Carmelo Peña y Alba Bernal, el relato que encierra cada botella de Bien de Altura
Por encima de las nubes, este proyecto vitícola capitaneado por el enólogo y viticultor Carmelo Peña, y a su vez contado desde el corazón por la sumiller Alba Bernal, nació hace años para llevar al resto del mundo el corazón de la isla de Gran Canaria
Una cita única, organizada por CANARIAS7 gracias al apoyo del Cabildo de Gran Canaria, dentro del programa Gran Canaria Me Gusta y de la Cámara de Comercio de Gran Canaria, fue el escenario donde se sintió el latido más profundo del centro de la isla de Gran Canaria, con el fin de darle sentido, y no solo sabor, a los productos de la isla redonda.
Un encuentro irrepetible donde compartieron escena el enólogo y viticultor, Carmelo Peña junto a la sumiller, Alba Bernal para tomar la voz de toda una isla, de todo su potencial, de parte de su historia y su sabor como solo ellos saben hacer: desde el amor más auténtico y puro a un territorio: la isla de Gran Canaria.
Una historia que contar
Quizás ni el propio Carmelo sabía a dónde llegaría cuando se matriculó en Ingeniería Química a la vez que no dejaba de soñar con la restauración para lo que, en simultáneo y por las tardes, se matriculó en la escuela de hostelería y formarse como camarero con la intención de empezar desde abajo y hacer realidad el sueño de abrir, algún día, su propio restaurante.
Inquieto y perseverante se dejó seducir por el mundo del vino especializándose en enología, lo que le llevó hasta la Universidad Rovira i Virgili en Tarragona para fundamentar aún más el camino que pronto comenzaría a trazar en su isla.
Viajes alrededor del mundo, personas y experiencias fueron configurando todo un cofre lleno de conocimiento y pasión que Carmelo atesoraba en cada paso. Pero, cada tramo del camino andado fuese en Chile, en Francia o en Portugal, lo acercaba cada vez más a casa, a su Ingenio natal, a su familia, a su gente y a la tierra de Gran Canaria.
Aprender para regresar
Un propósito fue el sello en el pasaporte de regreso y viejos viñedos de Gran Canaria, el pasaje de vuelta. Una idea que Carmelo sustentó en cepas y parras centenarias de la isla con el fin de darles un digno futuro que hoy, desde las distintas referencias de Bien de Altura rinden un auténtico homenaje al picón, al océano que nos rodea, a los volcanes que hace millones de años dieron estructura a un suelo y a las variedades de uvas que solo sobrevivieron en tierras canarias.
San Mateo y sus vertientes se convirtieron en su oficina y las viñas con más de 80 años de historia su equipo de trabajo junto a su familia, su núcleo, quienes ayudaban en cada vendimia y ponían sus pies en las manos de Carmelo a la vez que juntos sacudían los viejos complejos y enseñaban al mundo cómo hacerlo bien porque, solo desde la confianza más absoluta y el empeño más entusiasta se puede ser capaz de cambiar toda una cultura.
Las personas, siempre lo más importante
Desde la pasión y la humildad, Carmelo enfoca cada una de las botellas de Bien de Altura en las personas que lo han acompañado en el camino, familia, amigos y compañeros a los que Carmelo cede todo el protagonismo, dejando patente en cada sorbo, el agradecimiento por haberlo acompañado, apoyado y ayudado ya fuera de día o de noche, fuera lunes, domingo o fiesta de guardar y es que, este joven de Ingenio también tiene la capacidad de contagiar toda la honestidad que encierran sus vinos.
Hoy también lo acompaña Alba Bernal, profesional indiscutible de la sumillería y Carmelo vuelve a dar las gracias al apasionante mundo del vino por hacerle 'tropezar' con las personas que lo habitan. Juntos y de la mano, van conformando un relato único que, en voz de la propia Alba ya tenía protagonismo en la pluma de Shakespeare y sus 'Canary Wines'.
Ambos lo tienen claro: intervenir lo más mínimo en el proceso, dejar que toda la naturalidad de nuestro clima y sus levaduras naturales muestren todo su potencial, en sabor, en color y en intensidad. Menos alcohol y justa acidez para conquistar terrenos con los que antes ni se soñaban, a miles de kilómetros de la isla de Gran Canaria.
Ellos, juntos y toda su sabiduría y pasión han sido capaces de darle mayor tamaño y volumen a apenas 100 hectáreas de Gran Canaria, destacándola en el mapa mundial y conservando intacta toda la memoria y honestidad de un terreno único, porque, «la isla de Gran Canaria no necesita ningún tipo de maquillaje».
Alba y Carmelo: una química perfecta
Juntos, también han conseguido cautivar a distribuidores y restaurantes a lo largo y ancho del planeta y hoy exportan el 99% del vino que producen. Bien es verdad que, como se suele decir, nadie es profeta en su tierra, pero, poco a poco y, con acciones como las realizadas en este periódico, el 'equipaje' de Alba y Carmelo seduce a quien lo prueba.
Vinos que toman nota destacada en las principales listas mundiales, que compiten sin complejos en maridajes de laureados restaurantes y que todos deberíamos probar y comprobar a qué sabe, honestamente, la tierra grancanaria.