El grupo tayiko Gaffar Valamzade, que no podrá actuar en Gran Canaria. C7

Un festival de folclore de Ingenio asediado por la inoperancia diplomática y la burocracia

Deniegan a última hora los visados al grupo de Tayikistán, que no podrá trasladarse a la isla para participar en la 30ª edición del evento

F.Z.

Las Palmas de Gran Canaria.

Lunes, 21 de julio 2025, 02:00

La mayor parte de la ciudadanía no sabría localizar Tayikistán en un mapa. Gaffar Valamzade, uno de los grupos más representativos del folclore popular del país situado en la encrucijada de Occidente y Oriente, tenía previsto aterrizar en Gran Canaria dentro de unos días para participar en la 30º edición del Festival Internacional de Folclore de Ingenio Muestra Solidaria de las Pueblos pero, lamentablemente, no podrán subirse a su escenario.

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Sus miembros se han quedado en tierra porque a última hora le han denegado los visados de tránsito que debía conceder Alemania y su gira europea, ya cerrada por diferentes festivales en Suiza, Portugal, Francia y Canarias, no podrá llevarse a cabo.

No es el único caso con el que la organización de este señero festival, declarado Fiesta de Interés Turístico de Canarias, ha debido lidiar en esta edición con la que celebra sus tres décadas de existencia. Hace unos meses, tras dos años intentando la participación en el cartel del evento de un grupo de Nueva Zelanda, al equipo que coordina su director, David Castellano, le fue notificada que las trabas burocráticas que finalmente nunca superaron las gestiones diplomáticas emprendidas entre varias embajadas, impedía la presencia en el festival de Ingenio del folclore popular de este país situado en el suroeste del océano Pacífico.

Entres de exclusión

«Las embajadas y consulados, lejos de cumplir un papel de mediación cultural y diplomacia blanda, muchas veces actúan como entes de exclusión, olvidando que facilitar el intercambio cultural es también garantizar espacios de paz, diálogo y cohesión entre los pueblos», lamenta David Castellano. Yeso que la gran mayoría de los países que conforman la Unión Europea tienen como marco general acuerdos de asociación y cooperación entre ellos, articulados en pilares como el diálogo político, las relaciones económicas y la cooperación en toda una serie de ámbitos, entre ellos el cultural. Papel mojado en este caso.

El de Ingenio se suma a la lista de otros festivales españoles que han sufrido este verano el problema de los visados, como el Festival Folklórico Internacional de Extremadura que no pudo contar con un grupo de Uzbekistán, o el Festival de Folclore Bizian de Galdakao, que también contaba con la misma formación de Tayikistan, por citar sólo dos ejemplos.

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Castellano asegura que este año han confluido en el mundo una serie de factores que ha complicado la movilidad de los grupos folclóricos por los territorios internacionales. «El endurecimiento de los requisitos para la obtención de visados ha sido uno de los mayores obstáculos este año, aunque siempre lo hemos sufrido, si bien en menor proporción con anterioridad. Las trabas administrativas impuestas por algunas embajadas se han vuelto verdaderos muros, especialmente hacia agrupaciones procedentes de países no occidentales o en situación geopolítica delicada», señala el director del festival, que añade a la ecuación la situación de crisis global e inestabilidad internacional que vivimos. «Últimamente, las tensiones bélicas están directamente afectando también en grado superlativo a la movilidad de los grupos internacionales, al igual que los conflictos regionales y el auge de políticas migratorias restrictivas», agrega.

David Castellano, director del festival. C7

Para Castellano resulta paradójico que un festival que tiene como objetivo celebrar la multiculturalidad y la diversidad patrimonial de los pueblos se encuentre con tantas trabas por parte de organismos oficiales, que deberían precisamente facilitar y propiciar esa dimensión de intercambio para poner en valor la idea de que cultura no conoce fronteras. «El espíritu de estos encuentros es tender puentes, celebrar la diversidad, propiciar el entendimiento entre culturas. Sin embargo, los marcos administrativos que regulan la movilidad de folkloristas, etnógrafos y colectivos culturales se diseñan desde lógicas de control migratorio o geopolítico, no desde el reconocimiento del valor transformador del arte y la cultura».

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Apuesta constructiva

El Festival Internacional de Folclore de Ingenio Muestra Solidaria de las Pueblos, por el que han desfilado más de 300 grupos de más de 80 países distintos de los cinco continentes del planeta en estos 30 años, constituye para la CIOFF (Consejo Internacional de Organizaciones de Festivales de Folclore y de las Artes Tradicionales) de la Unesco todo un referente cultural en el Atlántico Medio que ha cumplido con su objetivo fundacional de preservar y difundir el acervo cultural y las señas de identidad de los pueblos, exaltando los valores tradicionales y etnográficos de su cultura y traspasando la barrera de sus lenguas, razas o color.

Por ello, según David Castellano, director de la cita ingeniense, la CIOFF, «que tiene un importante potencial como agente interlocutor ante organismos internacionales, instituciones culturales, redes diplomáticas y agencias de cooperación, si bien ha desarrollado importantes acciones en la defensa del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) en el marco de Unesco, es cierto que aún podría mantener un perfil más activo, operativo y político en los procesos de agilización de los visados y movilidad cultural. Su rol debe ir más allá de lo simbólico y ser una herramienta eficaz para garantizar que los festivales puedan cumplir su función cultural y social», reclama el director del festival, que aboga por la «consolidación de una 'red solidaria de festivales' que eleve una voz común ante instancias internacionales, denunciando los obstáculos que impiden el ejercicio libre del derecho a la cultura».

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«Mi deber y el de cualquier persona que se dedique honestamente a la cultura no es buscar culpables, sino exponer con transparencia las dificultades que existen, para propiciar una reflexión y, entre todos, desde la administración hasta la sociedad civil, encontrar soluciones. Si señalamos los problemas es porque los vivimos año tras año, no como una denuncia, sino como una llamada de atención a quienes pueden y deben ayudar a que la cultura siga viva y sea accesible para todos. Sin una absoluta voluntad política mucho me temo que no haya solución», vaticina David Castellano.

«No queremos confrontación. Queremos cooperación. Porque el único propósito de este festival es el de tender puentes, no levantar más muros», concluye antes de que arranque esta semana las principales actividades de una iniciativa que se ha consolidado como una de las más populares en el ámbito cultural del verano grancanario.

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