Imagen del espantapájaros colocado en el muro. C7

«Esto es como vivir en un palomar, está todo lleno de excrementos»

Una vecina de la calle Capitán Eliseo López Orduña, por el paseo de Chil, denuncia que la acumulación de aves en un risco afecta a su casa

Javier Darriba

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 15 de junio 2021, 01:00

En la vivienda de Ino Perdomo, la labor de limpieza no acaba nunca. Como en cualquier otra casa, dirá usted. Pero aquí es diferente. Todos los días tiene que recoger de su patio excrementos de palomas, cuando no restos sin vida de pichones, que proceden del muro de piedra que estas aves utilizan como refugio nocturno.

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«Esto es como vivir en un palomar, está todo lleno de porquerías», resume esta vecina de la calle Capitán Eliseo López Orduña. El muro del que procede esta desagradable situación es en el que descansa el paseo de Chil. Son varios metros de altura de piedras en cuyos huecos habitan las palomas.

«Hay veces que ves que las palomas que están ahí viviendo están enfermas y es muy desagradable», prosigue esta ciudadana, quien no solo se queja de la acumulación de excrementos en la parte abierta de su casas, sino también del olor que se genera y del ruido que producen, sobre todo a primera hora de la mañana. «Los exteriores de mi casa están llenos de caca por todos los lados», añade Perdomo.

La vecina afectada teme que las palomas agudicen los desprendimientos desde el muro y debiliten su estructura

Según su versión, las palomas pueblan el muro a últimas horas de la tarde. «Tan solo por higiene, esto es imposible de soportar», detalla la denunciante, «también se llena de moscas, vivimos con esto todos los días».

Un espantapájaros

La situación es tan desesperada que Ino Perdomo ha terminado por colgar un gran plástico por el muro para ver si el ruido termina por espantar las aves. «Me parece tan vergonzoso pagar impuestos y que después yo me tenga que, prácticamente, tirar para poner una especie de espantapájaros», lamenta Ino Perdomo, « no puedo más con el ruido, con el olor, las cacas..., luego lo denuncias y pasan de todo, me parece tremendo».

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Dice que lleva dos años tratando de encontrar una respuesta institucional que solucione este problema. Recuerda que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canario tapó algunos boquetes con cemento, pero las palomas han seguido deteriorando el muro.

Excrementos y piedras que caen desde el muro que habitan las palomas, sobre todo de noche. C7

Lo peor es que esta actividad también está provocando pequeños desprendimientos de piedras. La caída de tierra y algunas rocas es un elemento de alarma que Ino Perdomo no puede obviar, y más en una zona tan cercana a Pancho Guerra, la calle en la que en 2006 se produjo el desplome de un muro sobre diez viviendas y que causó la muerte de tres personas y provocó heridas a otras trece personas.

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«Encima ves cómo empiezan a caerse piedras» por el efecto del movimiento de las palomas en los recovecos de la pared, «me da miedo que esto se derrumbe porque recojo todo el rato piedras y restos del muro».

«Lo de las moscas y las palomas es horrible, pero también el problema es que se puede caer el muro. Los peritos que hemos consultado dicen que esta situación no se puede mantener, pero nadie se hace responsable de ella», expone la vecina.

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Ella no entiende que ante un riesgo de desprendimientos, desde las instituciones no se articule una respuesta. «Cómo puede dejar el Ayuntamiento de Las palmas de Gran Canaria a unos vecinos así tirados», se pregunta Ino Perdomo.

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