Porfi Fisac gana una vida más en el Granca

En la curva decisiva, la que amenazaba con descarrilarle del proyecto actual del Granca, Porfi Fisac se ganó una vida más en el banquillo. De la paliza y humillación sufrida nueve días atrás en el Palau frente al Barcelona (91-63), con el caso Beirán ardiendo a nivel interno y una imagen grupal descorazonadora, incluyendo achaques anímicos a una caída libre que parecía imparable, a salvar la semana con una versión colectiva en las antípodas a lomos de dos triunfos merecidos (89-76 al Bursa turco en la Eurocup y 87-71 al Fuenlabrada, ya en la Liga Endesa) y que, sin duda, han sido agua bendita para plantilla, club y entorno. Porque la paz dentro de la cancha ha venido acompañada, también, por la resolución, de manera rápida y pacífica, del apartamiento de Beirán, uno más con el grupo desde el pasado martes y con minutos de calidad en las mencionadas victorias. «Es un gran profesional», dijo Fisac del campeón del mundo el sábado en un elogio tan inesperado como ilustrativo del cambio obrado.

Por lo que fuera, Fisac entendió que estaba en una situación límite tras encajar la décima derrota en la ACB y abandonó el inmovilismo de tiempos anteriores. Nadie duda de que el regreso de Beirán, además de ser talismán, como lo atestiguan los números, ha hecho mucho bien a la plantilla, además de añadir a la lista de efectivos a un jugador de probada fiabilidad y estimable nervio competitivo, diferencial que se nota por las incidencias que se han venido dado últimamente en forma de bajas (Ferrari rescindió, Wiley dio positivo por coronavirus y Diop no ha regresado), además de las lesiones sobrevenidas (Albicy, que rechazó irse, y Costello han sido los últimos en lastimarse).

Así, con el ecosistema normalizado, cortada la hemorragia de derrotas y sin integrantes del vestuario en situación extraña como venía dándose hasta hace unos días, en el Granca comienzan a coger resuello, por mucho que la situación en la ACB siga siendo preocupante y demande continuidad en los resultados positivos. El cuestionamiento al preparador segoviano ya no arde como antes y se ha ganado un margen extra después de haber superado el ultimátum con el que cargaba frente al Fuenlabrada.

«Ha sido el partido más serio que hemos hecho durante la temporada a pesar de las lesiones. En la segunda parte pudimos anotar lo que en la primera no y por eso nos fuimos en el marcador. El equipo ha hecho un grandísimo partido. El grupo ha estado unido y junto, con un trabajo defensivo de buen nivel», se congratuló Fisac anteayer, satisfecho por marcador y procedimiento, en lo que entiende que es el primer paso para la ansiada reacción. El reto es maximizar la buena tendencia en los cuatro encuentros (uno, el inmediato, de Eurocup y los tres restantes de Liga) que restan antes de que finalice el año, toda vez que un pleno de triunfos, con especial énfasis en el torneo doméstico, garantizaría un golpe de efecto, al ser dos de los rivales enemigos directos en la lucha por la permanencia, casos de Gipuzkoa y Betis.