Tradición e innovación: así se redefine el mundo rural canario liderado por mujeres

El silencio y la falta de reconocimiento han sido, durante siglos, los dos pilares sobre los que se ha sostenido la vida de las mujeres rurales en Canarias. «Hoy en día tenemos a muchas mujeres que investigan, trabajan, impulsan la investigación agroalimentaria y abren caminos que hace no tanto parecían inalcanzables». Con estas palabras, Alejandro Narvay, consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno de Canarias abrió el Foro CANARIAS7 'La mujer en las políticas agrarias y pesqueras europeas', con la participación de Teresa López, presidenta de Fademur y la posterior mesa redonda integrada por seis mujeres del mundo rural canario.

El consejero destacó que las mujeres han cuidado la tierra, alimentado a los animales, preservado la biodiversidad y transmitido saberes que hoy conforman la base misma de la identidad canaria. Sin embargo, su aportación ha permanecido en un segundo plano: invisibilizada dentro del sector primario y prácticamente ignorada por el resto de la sociedad.

Crear políticas especificas para luchar por la paridad, impulsar el liderazgo y estrechar la brecha de las mujeres rurales frente a los hombres, son algunas de las metas que tiene el consejero para poner en valor el sector rural canario.

A pesar de que el éxito abarque la ilusión y orgullo de cada proyecto, las ponentes coincidieron en que el relevo generacional es un problema que puede acabar con el futuro del mundo rural. «Otros trabajos fuera del campo son más cómodos, están bien remunerados, cuentan con vacaciones y días festivos, pero el campo necesita atención diaria», admitió Neyira Ravelo, agricultura ecológica de la Finca Brígida, en La Mata (Fuerteventura). «Al buscar calidad de vida en empleos cómodos, perdemos calidad alimentaria».

En eso coincide Nieves Rodríguez, marinera pescadora en Antigua (Fuerteventura), que aprendió el oficio de la pesca junto a su madre y su abuela y que, durante la pandemia, decidió profesionalizar su pasión. «Mi éxito lo tengo conseguido. Con mi edad no pensaba que jamás fuera a lograr el título de ser marinera y patrón siendo ama de casa, trabajando en tierra y sacando horas de mi hija para llegar donde estoy», expresa.

Admite que la burocracia es el primer problema al que se enfrenta la pesca en Canarias, ya que los procesos y las prácticas pueden demorar hasta dos años, tiempo en que los jóvenes no están dispuestos a no recibir ingresos. «En mi caso y en el de mi marido se acaba el relevo generacional, y si después de nosotros no se ayuda a los que vienen detrás, no hay futuro».

Al igual que ocurre en muchos oficios tradicionalmente masculinos, las trabas y situaciones machistas están presentes. Y aunque no todas las mujeres las hayan vivido en primera persona, Ana Calderín, directora y gestora de la Jaira de Ana en Agüimes, admite que la lista de micromachismos que se normaliza en el día a día es larga. «La presencia masculina me sitúa en una posición que me hace asumir roles de hombre para que me hagan caso», explica en primera persona, y a la vez que recuerda a todas «las titulares de las instituciones ganaderas, que no llegan ni al 30%». Según expresó Calderín, se trata de un dato impreciso ya que hay muchas mujeres vinculadas al sector rural, agricultura y ganadería que toman el rol de poder, pero no están reconocidas.

Usando lo que a priori puede parecer una desventaja, Guacimara Cabrera, CEO de Oasis Wildlife Fuerteventura, lo tiene claro. «El camello ha estado ligado 100% a la figura masculina, por lo que la gente se sorprende y yo me aprovecho de que se sorprendan para tener visibilidad», explica. «Las mujeres de este sector hemos hecho un gran camino y somos mas de lo que la gente imagina en toda Europa, porque la innovación en la forma de entreno y manejo del animal lo hemos hecho nosotras».

Respecto a poner en valor el mundo rural, las seis ponentes coinciden en que la 'lucha' está con el consumidor canario. Sheila Rodríguez, recientemente galardonada con el Premio Talento Mujer Rural, admite que los canarios «tenemos un problema de darnos valor», y expresó la necesidad de que sepamos que los productos canarios son realmente buenos. En su proyecto agrícola del cultivo de frutas tropicales como el mamey, el litchi o las guayabas es cuando demuestra que Canarias tiene unas condiciones únicas. «Cada una en su negocio aprovecha el extranjero, pero la lucha sigue siendo con el de aquí», conluye.

Lydia Domínguez, emprendedora agroalimentaria en Fasnia (Tenerife), emprendió en un obrador que transforma los excedentes de las fincas en productos elaborados como la granola ecológica y sin gluten, así como el uso de envases biodegradables fabricados con almidón de papa. «Aunque no es fácil convencer a que se consuma el producto de aquí, estamos en el momento idóneo de canariedad». Pone en valor los proyectos que se están llevando a cabo en el territorio y destaca que «entre todas estamos dando el impulso a las islas».

Como parte fundamental en la representación de las mujeres rurales, Teresa López, presidenta de Fademur, reivindicó que «vivimos en un mundo diseñado para los hombres, y romper esas dinámicas requiere un esfuerzo extraordinario». Aunque en la actualidad existe un marco legal más igualitario, con medidas como la titularidad compartida y bonificaciones, las costumbres patriarcales persisten.

El primer paso de Fademur fue visibilizar el trabajo de miles de mujeres que habían dedicado toda su vida a las explotaciones familiares sin reconocimiento alguno. «Muchas no se consideraban trabajadoras, decían que solo ayudaban, y sus primeros ingresos llegaban a través de pensiones de viudedad».

Uno de los grandes retos es medir para poder actuar: cuantificar la brecha, evaluar los avances y vincular los resultados a medidas valientes y obligatorias. «España ha sido el único estado miembro de la UE en dar este paso. Queremos ser pioneras, pero no exclusivas», añadió. Además, reclaman que las mujeres ocupen espacios en la primera línea política y representativa. «Solo cuando estamos es cuando se tienen en cuenta nuestras prioridades y se atiendes nuestras necesidades», concluyó.

Organizado por CANARIAS7, el foro contó con el patrocinio de la Unión Europea, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca y el Gobierno de Canarias.

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