«Hemos perdido 25 años de nuestra vida»

Nancy Castro y su marido Constantino Ballesteros están en 'shock'. En apenas hora y media el fuego arrasó este fin de semana la bodega que montaron en 1999 en Tijarafe, en La Palma, y que era su sustento y su vida. «Es terrible. Estamos en una especie de nube. No podemos creernos lo que ha ocurrido», indicaba ayer Nancy, propietaria de Bodega Tendal.

Nancy, que es oriunda de La Palma, conoció a su marido Constantino y que es manchego cuando ambos estudiaban Enología en Ciudad Real. Tras casarse y después de vivir dos años en la península trabajando en una cooperativa de vinos decidieron regresar a La Palma y empezar con una pequeña bodega y unas viñas que eran del padre de Nancy. De eso han vivido hasta ahora, cuando se plantean si volver a empezar de nuevo o no, después de que el fuego haya destruido todos sus sueños. «Ahora son otras edades y después de lo que ha ocurrido se hace cuesta arriba volver a empezar», manifiesta.

Ambos acudieron ayer domingo a ver los efectos del fuego sobre su bodega y fue un «palo ver todo comido por las llamas». El fuego ha convertido en cenizas toda la maquinaría y muchos vinos que había en el almacén y que son irremplazables. «El seguro es dinero pero allí había 25 años que se han perdido y no nos va a devolver nadie», señala Nancy, que indica que después de mucho trabajo y esfuerzo ahora es cuando estaban empezando a disfrutar de la bodega. «Surgió como un proyecto de vida, como una empresa pero ahora empezábamos a disfrutar de esto. Ahora lo hemos perdido», recalca.

Su hijo, de 25 años, es técnico en Enología y ya había empezado a trabajar en la bodega. «Para él está siendo un palo. Por él y por mi hija habrá que volver a intentarlo. Habrá que trabajar mucho de nuevo pero creo que lo haremos», manifiesta Nancy, que se lamenta de la mala suerte que está teniendo la isla de La Palma, que en 2021 vivió la erupción volcánica. «Parece que estamos malditos», indica.

El sentir de Nancy lo comparten muchos palmeros que entienden que con este incendio están siendo castigados de nuevo. Así lo asegura una de las voluntarias que ha participado de las labores de atención de las personas evacuadas en Tijarafe y Puntagorda.

«La sociedad palmera no se había recuperado aún del volcán y ahora nos viene esto. Emocionalmente está siendo muy duro», señala. Como relata, entre los que han perdido su vivienda por el incendio hay una familia que «salió huyendo» del valle de Aridane cuando la lava se comió su casa y que ha vuelto a perder ahora en Puntagorda su nuevo hogar por las llamas.

«¿Otra vez? Es lo único que repiten constantemente porque se niegan a hablar con nadie», señala esta voluntaria, que destaca que el incendio ha vuelto a provocar que lluvia ceniza en Los Llanos e incluso en Fuencaliente, como durante la erupción. «Es como volver a vivir lo mismo. Es volver al punto cero. Nos han recomendado incluso que utilicemos mascarillas como entonces», señala.

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