Sánchez en Lanzarote: un blindaje con mucha polémica
La Guardia Civil, que borró alguna pintada, encaja a disgusto las condiciones del despliegue
Las vacaciones del presidente Pedro Sánchez y su familia en la residencia de Patrimonio Nacional en La Mareta (Teguise, Lanzarote) están este año envueltas en una polémica mayor que en otras ocasiones a cuenta del amplio despliegue de seguridad ordenado desde Moncloa e Interior.
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Las asociaciones que representan a los guardias civiles critican tanto el número de agentes desplegados -entre 30 y 40, según distintas fuentes-, como las condiciones de los alojamientos habilitados, así como el hecho de que las dietas fijadas no cubrirían todos los gastos, con lo que los agentes se han visto a adelantar parte de los gastos de su bolsillo.
Además, este año el perímetro de seguridad se ha duplicado, de manera que a unos 400 metros de La Mareta es imposible acercarse. Lo mismo sucede cuando el presidente y su familia deciden hacer alguna escapada por la isla.
En los días previos a la llegada apareció en una playa próxima una pintada en la arena en tono insultante hacia el presidente, que fue borrada por los agentes, según publicó este miércoles el periódico 'La Razón' y se comentó también en 'Espejo Público', de Antena 3.
Pedro Sánchez aterrizó en un avión Falcon el sábado a las 12.59 horas en Lanzarote para veranear en la isla, como hace desde 2020 junto a su familia en la residencia de La Mareta, a la que ha entrado una furgoneta blanca pasadas las 13.25 horas. Pedro Sánchez ha elegido en los últimos años Lanzarote para pasar sus períodos de vacaciones de verano, Semana Santa y también Navidad (Nochevieja de 2018), y suele alojarse en la residencia de La Mareta, un complejo construido en su día para Hussein de Jordania, quien se lo regaló a finales de los años 80 al rey Juan Carlos I.
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La Casa del Rey puso en 2015 a disposición de Patrimonio Nacional esta residencia, donde se han hospedado jefes de Estado o de Gobierno, como los cancilleres alemanes Helmut Kohl y Gerhard Schröder, el presidente de la URSS Mijail Gorbachov, el presidente checo Václav Havel o los presidentes españoles José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y el propio Pedro Sánchez.
El regreso de Sánchez a Lanzarote se produjo una semana después de que la junta de portavoces del Cabildo, gobernado por CC y el PP, retirara, con los votos de CC, PSOE y Grupo Mixto, una moción con la que los populares pretendían declarar al presidente persona non grata en esta isla, una decisión que ha tensado el pacto de gobierno insular.
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El PP presentó esa moción contra el presidente del Gobierno después de que su líder en Lanzarote, Astrid Pérez, también presidenta del Parlamento de Canarias, emitiera un comunicado en el que consideraba que «un presidente acorralado por la corrupción no es bienvenido ni digno de esta isla». El PSOE había solicitado que se retirara esa moción del pleno, lo que el presidente del Cabildo, Oswaldo Betancort (CC), respaldó, después de que la Secretaría de la institución advirtiera de que, en caso de aprobarse, la moción sería nula, por carecer esta corporación insular de competencias para emitir una declaración de persona non grata como la que buscaban los populares.
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