«Me voy temprano para evitar las aglomeraciones»
Entrada a la ciudad. Las personas usuarias de las piscinas y la playa de La Laja reconocen que las medidas para frenar la covid «no se cumplen, viene mucha gente»
ANDREA MENDOZA
Las Palmas de Gran Canaria
Domingo, 22 de agosto 2021
«Cuando salgo me fijo y observo si se cumplen o no las medidas y en esta zona del comienzo de la playa y en las piscinas la gente no respeta la distancia de seguridad», afirma Edlinda Pérez, una de las usuarias que disfrutaba el pasado jueves de la playa y, que a su vez, es enfermera y rastreadora en el Hospital Insular.
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«En julio vine algunos días y esta semana he venido todos, me gusta aprovechar y desconectar durante una hora», dice mientras se encuentra sentada en la toalla. La misma reconoce que se va cuando empieza a llegar mucha gente: «Antes iba a las piscinas y desde que comenzó la pandemia no voy, deberían de controlar más el aforo, la Policía Local no pasa».
Otro de los bañistas, Jesús Val, quien se encuentra en su silla, reconoce que siempre viene a esta playa urbana durante las vacaciones: «Suelo venir muy temprano y a mediodía me voy para evitar las aglomeraciones que se producen a partir de las doce o una de la tarde». Afirma que cuando la marea está baja no hay problemas y la gente se dispersa, «pero cuando sube el mar hay poco espacio para mantener las distancias».
Gran Canaria y Tenerife son las únicas islas que permanecen en nivel 4, lo que implica que el aforo en las playas no puede superar el 50% y el uso de mascarilla no es obligatorio siempre y cuando se pueda mantener la distancia de dos metros respecto al resto de personas no convivientes.
«Estos días en Las Canteras no se están cumpliendo las medidas, en esta sin embargo más o menos, aunque por las tardes es más complicado porque vienen más personas», manifiesta Solci Lorenzo, quien desde pequeña acude a La Laja.
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«Es una pena porque es lo primero que uno ve cuando entra a la ciudad y es una playa que está bastante dejada, por ejemplo deberían de asfaltar el túnel por el que se accede», se lamenta Solci, quien afirma que después de las reformas que se hicieron en las piscinas, las mismas quedaron «muy bien, pero ahora se debería de invertir más en la playa, «en la otra parte hace falta un dique».
En las piscinas la estampa es la misma: «No se cumple nada, viene muchísima gente y no hay espacio para todos», declara Carolina Bolaños, una de las bañistas que disfrutaba durante la mañana del jueves del día soleado. «Todas las tardes se llenan, la gente se junta mucho y les da igual y los fines de semana, si no vienes a las nueve de la mañana, no encuentras aparcamiento», sostiene. Esta vecina del Cruce del Salto del Negro también opina que tanto en las piscinas como en la playa, debería de haber más servicios de socorrismo.
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Juguetes de playa
«Nosotros intentamos cumplir y mantener la distancia», señala Delfina Viera, quien disfruta junto a su hermana y su marido de las piscinas. «Cuando está la marea muy baja, hay mucha gente, además los niños traen juguetes y queda menos espacio. Ahora la marea está alta y estamos los de siempre, pero cuando vemos que empieza a llegar mucha gente nos vamos», apunta.
«Vengo todos los días caminando desde San José y me quedo hasta las tres o cuatro de la tarde, a veces me quedo en las piscinas y otras en la playa, donde esté mejor», apunta otro de los usuarios, Carlos Santana. «Veo a muchos jóvenes y no respetan ni la distancia ni a las personas mayores», añade.
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Al otro lado
Disfrutar de la playa de La Laja manteniendo todas las indicaciones es posible, pero hay que caminar hasta la mitad o el final de la misma, donde la marea es más brava. «Llevo dos años haciendo diez kilómetros diarios todos los días, caminar se lo aconsejo a todo el mundo», expone al terminar su rutina de ejercicio un vecino del Lasso, Antonio Rodríguez. «Gracias a eso y al ayuno intermitente he conseguido adelgazar en un año 27 kilos», indica Antonio en el final de la playa.
Él también reconoce que a partir de las once de la mañana llega mucha gente, «aunque particularmente siempre vengo temprano».
En esta zona de La Laja donde se ve poca afluencia de personas, también se encuentra junto con su familia una vecina de Marzagán, Laura Núñez: «Vengo pronto y sobre la 13.30 me voy, dejé de venir a caminar porque se llena muchísimo». Para ella, desde hace quince años esta playa es uno de los mayores atractivos, «en La Garita y Melenera se ve más movimiento, prefiero esta y porque a mi hijo, que es autista, le gusta». Además, añade que «por esta parte sí se respetan las restricciones, después del covid he notado que viene gente nueva, buscan espacios abiertos, sin aglomeraciones y donde poder estar a gusto».
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