Imagen de archivo de un empleado durante el desempeño de su jornada laboral. Juan Carlos Alonso

Los bajos salarios, la carga de trabajo y la falta de motivación, causas del absentismo en Canarias

Las islas rompen el molde de las ausencias laborales, siendo la única región con tasas elevadas tanto de desempleo como de inasistencia

Javier Sheng Pang Blanco

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 14 de mayo 2025, 17:29

Desde la pandemia, el absentismo laboral se ha convertido en uno de los mayores desafíos para la clase empresarial, en particular las pymes, que sufren para cubrir estas ausencias debido a los aumentos en el coste laboral.

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En este apartado, Canarias es una comunidad con unos patrones de comportamiento muy distintos al resto del país, al ser un territorio en donde existe tanto una alta tasa de desempleo como un alto nivel de absentismo, la segunda más elevada de todo el país. En otras comunidades con niveles de paro elevados como Andalucía o Extremadura las tasas de absentismo son de las más bajas.

Históricamente, las ausencias laborales se dan en sectores que tienen complementos a las incapacidades temporales, que permiten, gracias a la negociación colectiva, que las personas ausentes perciban el mismo salario o incluso superior a los que si están acudiendo a su puesto de trabajo, algo que no es precisamente el caso del archipiélago.

El teletrabajo y la flexibilidad horaria, posibles soluciones

Las políticas de recursos humanos se postulan como la única opción que tienen las empresas para combatir el absentismo. Según Juan Carlos Perdomo, director regional de Fremap en Canarias, considera que si una empresa ofrece la posibilidad de acceder al teletrabajo y una flexibilidad horaria en la entrada y salida, hay posibilidades de que se reduzcan las ausencias laborales pero deja claro que «no puede ser la única solución».

Los bajos salarios y la incertidumbre económica, las cargas de trabajo en sectores como la hostelería y el comercio y la falta de motivación son algunos de los principales factores que impulsan el absentismo laboral en las islas.

Según Javier Blasco, director del Adecco Group Institute, en una región como Canarias, con claro potencial para el empleo, donde existen vacantes, se hace «más necesario que nunca» una adecuada gestión y aportación del valor que supone el talento y analizar qué puede aportar la colaboración público-privada para paliar una situación que cada vez está más presente en el seno de las empresas.

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Para Blasco, no solo se trata de una cuestión económica sino de «falta de talento y capital humano en un momento crítico» ya que más allá de la tecnología, el valor reside en las personas y si estas no están en sus lugares de trabajo, «tenemos un problema».

Problemas legislativos

Los expertos en el ámbito laboral señalan que la normativa nacional no está contribuyendo a la gestión de estas ausencias y que se ha normalizado que los trabajadores tienen «derecho a cogerse la baja», algo que Blasco niega categóricamente. «La Constitución recoge el derecho a la salud pública, no a pedir la baja».

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Un derecho que otorgan los médicos de atención primaria a los que Blasco no responsabiliza del problema, al ser trabajadores que se encuentran ahora mismo desbordados, sin los recursos necesarios para atender a tantas personas y sin el apoyo de carácter psicológico y psiquiátrico que es fundamental, particularmente en las patologías de carácter mental.

Otra medida que podría ayudar a la disipación del absentismo es que las mutuas de trabajo ganen más protagonismo, como empresas colaboradoras del Instituto Nacional de Seguridad Social con recursos y fondos públicos ayuden a desatascar el sistema sanitario.

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Entre otros problemas normativos, Blasco hace referencia al acuerdo de diálogo social de Seguridad Social y pensiones que se firmó hace cerca de un año y cuyo objetivo era abordar una mejora de la gestión de la incapacidad temporal y que todavía no se ha implementado, ya que exige la aceptación de cada región, de la administración sanitaria, de los directores territoriales del INSS e incluso del propio consentimiento de la persona trabajadora para poder recibir la intervención de un facultativo, «un problema de concepto» que lo que causa es una empeoramiento del diagnóstico y de la curación del paciente. Otro claro ejemplo de como la burocracia administrativa frena soluciones necesarias para la sociedad.

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