Dónde saborear Gran Canaria, según Alba Rodríguez y Rafael Díaz, propietarios de Amaki Sushi
Se conocieron siendo niños y juntos han creado un restaurante japonés único y magnífico en la isla
Apenas tenían 16 o 17 años cuando se conocieron. Rafa era compañero de clase del hermano de Alba y no dudaron en vivir un idilio de adolescentes que hoy ambos recuerdan con cariño.
Separaron caminos: Rafa se fue a estudiar a la Ciudad Condal y Alba hizo lo propio en la Capital del Reino. Él se licenció en Publicidad y Marketing para continuar después con estudios de posgrado en Estrategias de Marketing. Alba se diplomó en lo que antes se denominaba Empresariales para continuar después con la licenciatura en Investigación de Mercados.
Unos años después, la vida los volvió a encontrar. Rafa no dudó en intentar retomar aquella tierna relación, y a la vista está que lo consiguió, porque hoy trabajan juntos, han formado una familia con dos hijos y, en primicia, un tercero que ya viene en camino. Juntos lideran Amaki Sushi, un negocio que desde hacía años se gestaba en los deseos de Alba y en el que Rafa aterrizó por echarle una mano.
Compartieron vida durante un tiempo en Barcelona. Rafa quería continuar allí y Alba aprovechó para hacer sus prácticas, nada más y nada menos que para la marca de lujo Chanel. Toda una experiencia que Alba aún recuerda con muchísimo cariño y entusiasmo.
Pasado un tiempo, Alba quiso regresar. La influencia de su padre, yudoca olímpico de la Selección Española, le había hecho crecer y conocer la apasionante y milenaria cultura nipona. Viajes, amigos y tradiciones encontraron un espacio importante en la cabeza y en el corazón de Alba, y a su regreso a Gran Canaria se marcó como meta abrir un 'córner' de auténtica comida japonesa inspirado en lo más común y genuino de esta gastronomía.
Y así fue. Pragmática como pocas —como así la define Rafa—, Alba se comenzó a empapar de todo lo que necesitaba, llegando incluso a 'vivir' prácticamente en casa de Chikako, una señora japonesa afincada en Siete Palmas. Con tan solo traspasar las puertas de su casa, Alba se sentía en el mismo centro de Tokio, y allí lo aprendió todo. También recibió parte de la enorme sabiduría del inolvidable Sr. Sato, amigo de su padre, y de Miyoshi, gran amigo de ambos. A partir de ahí, la cocina japonesa dejó de ser un secreto para ella.
Un local de apenas 6 metros cuadrados fue el primer emplazamiento de Amaki Sushi en la capital grancanaria. Justo un día antes de abrir las puertas, a Alba le entró una especie de 'miedo escénico' y no fue capaz de colocarse tras el mostrador. Pero allí estaba Rafa, cambiando sus planes de vida y echando una mano para que Amaki Sushi se hiciera realidad. Un plan que, en sus inicios, solo duraría dos días para que, desde que Alba se incorporara, Rafa pudiera seguir su hoja de ruta, que nada tenía que ver con el sueño de Alba. Pero a la vista está que no fue así, y la propia Alba, hoy, entre risas, nos cuenta que las mejores decisiones que ha tomado Rafa en su vida han sido, precisamente, aquellas en las que Alba le ha hecho cambiar el guion.
Desde aquel pequeño local donde irrumpieron, no solo en elaboraciones sino también en formatos y presentaciones con las archifamosas cajitas de delicioso sushi de Amaki, hasta hoy: un consolidado restaurante japonés de Gran Canaria, donde juntos aportan lo que mejor se le da a cada uno. Rafa, pura creatividad e innovación. Alba, método, orden y ejecución. Uno más atrevido, otra más reflexiva, complementándose siempre. Y probablemente este es el gran secreto del éxito que siempre los ha acompañado. Aunque ellos reconocen no parar de trabajar y que ello los ha llevado a vivir una juventud más sacrificada, también apelan a que la suerte —aun no siendo un factor determinante— siempre ha estado de su lado, porque siempre han contado el uno con el otro y con las circunstancias idóneas para que todo se diera tal y como lo proyectaban.
