Teror gana dos Hijos Adoptivos gracias al Pino

Agustín Manrique de Lara y Benítez de Lugo, Patrono de la Virgen del Pino desde 2002, y Paca Díaz Rodríguez, vecina de Artenara que no ha faltado a ninguna romería-ofrenda del Pino desde 1952, recibieron anoche el título de Hijos Adoptivos de Teror en la entrega de honores que celebra cada año el Ayuntamiento.

Desde 2002, cuando falleció su padre, Agustín Manrique de Lara acompaña a la Virgen durante la romería-ofrenda del 7 de septiembre y la procesión del día 8, y desde 2004, cuando falleció su abuelo, ejerce formalmente como Patrono. Representa la sexta generación que regenta esta labor de patronazgo, transmitida de padres a hijos entre los primogénitos de la familia.

Por primera vez desde hace 71 años, y por motivos de salud, Paca Díaz no podrá asistir en 2023 a la romería-ofrenda del Pino, siempre sentada sobre un burro y fumando en cachimba. No falta desde 1952, la fecha en la que se celebra con el formato ideado por Néstor Álamo.

En el acto celebrado en el pórtico de la basílica también se entregaron seis Insignias de Oro a otras tantas personas que a lo largo de su vida se han distinguido en Teror. Tres se han dado a título póstumo.

María del Pino Escudero del Castillo, la camarera de la Virgen del Pino, recibió la distinción por su labor altruista en los cuidados de la talla, a la que viste cada año antes de las fiestas.

Gregorio González Sánchez, uno de los artistas terorenses con mayor proyección internacional, la obtuvo en reconocimiento a su amplia trayectoria como pintor y escultor, mientras que el cantante lírico Vicente Domínguez Rosario la recogió por su dilatado quehacer musical e interpretativo como bajo barítino.

A título póstumo, el Consistorio entregó anoche otras tres Insignias de Oro a los vecinos Pedro Esteban Rodríguez Nuez, Juan Francisco Hernández Rodríguez y Milagros Quintana Castellano.

Al primero se le reconoce su incansable aportación a las fiestas y actos culturales del municipio, y de las fiestas del Pino en particular. Al segundo, su vinculación cultural con el municipio y las fiestas del Pino. A la tercera, la Madre Milagros, que dedicó la mayor parte de su vida a las Madres Dominicas de la Sagrada Familia de Teror, su espíritu trabajador, su cercanía y contribución al mantenimiento de la comunidad religiosa.

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