Vecinos y turistas, en equilibrio constante
El pueblo de Teror vive del turismo, del reclamo que representa la Virgen | Y los comerciantes lo tienen claro, por lo que apuestan por seguir avanzando en la mejora de la oferta | Mientras, la ciudadanía en general reclama, sobre todo para la juventud, mejoras en vivienda y ocio
Durante los últimos cuatro años PSOE y PP se han turnado en la Alcaldía de Teror en virtud de un pacto de gobierno que marcaba tal alternancia. Quedaba así en la oposición NC, la formación más votada del municipio.
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En la calle, preguntar a la ciudadanía cómo ve su pueblo y qué cambios reclaman resulta complicado. Son muy pocos los que se atreven a hablar dando la cara.
Entre las escasas voces que analizan la realidad del pueblo de Teror se encuentra Ruymán Verona, propietario del bazar de loterías Caminito de Teror.
Verona es un firme defensor de su municipio, donde dice se vive bien y del que destaca sus muchos recursos y potenciales.
«Solo hay que mirar el espacio natural que tenemos. Es un municipio con mucha vitalidad, donde la naturaleza está presente».
De ahí que los visitantes, además de para ver a la Virgen del Pino, señala, «vienen a echar la suerte y a saborear la naturaleza». Y vivir en Teror es todo eso y más. «Es sentir la naturaleza y respirar laurisilva» gracias al pulmón que es la finca de Osorio.
Aunque es un pequeño municipio, integrado en las medianías del Norte, «tenemos prácticamente todos los servicios».
En los últimos años se ha primado su zona comercial abierta. «Los comercios disponemos de una amplia variedad de productos y servicios, donde el ciudadano, no solo ya de Teror, sino el que viene de fuera, puede comprar cualquier producto básico».
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Una de las grandes prioridades es seguir potenciando el comercio local, de tal manera que el posible cliente no se vaya a la capital, a los grandes centros comerciales.
Algo por otra parte cada vez más posible después de la mejora de las carreteras con la capital grancanaria, una demanda histórica que ya ha sido ejecutada por parte del Gobierno insular.
«No hay que irse lejos para obtener productos frescos, de km0», señala Ruymán Verona. «Tenemos de todo».
Pero es tiempo de elecciones y todo es mejorable. Para este empresario, es primordial «seguir potenciando el turismo, hacer que Teror ya no solo sea un sitio de culto religioso».
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«Animo a los políticos, al Gobierno de Canarias y al Cabildo sobre todo, a que potencien el comercio local» para ofrecer el producto canario, «de nuestros ganaderos y agricultores, que cada lo tienen más difícil para subsistir» con la subida de precios, como los pequeños comercios.
«Si no hay ayudas gubernamentales es difícil salir adelante» sobre todo para el sector primario, dice Verona.
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Una apuesta por potenciar los pueblos de interior
«Hay que promocionar el turismo» de interior. Y no habla solo de Teror, nombra también a Tejeda, Artenara, Valleseco, Firgas... Se trata de que «el turista venga, que se sienta a gusto y diga quiero volver a Gran Canaria», para lo que hay que hacer gala «del trato, de la profesionalidad, de la calidad y cercanía».
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«Todos esas cosas deben ir de la mano» y para ello es la constante innovación». Además, reclama este comerciante que los gobierno y los emprendedores vayan de la mano, «ayudando a los negocios».
Otros empresarios prefieren quedar en el anonimato, aunque también tienen su propia opinión sobre lo que necesita Teror.
«Hacen falta muchas cosas que mejorar todavía, como la limpieza y mantenimiento del pueblo bonito», además de impulsar proyectos que se han quedado a medias, como la reforma de la piscina municipal, que permanece cerrada.
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«Y las fiestas y eventos, que se han quedado atrás, que antes eran mejores y deberían volver a lo que eran».
Está claro que la economía de Teror depende en gran medida de los miles y miles de visitantes que recibe cada año atraídos por su casco histórico y por la presencia de la patrona de la Diócesis de Canarias, la Virgen del Pino, en su basílica.
Pero los residentes tienen una serie de problemas ajenos a los turistas. Uno de ellos, señalan, es el acceso a la vivienda.
«Existen una serie de cosas dirigidas al turismo, el pueblo vive del turismo, de la Virgen del Pino. Y se vive bien. Es un pueblo que se ha puesto de moda para vivir».
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El difícil acceso a la vivienda
Pero eso conlleva que «intentas encontrar vivienda para el alquiler y no encuentras. Básicamente no hay. Además de los precios a los que están». Así que la juventud, sobre todo, para independizarse lo tiene complicado.
«Difícil no, lo siguiente. No hay donde buscar vivienda», por lo menos en el casco o en los barrios más cercanos a él.
«Hay que buscar mucho en los alrededores, en los barrios muy alejados. Pero por el casco y por los barrios más cercanos no hay nada».
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En todo caso, otra joven trabajadora apunta que «es maravilloso vivir en Teror, es un pueblo muy acogedor, se vive bastante bien, es muy tranquilo».
Pero a veces tanto que la juventud no tiene opciones, cuenta. «La juventud los fines de semana no tiene dónde ir y se va a otros lugares porque aquí prácticamente no hay nada».
«Se falta un poco de vida» de cara al ciudadano residente. Porque es cierto que «es un pueblo muy turístico. Prácticamente todo el que viene a la isla de Gran Canaria viene a Teror», pero los vecinos y vecinas reclaman algo más.
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