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El Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria presentó recientemente las seis obras del Templo de Santiago de Gáldar que han sido restauradas.
Se trata de las imágenes del Cristo Crucificado del altar mayor, San Mateo, la Santa Fe, la Virgen de la Candelaria, San Diego y el armonio, que permanecía sin uso desde hace décadas.
En el proceso de restauración participaron varios especialistas. Francisco Díaz ha recuperado el Cristo Crucificado, San Mateo y la Santa Fe. Beatriz Galán, fallecida el pasado mes de octubre y homenajeada en el acto de presentación, se encargó de La Candelaria y San Diego; y Alejandro Rodríguez, del armonio.
Y como Carlos Ruiz, concejal de Patrimonio del Ayuntamiento de Gáldar, resaltó en el acto, «siempre es una prioridad la conservación de nuestro patrimonio y pocas veces tenemos la oportunidad de presentar seis restauraciones en un día».
Tanto desde el área insular de Patrimonio, que dirige el consejero Teodoro Sosa, como desde el mismo Ayuntamiento de Gáldar, del que es alcalde, están muy orgullosos del resultado de la restauración acometida en unas obras de diferentes estilos y fechas de creación.
Pero quizás la restauración del Cristo Crucificado –imagen con rasgos góticos, cuya datación se fija en torno al siglo XVI– es la que más sorpresas ha revelado, según informó el conservador y restaurador de obras de arte, Francisco Díaz Guerra, y como ha dado a conocer el Museo Sacro de Gáldar.
«Lo que comenzó como un proyecto de eliminación de la suciedad acumulada en la policromía, se convirtió en un estudio detallado de la escultura. Cincuenta radiografías fueron necesarias para revelar que el Cristo era, en realidad, una escultura articulada, no estática como se creía. Esta fue una de las primeras sorpresas».
El descubrimiento de ensambles rellenos con yeso y escayola en diferentes intervenciones a lo largo del tiempo sorprendió al equipo de expertos, explicó Díaz Guerra.
La escultura de madera, además de la policromía desgastada y las pérdidas evidentes, mostraba signos de haber sufrido escorrentías de agua.
Tal y como apunta un informe hecho público por el Museo Sacro de Gáldar, «el restaurador se vio obligado a levantar repintes para recuperar la esencia original de la obra».
Para ello empleó técnicas meticulosas que incluyeron el uso del bisturí y denominada «de manera mecánica». Así se rescató la articulación y se restauró la policromía para revelar la verdadera historia oculta tras la imagen del Cristo Crucificado que puede contemplarse en el Templo de Santiago.
Además de Díaz Guerra, un equipo interdisciplinar estuvo acompañando el proceso, conformado por Juan Sebastián López, director insular de Patrimonio Histórico y cronista oficial de Gáldar; María Cárdenes, técnico restauradora del Servicio de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria; y Miguel Bolaños, director del Museo Agáldar de Historia de la Ciudad.
El tratamiento de la obra ha sido subvencionado en su totalidad por el Servicio de Patrimonio Histórico de la Consejería de Presidencia del Cabildo de Gran Canaria, que dirige Teodoro Sosa.
En breve comenzará, también financiada por Patrimonio Histórico, la segunda fase de restauración del templo, con la rehabilitación de las pinturas murales de la cúpula del altar mayor. Esta semana ya se trabaja en la colocación de los altos andamios sobre los que los profesionales habrán de llegar a los frisos para trabajar sobre ellos.
El templo, declarado Santuario y catalogado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento dentro del BIC Conjunto Histórico Plaza de Santiago, lleva ya varios años siendo objeto de mejoras gracias a la colaboración Cabildo-Iglesia. El objetivo primordial que llevó al Cabildo a invertir en 2022 más de medio millón de euros en la iglesia de Santiago era frenar el creciente deterioro que sufría debido, sobre todo, a las humedades.
Para ello se desarrolla un proyecto integral dividido en cinco fases. En esta línea, el Cabildo ya trabaja en la cuarta fase del proyecto, que incluye los laterales del techo del recinto religioso.
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