Protestas, incapacidad y derrota

Todo lo que le venga por delante a la UD hasta el cierre de la temporada sobra y duele. Ya sean partidos, entrenamientos o ese amistoso fijado en Estados Unidos que es inoportuno a más no poder. El descenso a Segunda ejerce de manto negro, de páramo en el que nada crece. Y ese desánimo, la dura nostalgia de lo que pudo ser y no fue, ahora invalida cualquier gesto o intento por disimular. Claro que el calendario exige cumplimiento y todavía alargará una semana más esta suerte de incomodidad de verse obligados a mantener cierta compostura cuando lo que pide el cuerpo es desaparecer del mapa mientras se construye el futuro que viene.

Y la visita del Leganés, como acontece con la venidera al Espanyol, constituyen un filtro a la decencia. El escudo permanece, la afición obliga. Y esas se vieron los jugadores, conminados a mirar al frente en estos tiempos de dura transición, con la mayoría pensando más en la mudanza que en la pelota, y a ponerse en la faena. Esto es, evitar mayores deshonras que las ya acumuladas y brindar unos últimos servicios lo más decentes que les alcance su capacidad. Pero en el pulso con un Leganés al que le iba la vida evidenció que la diferencia entre pelear puntos de salvación marca diferencias.

Diego Martínez, ya en retirada, ideó un once reconocible aunque los plomos se fundieran hace mucho. Fue Moleiro el único que corrió con ganas y se aproximó al gol. Nadie lo ve en Segunda de amarillo. Y el atacante se empeñó en hacerse notar, aunque Dmitrovic le negara el acierto con una gran estirada al minuto 3. Un guiño para los valientes que se animaron a ir al estadio en una tarde que invitaba a cualquier cosa menos a posicionarse en las gradas. Lo siguiente que vino fue el cabezazo a la red de Raba, inicialmente anulado por posible fuera de juego y cuya validez luego ratificó el VAR. Nada más empezar y sin que todavía hubiesen arrancado las ráfagas de protestas que, a ratos, aumentaron los decibelios por Siete Palmas.

Si ya todo era difícil antes del inicio, el 0-1 le metió más escozor. Y los minutos se sucedieron sin novedad, con intentos a ninguna parte, ritmo plomizo y un Leganés conforme con todo, más pendiente de los resultados de otros campos que de la UD, a la que siempre vio incapaz de complicarle la cuestión.

A medida que avanzó el cronómetro aumentaron las dificultades por la falta de acierto y pese al guiño de ver a los canteranos Sergio Viera y Diego Martín sobre el verde. De hecho, las ocasiones llegaron en el área de Horkas, con el visitante perdonando, de manera deliberada, la sentencia.

La retirada del sector de la Grada Naciente a falta de diez minutos para la conclusión, y previa protesta a coro con el resto del recinto contra el presidente y la directiva, agitó a los presentes. Fue modélico el comportamiento del respetable, que guardó la compostura pero ejerció su derecho a la protesta de manera intermitente pero firme. Pidió la dimisión de todos, con Miguel Ángel Ramírez como punta de lanza. Gritos al cielo que se mezclaron con los aplausos a Moleiro y McBurnie cuando fueron cambiados y pusieron cara de despedida. Así murió la tarde. Con la incapacidad crónica de ganar que ha traído lo que ha traído, el presidente ausente en el palco pero en boca de la mayoría y sensaciones tan compartidas como amargas.

Ficha técnica:

0 - UD Las Palmas: Horkas; Viti (Sergio Viera, min. 55), Herzog, McKenna, Álex Muñoz (Benito, min. 46); Marvin Park, Loiodice, Essugo (Mata, min. 72), Moleiro (Diego Martín, min. 81); Manu Fuster y McBurnie (Januzaj, min. 80).

1 - Leganés: Dmitrovic; Altimira, Nastasic (Sergio González, min. 78), Jorge Sáenz, Javi Hernández; Raba (Óscar Rodríguez, min. 46), Tapia, Cisse, Juan Cruz (Duk, min. 88); Munir (Diomande, min. 20) y Diego García (Miguel, min. 88).

Gol: 0-1, min. 6: Raba.

Árbitro: José María Sánchez Martínez (Comité de la Región de Murcia). Mostró tarjeta amarilla a los jugadores locales Campaña (minuto 16, en el banquillo) y Sergio Viera (76), y a los visitantes Altimira (36) y Javi Hernández (61).

Incidencias: partido de la trigésima séptima jornada de LaLiga EA Sports 2024-2025 disputado este domingo en el Estadio de Gran Canaria con la presencia de 11.279 espectadores.

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