Maru Candel: «No hay chiste malo, sino falta de tiempo para entenderlo»
La sevillana es una de las tres mujeres incluidas en la tercera edición del Festival de Humor Reíslas que en octubre tendrá lugar en las ocho islas
F.Z.
Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 18 de agosto 2025, 02:00
La sevillana Maru Candel (1977) cobraba hace 20 años 400 euros por un bolo cuando compartía su profesión de maestra de educación infantil de día con la cómica de noche. Incluida en el cartel de la tercera edición del Festival de Humor Reíslas desembarca los días 18 y 18 de septiembre en el Teatro Guiniguada de la capital grancanaria y en el Teatro Leal de La Laguna, respectivamente, para presentar su más reciente espectáculo unipersonal en el que formula un recorrido por su mejor repertorio que incluye alguna canción con el que revienta las taquillas de media España.
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De padre gaditano y madre sevillana (nació en Valencia en donde vivió hasta cumplir su primer año) se crio en Triana y veraneaba en Cádiz, de donde procede la mayoría de su familia. Cruce explosivo que le ha permitido de manera natural metabolizar la guasa ingeniosa heredada de una comunidad que se ríe sin reparo hasta de su propia sombra.
«Vivir entre Cádiz y Triana sigue siendo un entrenamiento continuo. Al final lo que hago forma parte de mi identidad que luego se ha convertido en mi profesión. Me pagan por ser yo. Mis referentes siempre han sido mis padres y su ingenio para relativizar la vida», dice la humorista que editó en 2019 el disco, 'Ropa tendía' con trece temas de música de cómica pena, y que se declara «cómica folclórica total». «He fusionado mis dos pasiones. Hoy intento llegar a los sentimientos a través de la canción y a la risa a través del humor, aunque no todo lo que cuento tiene que ser gracioso. A veces no hay chiste malo, sino falta de tiempo para entenderlo», señala Candel, que este mes de agosto se presentará en el Teatro Border de Buenos Aires.
«Cuando empecé hace 20 años decían de las mujeres que no teníamos gracia y que sería complicado que triunfáramos en el formato del 'stand up comedy'. En muchas salas y locales no te programaban ni te tomaban en serio por ser mujer. Pero ocurría con el mismo público, que no estaba acostumbrado a que una mujer se refiriera a su desamor, a sus angustias, aspiraciones, la masturbación o lo caro que estaban los tomates. Muchas compañeras se quedaron en el camino o tuvieron que diversificarse forzadamente para hacer otras cosas. Mi espectáculo 'S.O.S' marcó un antes y un después en mi carrera, lo que me permitió grabar en 2008 mi primera actuación para 'Central de Cómicos', de Paramount Comedy. No paré de currar entonces por bares y salas por toda España. Lo teníamos complicado por un lado, pero por otro, se notaba que había un mercado disponible. Con pico y pala, eso sí me fui labrando mi carrera. Afortunadamente ya somos visibles y queridas por el público», afirma la artista que en esta tercera edición del Festival Reislas comparte su cartel con otras dos mujeres humoristas, la también andaluza Patricia Galván y la canaria Omayra Cazorla.
Ritmo y verdad
En su caso, sus monólogos, 'Divagando', 'Mujer dejada' y 'XXL', terminaron de consolidar su trayectoria hasta convertirse en el referente femenino que es hoy en el ámbito del entretenimiento, en donde destaca por su capacidad para mezclar la comedia con la interpretación teatraliza en su propuesta, ofreciendo al espectador una experiencia dinámica. «En el 95% de las situaciones que parodio en mis shows son cosas que me han ocurrido y el resto es ficción pura», advierte. Siempre que sube a un escenario está pendiente que algún elemento circular la acompañe: un anillo, unos pendientes de aros... «algunas veces que lo olvido he llegado a actuar con una chapa de refresco en el interior de uno de los bolsillos de mi pantalón».
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Para Maru Candel, que estuvo en el Alfredo Kraus de la capital grancanaria el año pasado, «la comedia es ritmo y verdad. Aunque la clave para mi está en saber jugar con tu dolor. La risa, es el alimento del espíritu y el alma. Me marco la risa como camino, actitud y elección de vida», añade la humorista, que como actriz ha participado en varios cortometrajes, series como 'Martita' de AtresPlayer y 'Corto y Cambio' de Comedy Central, y en los montajes teatrales de obras como 'Hombres', de Sergi Berbel, o 'La extraña pareja', de Neil Simon.
A Nueva York
Se marchó un tiempo a Nueva York a olvidar una ruptura y de paso a estudiar interpretación dramática en la escuela de Susan Batson, en donde han recibido clases Oprah Winfrey, Juliette Binoche, Nicole Kidman, Sean Combs o Antonio Bonilla, entre otros. «Mi paso por Nueva York supuso un antes y un después artística y vivencialmente. Constituyó un punto de inflexión que me permitió confiar en mí, reconduciendo mis energías y mi carrera. Me nutrió muchísimo mi paso por aquella escuela en donde me gasté mucha pasta».
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No comulga mucho con las personas que ella define como 'los pena', «aquellos que, aunque les vaya medianamente bien en la vida, siempre se están quejando. Un pena es una persona que va a la playa, y aunque haya un día increíble y disfrute de su latita de cerveza y su paquetito de camarones, siempre es capaz de exclamar 'el año pasado se estaba aquí mejor'».
Candel reconoce que el mundo del 'stand up' ha evolucionado desde que ella empezó. «Los espectáculos antes se basaban en la interpretación pura y dura sobre el escenario, en el monólogo por excelencia. Ahora la interacción con el público es un valor añadido a los 'shows' y los humoristas incorporan a sus espectáculos más elementos teatrales o mezclan la música -como es mi caso- en sus guiones», agrega.
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«No sufro la competencia del mercado porque no me tomo mi profesión como una competición por mi salud mental. Este es un trabajo muy solitario... de hotel en hotel, de teatro en teatro, de bar en bar...», subraya. «Cuando el trabajo es placer, tu vida es un continuo orgasmo».
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