Al Granca lo descomponen tras el descanso (87-108)

Veinte minutos. Eso es lo que duró el derbi. O, lo que es lo mismo, lo que le duró el fuelle a un Herbalife Gran Canaria que tras el descanso fue borrado del mapa por un Iberostar Tenerife muy superior y que se llevó el triunfo por pura cuestión de galones.

Los aurinegros decidieron meter una marcha más tras el descanso y el Granca no tuvo ni argumentos ni fuerzas para aguantarle el pulso. El parcial 16-30 lo dice todo. Tanto que ya al derbi le sobró un último parcial donde el conjunto tinerfeño siguió hurgando en la herida hasta un 87-108 final que, aunque duela, pone de manifiesto la diferencia de unos y otros hoy en día.

A los de Vidorreta ni siquiera les hicieron falta tirar de sus primeras espadas, demostrando la calidad que atesora en todo su plantel. Fran Guerra -grancanario para los más despistados- se disfrazó ayer de Shermadini, el georgiano que se quedó en 9 puntos y 3 rebotes por los 19 tantos y 24 de valoración final del pívot canario, solo superado por el 27 de su compañero Butterfield en ese apartado estadístico.

Sin premio se queda la notable puntería de Sean Kilpatrick, el escolta de los claretianos que se fue hasta los 22 puntos (20 al descanso) y 19 de valoración.

Fisac, técnico local, apostó por Balcerowski para emparejarse con Shermadini de inicio. Los problemas físicos de Stevic obligaban al segoviano a tirar de un joven polaco notable en las últimas jornadas. En un duelo sin tregua desde el salto inicial, fue el exclaretiano Sasu Salin el que la enchufó antes que nadie. Y de tres, mientras el pívot georgiano firmaba el 0-5 para los laguneros.

Para no quedarse atrás, Balcerowski sumó los primeros tantos para un Granca que igualaba las fuerzas (4-5) en un derbi muy ofensivo en sus primeros minutos. Con las piernas frescas y las muñecas calientes (sobre todo la de Salin, 8 puntos por entonces), el intercambio de golpes fue continuo (13-15, tras un triplazo de Balcerowski, que sumaba 7).

El primer triple de Okoye puso por primera vez por delante a los amarillos (16-15). Y fue a más el Granca, que con el estreno anotador de Sean Kilpatrick (de tres) y otro triple del propio Okoye estiraba su ventaja (22-15).

Con Shermadini fuera, reservando gasolina para más adelante, el Herbalife impuso su ritmo y atascó, de momento, el ataque lagunero. Pero la arenga de Vidorreta en un tiempo muerto espabiló a los aurinegros, que se ponían a dos con un par de acciones positivas seguidas (22-20).

Con una canasta sobre la bocina de Butterfield se consumió el primer parcial de un derbi eléctrico y que, de momento, dominaba el cuadro local (27-24).

La actividad ofensiva no decayó en el inicio del segundo acto. Con un triple de Sulejmanovic y un 2+1 de Sergio Rodríguez, el Iberostar Tenerife volvía a tomar el mando del derbi (29-32, a 7.54 para el descanso).

Reclutó de nuevo entonces Fisac a Albicy para dirigir la nave claretiana, atascada ahora con la marcha más que metía su rival (29-34, y tiempo muerto solicitado por el preparador local).

La buena dirección de Fitipaldo espoleó a un Iberostar implicado al límite en tareas defensivas y acertado en las ofensivas (30-39. a 5.40 ). Kilpatrick –motivado y acertado- acudió al rescate de los amarillos, que recortaban terreno gracias a un 2+1 del escolta de Nueva York (33-39).

Con otro 2+1 (este de Balcerowski) y la notable puntería de Kilpatrick (16 puntos ya) el Granca seguía recortando distancia ante un Iberostar que no se arrugaba con la mejoría claretiana (47-51, a 2.19 para el descanso).

El toma y daca fue constante. Al show de Kilpatrick (20 puntos) le respondía el grupo lagunero con suma más coral en ataque, hasta el 53-55 que confirmaba la igualdad en un derbi tan abierto como espectacular a falta de los dos últimos parciales.

Sin embargo todo cambió tras la parada. El festival anotador siguió a lo suyo en el inicio, pero fue el Iberostar el que mejor arrancaba con un parcial 4-13 (57-68) que obligaba a parar el encuentro a Porfi Fisac. La defensa al límite escudaba al cuadro tinerfeño ante un Gran Canaria que sin Kilpatrick le costaba ahora anotar.

Con las piernas más cargadas y las defensas más aplicadas, las canastas costaron más entrar. Y en ese nuevo escenario, seguía sacando tajada el grupo lagunero, que firmaba su mayor renta (59-69) a cinco minutos para cerrar el tercer cuarto. Y fue a más el Iberostar, que con un Butterfield enchufado estiraba su renta hacia un peligroso 61-76.

Para ponérselo más difícil a los amarillos, al acierto visitante se unía Shermadini, sin protagonismo hasta ese momento (65-81, tras cinco puntos seguidos del pívot georgiano). Confirmado el despegue lagunero, Fisac comenzó a mover su banquillo en busca del equilibrio perdido. Pero se topó con la mejor versión de un Iberostar inspirado y que a falta del último cuarto ganaba cómodamente por 69-85 (parcial 16-30).

El intercambio de canastas fue entonces la tónica habitual en el acto final. Un escenario que solo le valía, lógicamente, a los visitantes (74-91, a 8.10 para el final). La guerra individual claretiana chocaba ahora una y otra vez con un sólido grupo lagunero que, a esas alturas, ya jugaba a placer y no decaía en esfuerzo.

Tiró de orgullo el Herbalife. Poco más le quedaba por hacer en un derbi ya decantado. Y ni eso le valió para no terminar llevándose una paliza. Los tiros de Kilpatrick ahora no entraban, mientras Fran Guerra seguía hurgando en la herida (79-95). Y ni con el derbi decantado aflojó un Iberostar que terminó por imponer su hoy en día mejor baloncesto para llevarse el derbi por pura cuestión de galones (87-108).

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