principales, Cadena Ser, Inolvidable FM. Fiestas, viajes, presentaciones, eventos y un gran etcétera porque incluso participaba y votaba en las famosas listas de los 40.
En paralelo, clases de dicción que la llevaron a «perder» la c y a enfatizar las «eses» y se recuerda practicando con un bolígrafo en la boca hasta conseguirlo. Aprendiendo también de los mejores, como Iñaki Gabilondo, adaptando estilos, como el americano, donde el comunicador tiene que ser capaz de hacerlo todo y de seguir acompañando con su voz al oyente. Experiencia y aprendizaje que hoy Dulce sigue poniendo en valor y llevando a la práctica.
Pero, si hay algo que agradece e incluso le conmueve, es la oportunidad y la confianza que siempre depositaron en ella, sobre todo Mara González de quien no puede pronunciar su nombre sin emocionarse. Referente para todos en el mundo de la radio y para Dulce, una parte de su vida, su profesión y por supuesto, su corazón.
Si echa la vista atrás, Dulce ha podido con todo y, aunque lo cuente con naturalidad y normalidad, su voz forma parte de la vida de todos los canarios. Su manera de contar la vida también y su implicación va más allá de su profesión. Como ejemplo, aquel día en que en antena se puso en contacto con el Ministerio del Interior y, ella solita consiguió que salieran de Irlanda siete estudiantes menores de edad «atrapados» por el COVID, tras una llamada de una oyente canaria.
Nos reconoce que nunca ha perdido la ilusión y también es cierto que hay días más difíciles que otros. Empatizar con el oyente es su seña de identidad, sobre todo, como ella nos cuenta «no es solo lo que me cuentan en directo, también es lo que me dicen en privado, cuando el micro está apagado».
Desde las 06:00 a.m. pone los pies en tierra, repasa la prensa y la agenda y directa a montar escaleta de su programa, Buenos días Gran Canaria, porque como bien dice, la actualidad siempre es apabullante. En paralelo, cede el paso a otras voces, a esa realidad que existe y que día tras día deja de manifiesto que la colaboración ciudadana ante la realidad siempre es la que aporta las mejores respuestas.
Cuando le preguntamos a «la chica de la radio» como todos la conocen de lo que más orgullosa está tras tantos años de intensa y exitosa actividad tras el micro, nos responde sin titubeos. Aportar, acompañar la soledad y ser apoyo, sobre todo, de todas aquellas personas que no lo están pasando bien. Porque ella es la voz, lo que cuenta y cómo lo cuenta, pero sabe, como pocos, ceder el paso a otras voces y subirles el volumen para que se les escuche.
Hoy, generosa como siempre y a sabiendas de su limitado tiempo libre, nos regala un paseo por sus sabores favoritos de la isla de Gran Canaria, tan excepcionales y maravillosos como ella.
El que más disfruta y saborea es en El Altillo, el lugar que la vio nacer, en casa de su madre con una tostada de aguacate y huevo frito. Indispensable el huevo.
Si toca disfrutarlo fuera, siempre en fin de semana, cuando mira hacia el sur y dos son sus lugares de referencia. El primero de ello La Tapita Los Joses y La Cocina de Hande. Ambos en San Fernando de Maspalomas.
Tampoco dice que no a disfrutar de un buen desayuno con vistas a la Playa de Las Canteras.
Nos adelanta que no es amiga de grandes banquetes, lo que le encanta es almorzar de picoteo y nunca dice que no a un buen plato de cuchara casero y tradicional.
Si toca zona sur, la podremos encontrar en El Capitán, disfrutando de lo que le gusta, dos o tres cositas para picar, mirando al mar.
Otro de sus lugares favoritos, el Restaurante Motivos, donde todo lo elaboran delicioso, tanto carne como pescados.
Si seguimos más hacia el sur, la podremos encontrar en Arguineguín, en el Bar Careta donde disfruta de lo que más le gusta, comida casera deliciosa.
Hacia el norte, no perdona sentarse en el bar de Paco, El Oleaje un buen picoteo, relajada y sin mirar el reloj.
Sin variar la brújula también nos confiesa que le encanta La Marisma porque se ha convertido en un local ideal para estar y todo lo que elaboran está muy rico.
Si tomamos desvío hacia Visvique, parada obligatoria en el bar de Víctor, Hermanos Díaz, por su cocina casera y por esos momentos mágicos cuando alguien aparece por la puerta con su guitarra y todo el bar se arranca a cantar.
De regreso a la capital, a Dulce no será difícil encontrarla disfrutando de la morena frita en El Padrino y si el día se tercia de sancocho, también, porque este es uno de los lugares donde mejor lo preparan.
Y no puede faltar su lugar favorito para picar rico y casero en el Paseo de Las Canteras: El Dorado, por sus potajes y sus croquetas.
No es de cenar fuera salvo que la ocasión revista algo especial y para ella, esos lugares los encuentra en el sur y en la capital.
Los dos Churrascos, porque sus elaboraciones son impecables siempre.
En el Loopy´s porque siguen manteniendo vida su historia y forma parte de sus recuerdos.
Y, como cierre de propuestas, le encanta ir al Hotel Lopesan Baobab Resort a disfrutar de una cena entre amigos en un entorno mágico y maravilloso.
Nos confiesa que no es de copas, lo que más le gusta cuando toca retirada es una buena menta poleo, su aroma favorito. Aun así, si la noche se tercia y toca alargarla un poco más, el lugar perfecto para Dulce es el Café del Mar en Meloneras. Un local que lo tienen todo y donde siempre lo pasa bien.
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Isaac Asenjo | Madrid y Álex Sánchez
Borja Crespo, Leticia Aróstegui y Sara I. Belled
Lidia Carvajal
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