El pulso que permitió en 1958 superar el declive que amenazaba los terreros

El Rumbo lanzó un reto, de enorme éxito, por el que se midió a un equipo de figuras y que llenó de expectación y público el Campo España

PEDRO REYES

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 25 de septiembre 2021

El año 1958 en la isla de Gran Canaria comenzaba con un pequeño declive en el vernáculo deporte porque el aficionado quería ver cosas nuevas y lo que se le ofrecía era más de lo mismo en las jornadas de lucha.

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Por ello, uno de los equipos, el Rumbo, lanzaba un reto diferente al resto de clubes. Se enfrentaría en tres luchadas, las dos primeras en apenas 48, horas, a una selección o combinado del Kruger y el Adargoma. La primera sería el domingo 27 de abril y la siguiente, dos días más tarde. La del día 29, la patrocinaba el ayuntamiento capitalino, dentro de los actos conmemorativos de la conquista de la isla y su anexión a la corona de Castilla, en la que, además, el conjunto vencedor recibiría la Copa de la Ciudad.

Por un lado, el Rumbo tenía un gran equipo, capitaneado por Heraclio Niz, Pollo de Arrecife, Alfredo Martín, El Palmero, Hermenegildo Ramírez, Brazo de Hierro, Pollo de la Plaza y Curbelo I, a los que se les unían luchadores de gran calidad como el Pollo de San Nicolás, Barreto II, Pollo de Pájara o Pollo de Sardina, entre otros.

Por el lado del combinado Kruger y Adargoma, sus hombres destacados eran el tridente, Abel Cárdenes, Pollo de Anzo, y Orlando Sánchez, a los que acompañaban bregadores de la importancia de Félix Reyes, Pollo de Arenales, Severino Rodríguez Pollo de Tafira, Pollo de la Atalaya, Calero III, Zucurucu , Pollo de Lugo o Pollo de los Reyes, entre los más relevantes.

Los mejores luchadores de la isla estaban en liza y de ahí que el público acudiera al Campo España, aunque no como en otras ocasiones donde hubo llenos importantes.

Un claro favorito

El periódico Falange del 26 de abril daba claro favorito al Combinado, dado que presentaba siete puntales: Pollo de Arrecife, Pollo de Máguez, Pollo de la Plaza, Curbelo I, Hermenegildo Ramírez, Alfredo Martín, El Palmero y el Pollo de los Reyes. Por su parte el Rumbo, solo tenía a tres: Abel Cárdenes, Pollo de Anzo y Orlando Sánchez. «Sabiendo manejar los puntales, el Rumbo lleva las de perder en un 80%», se aventuraba a vaticinar el matutino que no creía, como los propios aficionados, que el equipo de Juan Quesada pudiera con el poder de los puntales del Kruger y Adargoma, a pesar de poseer un buen plantel de bregadores, que, en un buen día, pueden vencer a cualquiera, como así ocurrió en la segunda de las luchadas.

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Abel Cárdenes declaraba al mismo medio, el 23 de abril, que no le asustaba la barrera humana compuesta por las fortalezas de los clubes locales. Estaba entrenando muy duramente y confiaba ciegamente en su equipo y en sus fuerzas.

Por su parte, en el Combinado, ya el Pollo de Arrecife demostraba que había llegado en gran momento, pues una semana antes, en Valle Guerra - Tenerife- había quedado en pie junto a Gregorio Dorta. El propio luchador lanzaroteño declaraba que «considero muy difícil que el Rumbo nos gane».

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Haciendo honor a su condición de favorito, el Combinado se hizo con el primer choque al vencer por 12-8, gracias a la gran actuación de Alfredo Martín, El Palmero.

«El Combinado dio preferencia a la salida de los hombres medianos para llegar al final con la barrera humana, en posición de combate, El Rumbo no pudo traspasarla, pues le falló varios lances. Se le quedó fuera de combate, Félix Reyes, que fue vencido por el Pollo de Sardina. Orlando Sánchez no culminó el empate con Hermenegildo Ramírez y Abel Cárdenes quedo vencido por El Palmero, tras haber dado en tierra el Pollo de los Reyes y con el Pollo de Anzo», detallaba.

Igualdad y revancha

La agarrada definitiva, con el marcador 11-8 entre Abel Cárdenes y Alfredo Martín, El Palmero, la describía así: «Solo quedaba en el bando rumbista, Abel Cárdenes. Y enfrente le quedaban aún El Palmero, Pollo de los Reyes, Pollo de la Plaza y Pollo de Arrecife. Se enfrentaron Cárdenes y El Palmero. Hubo aplausos para ambos. Tras un duro forcejeo con separaciones, Palmero inició su aire de gran luchador soltándose para evitar el cambio izquierdo de Cárdenes y sujetándole por el cuello de la camisa, le hizo perder la estabilidad, dándole así las dos luchas seguidas, en medio del regocijo de sus partidarios. La victoria del combinado no significa superioridad con el Rumbo, aunque el resultado parezca decir otra cosa y quizás esta tarde, en la segunda luchada no desaproveche la ocasión de la revancha», sentenciaba Falange en su edición de 29 de abril.

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El propio periódico, en su edición del 30 de abril- no en vano era el único que escribía de lucha canaria en ese tiempo- lo relataba de esta manera. «El artífice de la victoria ayer en el Campo España fue ese magnifico luchador, muchacho joven, fuerte, airoso y puntal ya de nuestra lucha, Orlando Sánchez, que, en tarde espléndida, plena de aciertos con la elegancia de su estilo inimitable, dio en tierra con el Pollo de la Plaza- que había vencido antes al Pollo de Anzo-, luego al Pollo de Arrecife, seguidamente a Hermenegildo Ramírez y por último se quedó en el terrero al eliminar al Pollo de San Nicolás.

Fue Orlando la figura de su bando y la figura de la luchada, haciendo posible, en razón de sus méritos, que Rumbo se sacara la espina que el domingo le clavara el Combinado- Claro que también Abel Cárdenes hizo lo suyo, venciendo al Pollo de Máguez- una promesa de gran campeón- Pollo de los Reyes y a El Palmero. Pero los méritos de Orlando eclipsaron ayer la fama y poder de los restantes actuantes.

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Si el domingo fue el Combinado quien mantuvo el dominio de la luchada, siempre por delante en la ventaja, ayer sucedió al revés. Se adelantaba el Rumbo tras el empate inicial a tres luchas y ya no volvió a perder la ventaja, pese a la derrota del Pollo de Anzo. Y todo porque Orlando Sánchez estaba en vena de aciertos, quitando adversarios de la pista, sembrando el desconcierto en las filas adversarias para erigirse en vencedor y permitir que la Copa de la Ciudad, que estaba en juego, pasara a poder de Abel Cárdenes y más tarde a Don Juan Quesada, presidente del Rumbo.

La de ayer fue una magnifica tarde de buenas luchadas, cosechando merecidos plausos todos los luchadores, que defendieron con suerte, con toda gallardía, poniendo en juego su saber. Mañana se celebrará la tercera de estas agarradas que tanta expectación han despertado en los medios deportivos locales».

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Así relataba la segunda de las luchadas, que dejaba y empate a uno en el curioso y novedoso desafío. Lo ocurrido en el desempate, lo dejamos para otra ocasión.

Lo importante, más allá del resultado, es que aquel día se plantó una semilla de rebeldía ante un panorama que amenazaba con llevarse por delante un deporte que vivía tiempos de incertidumbre y que, por esta iniciativa, despertó en la gente la pasión y el entusiasmo.

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