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De izquierda a derecha: Sidney Cormier Smith (carrilera del Unión Viera C); Paula Coba (portera del AEM de Lérida) y Paula Hernández (centrocampista del Guiniguada). C7

«Quiero ser como Misa»

El éxito de la teldense y de la selección española en el Mundial de Australia-Nueva Zelanda ha supuesto un punto de inflexión en las nuevas generaciones, con un aumento considerable de jóvenes y mujeres que se inclinan ahora por la práctica del balompié

Daniel Herrera

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 2 de septiembre 2023

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Parafraseando el título traducido de la película 'Quiero ser como Beckham', la gesta lograda por Misa Rodríguez, Aitana Bonmatí, Alexia Putellas y compañía ha supuesto un importante salto cualitativo para el desarrollo del balompié entre las mujeres, alejándose de los anquilosados clichés que erosionaron de manera virulenta a las pioneras de este deporte.

De hecho, en aquella cinta dirigía por Gurinder Chadha en 2002, la protagonista, una joven inglesa de origen india, sueña con jugar al fútbol como el genuino jugador del Manchester United y del Real Madrid, entre otros equipos, contando con la oposición de su familia, que quiere que estudie, aprende a cocinar y se comporte con una chica convencional de su clase.

Han pasado más de dos décadas y el fútbol no ha dejado de expandirse, hasta toparse con un nuevo punto de inflexión, a través de un Mundial como el de Australia-Nueva Zelanda en el que la selección española femenina logró estampar su segunda estrella, la primera para ellas.

Jugadoras del Unión Viera C, tercer equipo femenino de la cadena rojinegra que alberga niñas de 13 años hacia adelante. Daniel Herrera

«Mis ídolos dentro del mundo futbolístico son Misa y Noelia Ramos, sobretodo porque me inspiran mucho ya que también son de las islas», comenta Paula Coba, una de las grandes promesas del balompié isleño. Una guardameta de apenas 17 años que, sin embargo, ha disfrutado ya de un amplio recorrido en este deporte, comenzando a los tres años en la escuela del Heidelberg hasta llegar a las preselecciones nacionales y defender ahora los colores del AEM ilerdense, club de la Primera RFEF española.

«Cuando comencé, éramos muy pocas niñas las que jugábamos al fútbol y era inevitable llamar la atención. Con el paso de la categorías me acostumbré a compartir equipo con chicos y, de vez en cuando, tenías alguna compañera que también le daba a este deporte».

Paula Coba, con la camiseta del AEM ilerdense. C7

De hecho, Coba pasó de un Cadete B del Unión Viera, donde compartía vestuario con 17 niños y dos niñas, para dar el salto al segundo equipo femenino con apenas 14 años, compitiendo con chicas de hasta 30 primaveras. Aquel aprendizaje acelerado le llevó, poco después, a disputar fases de ascensos hasta fichar por el Femarguín y recalar ahora en Cataluña, emulando los pasos de su idolatrada Misa Rodríguez.

«Aunque está creciendo mucho el fútbol en Canarias, teníamos tres equipos femeninos mientras que, en el club en el que me encuentro, se contemplan hasta 19 filiales en la cadena», afirma una Coba más que ilusionada por el porvenir que se le dibuja.

Ídolos masculinos y femeninos

Paula Hernández es otra de las jóvenes isleñas que han crecido al abrigo de este boom futbolístico, llegándose a convertir en la mejor jugadora del grupo canario de la Primera Nacional la temporada pasada. De hecho, la actual centrocampista del Guiniguada de Segunda RFEF coincidió con Coba en el Viera durante varias temporadas.

Paula Hernández, jugador del Guiniguada de Segunda RFEF. C7

«Mi familia se volcó conmigo desde el primer momento con esta pasión», reconoce Hernández, si bien «la dedicación de mi abuelo fue especial. Venía a todos los entrenamientos; siempre está ahí como mi referente. Está claro que las que empiezan ahora en el fútbol viven un ambiente que no tiene nada que ver con lo que vivimos nosotras. Creo que el Mundial ha servido para seguir evolucionado y creciendo», agregó.

Al preguntarle por sus ídolos, Paula se muestra rotunda: «Messi, en los masculinos. Todo el mundo aspira a lo que él hace. Y en el femenino, para mí Aitana Bonmatí es una auténtica crack. Es bonito que ahora las niñas tengan también mujeres como referentes en este deporte».

Desde Canadá a Canarias

Tal ha sido la evolución que, de disponer de un entrenador multiusos que hacía de todo, se ha pasado a cuerpos técnicos más o menos profesionalizados, con estratega, auxiliares, preparador físico, fisio, utillero, delegado, dietista y hasta analista.

Actualmente, en Canarias hay 99 equipos repartidos entre Primera División -Liga F-, Primera RFEF, Segunda RFEF, Primera Nacional, Preferente y Territorial. Sin embargo, no todos los clubes pueden cubrir todos los escalones formativos a pesar de los trabajos de captación. Los clubes más potentes tienen entre tres o cuatro equipos por lo que, habitualmente, las niñas que comienzan desde prebanjamines comparten equipo con los niños hasta los 13 o 14 años.

Sidney Cormier Smith, jugadora canadiense del Unión Viera C. C7

Este ha sido el caso de Sidney Cormier Smith, futbolista del Unión Viera C. Con 15 años, ya lleva dos en el tercer equipo femenino aunque anteriormente jugó con los cadetes masculinos. Natural de Montreal (Canadá), empezó en este deporte «a los cuatro años en mi país. Hasta los 10 jugaba en el equipo de mi barrio y después mi familia se vino a Canarias por el trabajo de mi madre, que es abogada».

En su opinión, «el nivel de Canadá es más bajo que en España. No podemos jugar todo el año allí al exterior por el clima, todo lo contrario que aquí. Y, además, hay muchas más niñas que juegan aquí».

Al igual que con Paula Hernández, Sidney tiene de referentes «a las jugadoras del Barcelona como Alexia Putellas y Aitana Bonmatí», aunque agrega en su particular lista una jugadora de la selección de la hoja de maple: Christine Sinclair, delantera de los Portland Thorns y actual capitana del combinado canadiense.

Entrenamiento del Unión Viera C, el tercer equipo del conjunto de Schamann, uno de los decanos de Canarias en el ámbito femenino. Daniel Herrera

«A mí me encanta este deporte. Me gustaría ser futbolista profesional y estoy trabajando a tope para que sea así», nos comenta una ilusionada Sidney, reflejando con ello una nueva realidad que viven muchas niñas tanto en nuestro país como en Canarias.

Atrás quedan los tiempos de incomprensión y de rechazo que vivieron varias generaciones de mujeres, las que abrieron las puertas no solo al profesionalismo, sino a la simple aceptación. «El fútbol femenino vino para quedarse», afirma Paula Hernández.

«No se trata de comparar sino de disfrutar de ambos. En su momento recuerdo a familia pasarlo mal en la grada por los insultos», señala Coba. «Me alegra pensar que las niñas que comienzan ahora tienen a su disposición más opciones para practicarlo y un clima más favorable para que las valoren. Seguramente el Mundial contribuirá a ello».

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