Dónde saborear Gran Canaria, según el hostelero Paco Almeida
Entró en el mundo de la hostelería desde que tuvo uso de razón y hoy regenta el Restaurante Asador La Marisma, parada obligada para los amantes del pescado y las carnes frescas 'del país' en Gran Canaria
Desde los 12 años empezó a aprender el oficio, en su barrio, Corvo, en el municipio de Moya, un lugar en el que aún vive y que considera de los más bonitos del mundo. En paralelo estudiaba y con tan solo 15 años, un amigo se lo llevó a trabajar a Maspalomas.
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Más de ocho años curtiéndose y aprendiendo todo del oficio sin que le faltara nada por conocer, aunque Paco también nos marca un momento importante en su vida, probablemente el que más: con 20 años se casó con Araceli, la mujer de su vida.
Tocaba volver y crecer por sí mismo, junto a su mujer, quien desde siempre ha trabajado, hombro a hombro con Paco en cada negocio que han emprendido juntos porque muy pocos pueden contar con la trayectoria, la experiencia y el conocimiento que Paco posee.
Durante años hicieron crecer negocios en la isla: las cafeterías de la Facultad de Derecho, también la del CULP, el restaurante El Labrador en la trasera de la calle Venegas y, la joya de la corona, La Marisma en la carretera del Norte. Pero, como a muchos, le llegó la pandemia.
Cedió la explotacion de casi todo, manteniendo bajo su control La Marisma, porque Paco está allí, al pie del cañón cada día de apertura, recibe en la puerta, acomoda al comensal y le canta la carta fresca del día.
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Pero muchas horas antes, Paco se habrá dado un paseo, seguramente hasta Agaete, en busca de ese pescado fresco, con los ojos negros y brillantes para que poco tiempo después luzca en el expositor que da la bienvenida cada día en La Marisma.
Lo mismo sucede con sus carnes, todas 'del país'. Piezas que entran a su criterio y selección porque, si por algo se caracteriza La Marisma es precisamente por su producto: fresco, honesto y perfectamente ejecutado en brasa de carbón.
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Y ahí no queda la cosa, frutas y verduras habrán bajado hasta la costa desde una finca propia en Corvo que Paco y su familia cuidan para disfrute del público que confía en La Marisma.
Una vez y el COVID dejó coger resuello al sector de la hostelería, su hijo Yeray quien junto con su padre y su hermana Yoana regentan el negocio, le propuso ofrecer música en directo. «Había que alegrar el ambiente y la gente estaba necesitada de salir, de relacionarse, de pasárselo bien» y Paco no se lo pensó dos veces e hizo crecer «El Mirador de La Marisma», una zona 'chill out' con unas vistas impresionantes a la costa norte de Gran Canaria donde no solo se come magníficamente bien, sino que, desde entonces y hasta hoy en día es un lugar único en la isla para pasarlo bien rodeado de un ambiente maravilloso. Y, como Paco dice, agradecido por la acogida porque no era fácil «al fin y al cabo estamos en Moya, no en Las Canteras».
Después de tantos años aún hoy sube y baja a diario las escaleras de su negocio más de 100 veces, lidera un equipo de más de 30 personas, de quienes destaca la fidelidad, la lealtad y la entrega porque muchos llevan a su lado más de 20 años, como es el caso de su encargado, Miguel Naranjo, para Paco parte esencial del negocio, así como Verónica, su cuñada quien también mira y defiende La Marisma a diario.
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Cuando le preguntamos cuál es el secreto para mantenerse y lidiar a diario en un negocio que jamás está exento de sacrificios, Paco lo tiene claro: «desde niño me metí en esto, pero las claves no son otras que estar en el día a día y darle mucho cariño a la gente, tanto al equipo como al cliente». «Y mucho producto fresco, del bueno. Todos los que traspasan las puertas de La Marisma viene buscando lo que saben que damos aquí: pescado y carnes frescas a la brasa de carbón de un horno 'Josper'.»
Después de tantos años, también toca preguntarle por sus sueños de futuro, a un hombre que ha hecho de la calidad y el servicio una incomparable escuela propia y nos responde sin dudarlo: «Quiero pasar más tiempo con mi esposa y con mis nietos. Disfrutar con ella de la vida, porque ambos ya hemos trabajado mucho».
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También toca preguntarle a todo un experto como él, dónde disfruta de la gastronomía en la isla de Gran Canaria y Paco, generoso, nos detalla esos rincones donde para él, lo más importante es disfrutarlo con sus tres nietos, a los que no puede nombrar sin emocionarse, y además donde saben que trabajan día a día por dar el mejor servicio y producto.
Dónde desayuna Paco Almeida
Para arrancar el día ningún lugar es mejor que Corvo, el pueblo que lo vio nacer y sentarse en la barra de la tienda de aceite y vinagre de toda la vida con más de 100 años de historia: la tienda de Olguita y Cirilo, hoy regentada por su hijo, Alberto Suárez. En este emblemático lugar, Paco disfruta con sus desayunos tradicionales, un buen bocadillo con quesos de Gran Canaria y embutido. Un clásico que no falla, aunque también nos recomienda que a otra hora del día no dejemos de probar sus sardinas de lata.
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¿Con que se toma Paco su Dorada Especial por el Día de Canarias?
Estamos en la semana grande de nuestra autonomía y preguntamos a Paco, cómo la celebra en la mesa y lo tiene claro, un buen sancocho con una caña bien fría de Dorada Especial porque no hay mejor homenaje que ese para celebrar el día de todos los canarios.
A la hora del almuerzo
En la capital grancanaria lo podremos encontrar en el Paseo de Las Canteras y solo tomará asiento en El Dorado, por su deliciosa comida casera, por la magnífica atención de su gran amigo Manolo y, además, porque sus nietos tienen espacio para disfrutar y para correr sin peligro.
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Cuando toca salir hacia el centro de la isla, otro local que brilla como La Marisma por la dedicación y la honestidad de quienes lo regentan: Ca Manolo en El Madroñal.
Si toca coger rumbo norte, parada en la Cofradía de Agaete donde su amigo Orlando siempre le procura el mejor pescado fresco del día.
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La cena de Paco Almeida, siempre con su mujer Araceli
Para Paco existe el local número 1 que lo tiene todo y que es magnífico e impecable y ese local solo puede ser Casa Brito en Visvique. Para Paco, el mejor.
Eso sí, de camino a Casa Brito siempre toca hacer parada en el Bar Hermanos Díaz y disfrutar con alguna tapa de la excelente cocina casera que elaboran y, por supuesto de sus huevos rellenos, únicos en la isla.
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No copas, solo sobremesa
No es de salidas nocturnas ni de tomar copas de noche, Paco prefiere una buena sobremesa en cualquiera de los locales mencionados porque en todos disfruta también de su buen ambiente y, por supuesto, no puede faltar una de las mejores terrazas con vista de la isla de Gran Canaria, El Mirador de La Marisma.
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