No dejan de crecer. No ha pasado un año completo sin que introduzcan cambios en su carta. Ideas y proyectos se multiplican en la cabeza de ambos y, cuando no están de acuerdo en algo, escuchan a un tercero que los saque del empecinamiento propio. Como dice Alba, «hasta esa suerte tenemos, porque ambos nos empeñamos siempre en resolverlo».
Un restaurante que forma parte de la cotidianidad de la capital grancanaria, donde todo el que traspasa sus puertas sabe perfectamente que va a disfrutar de manera sobresaliente de elaboraciones frescas, creativas e irresistibles, en un ambiente de auténtica inspiración nipona. Un equipo de 16 personas ya son rostros conocidos por el público. Y como último, por ahora, ejemplo del empeño de ambos por seguir sorprendiendo a sus fieles seguidores: la cajita de Dani Franco, donde te lo contamos todo en este enlace.
Hoy hacen un alto en el camino para contarnos dónde disfrutan en la isla de Gran Canaria, una lista —según apunta Rafa— «muy de padres de niños pequeños», pero donde no por ello dejan de sacarle sabor a la isla redonda.
Dónde desayunan Alba y Rafa
Como ellos nos indican, todo lo hacen juntos, así que también arrancan el día en compañía mutua y en sus locales favoritos que les son comunes a los gustos de ambos.
El primero de ellos: Kafema, por su excelente café, su agradable ambiente y por su terraza, en una calle peatonal donde sus dos hijos también disfrutan. Nos apunta Rafa que no dejen de probar su fajita de tortilla.
El segundo local: la cafetería Bien de Amores, porque todos los sándwiches que elaboran están muy ricos y porque el ambiente también es de lo más agradable. Tanto es así que lo consideran el lugar ideal para las reuniones de equipo.
Cuando toca desayunar con amigas, Alba elige Guajira Coffee & Wine Bar, porque allí siempre se encuentran súper a gusto y todo lo que elaboran es delicioso, aparte de un excelente café.
Cuando le toca a Rafa despistarse, será habitual encontrarlo en Caracolillo Coffee, sobre todo por su delicioso sándwich 'tuna melt' y sus huevos con kimchi.
Y como cierre a la lista de desayunos, Alba destaca todas las creaciones de Dara, en Ave Pastelería Artesanal, sobre todo sus 'cinnamon rolls' de canela, sus cruasanes y su tarta de limón o de chocolate.
A la hora del almuerzo
Sin duda, Amaki siempre toca varias veces por semana. A Rafa lo encontramos disfrutando con cualquiera de las elaboraciones de Amaki Sushi con atún, y a Alba con su 'yakisoba' con pollo, verduras y salsa de tamarindo.
Otros locales, todos en la zona de incidencia de ambos, son La Travesía de Triana, donde también será frecuente encontrarlos disfrutando con un plato de cuchara del día en el caso de Rafa, y a Alba con cualquiera de sus ensaladas.
Qué Leche! es otro de sus habituales, porque les encantan a ambos todas las creaciones de Jennise.
Cuando tienen antojo de un buen plato de pasta, ambos lo tienen claro y eligen Rígolo, un local que está destacando cada vez más en la zona.
Cuando toman algo de distancia de la zona de todos los días, a esta encantadora pareja les encanta disfrutar en Embarcadero, con la cocina de Rafa Bueno.
Si pueden salir aún más lejos, y como a los dos les encanta jugar al tenis, han descubierto Revés Bistró: una cocina deliciosa y un local de lo más agradable para seguir disfrutando durante la sobremesa y donde también dan rienda suelta a sus retoños.
Las cenas, lo menos frecuente
Ya se sabe que cuando se tienen niños pequeños, lo de salir a cenar fuera de casa se complica bastante. Aun así, marcan dos locales de lo más especiales para ambos en su ruta y, sobre todo, a ambos irían con más frecuencia si fuera más fácil conseguir mesa: Deliciosa Marta e Hikari Japanese Roots. Ambos maravillosos en su propuesta.
Eso sí, a lo que más pueden acceder de vez en cuando y cuando les entra antojo es pedir cena a casa, aunque Rafa es más de pasar por el local y recogerla y para ese momento casi siempre eligen alguna de las hamburguesas de Goons.
Pero si tienen que marcar una cena favorita, esa es un sándwich club que se preparan ellos mismos en casa.
Y qué duda cabe que, el hecho de salir de copas ya no forma parte de ninguno de sus mapas gastro.