Ver 5 fotos
Majorera no encuentra el camino a casa
Continúa la búsqueda del águila de harris desaparecida el 11 de agosto en el Cruce de Arinaga
La familia de Majorera lleva días buscando por tierra y aire al águila de harris que desapareció hace ya tres semanas en el Cruce de Arinaga, en el municipio de Agüimes. Sus intentos por hacer que vuelva a casa, de momento, no han tenido éxito, pero confían en que esta historia tenga un final feliz.
Publicidad
«Hemos recibido una oleada de llamadas, pero suelen confundirla con cernícalos o aguiluchos», explica su dueña Liuva Ramírez, que da algunas claves para identificarla. Pesa alrededor de un kilo y mide unos 40 centímetros, un tamaño mayor que las aves anteriores. Además, debería tener colgada de su pata una cuerda de medio metro de color azul, la lonja con la que estaba atada a su posadero.
«La tenemos desde que era un pollito y le hemos cogido un montón de cariño, así que estamos haciendo todo lo posible por encontrarla», afirma Ramírez, que cuida del animal desde que en febrero de este año un amigo suyo le regalara la cría. «Era la única hembra de tres, y él se quedó con los otros dos hermanos machos», añade.
Majorera lleva sus nueve meses de vida criándose en cautividad, en una finca situada en el mismo Cruce de Arinaga, donde Ramírez también cuida un par de yeguas, gallinas y otros animales. De ahí que una de las mayores preocupaciones de la familia es que no haya desarrollado las habilidades innatas para cazar. Su dieta es carnívora y se basa en conejos, pollos o codornices que ella misma cría.
Noticia Relacionada
Buscan a Majorera, un águila extraviada en Agüimes
Fue un pequeño despiste lo que ocasionó la huida del ave de su jaula. El águila, cuenta su dueña, estaba atada a una «percha», una especie de tubo curvado donde descansaba el ave, sujeta al suelo con un tornillo que resultó estar suelto. El pasado 11 de agosto, cuando entraron en la jaula, Majorera se zafó.
Publicidad
«Normalmente acude cuando la llamamos con un pito o con comida, pero justamente estaba llena porque el día anterior la alimentamos», explica. «Además, ese día hacía viento, así que pudo avanzar rápido y la perdimos de vista».
Con todo, este tipo de aves no hace largos recorridos ya que vuela a ras del suelo y reposa bastante, por lo que se desplaza poco. «Tenemos la certeza de que se encuentra por la zona; dudamos cuando creen haberla visto en Guía o Teror porque no vuela tanto», aclara Ramírez.
Publicidad
No descartan la zona de Temisas, en Agüimes, o la zona montañosa de Santa Lucía, donde habitualmente la sacaban en libertad. Fue allí donde, incluso, pidieron a un conocido que les ayudara a hacer una batida con un dron. Desde entonces, han pegado carteles por todo el municipio y han comunicado el suceso al Seprona, Cecopin y el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre.
«No podemos hacer mucho más, pero nos da pena. Ojalá la encontremos pronto», insiste Ramírez. Media isla ya está ojo avizor.
Un nombre con historia
El nombre Majorera tiene historia. Así era como conocían a la abuela del marido de Liuva Ramírez, ya que pese a vivir en Aguineguín era oriunda del Cotillo, en Fuerteventura. «Era muy especial para él y también le encantaban las rapaces, por eso decidimos ponerle así», explica.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión