Guerra de pancartas en Santa Catalina: el Ayuntamiento retira las denuncias sobre la suciedad y las obras inacabadas

Asociaciones de vecinos de Las Palmas de Gran Canaria y empresarios de la ciudad han exigido este viernes a la alcaldesa, Carolina Darias, una respuesta inmediata a lo que consideran la decadencia de la ciudad. Limpieza, inseguridad, plagas y falta de gestión de los asuntos municipales -desde la movilidad a la atención social- constituyen la base de las peticiones de estos ciudadanos que trasladan las quejas de unas 40 asociaciones y plataformas vecinales.

La petición fue hecha en el hotel Luum, en el parque de Santa Catalina, donde el vallado que perimetra las obras abandonadas de la MetroGuagua amanecieron con pancartas que denunciaban «cinco años de abandono», «cinco años de sufrimiento para nada» o el estado de falta de limpieza de Las Palmas de Gran Canaria, a la que se refirieron como «la ciudad más sucia de Europa».

Las pancartas fueron retiradas a media mañana para sorpresa de algunos residentes de la zona, asombrados de la celeridad en la respuesta municipal. «Hemos tenido problemas de chabolas en la obra de la MetroGuagua y han tardado meses en actuar, solo después de que lo publicaran los medios», explica un vecino del entorno, «y estas pancartas las quitaron de buenas a primeras».

Esta guerra de la pancartas que se desarrolló este viernes en el entorno del parque de Santa Catalina simboliza el estado de relaciones entre las asociaciones de vecinos, que denunciaron la deriva en que ha entrado la ciudad y el propio Ayuntamiento.

La desconexión entre los avances municipales y la demanda de la calle es total en el tema de la limpieza. Lola Cabrera, de la plataforma Las Palmas de Gran Canaria Siempre Limpia, mostró las dos realidades que se superponen: la oficial y la que ellos denuncian. «El gobierno no hace otra cosa que vender y publicitar las actuaciones que hace y las toneladas de residuos que recoge», expuso, «pero esta ciudad lleva sin fregarse, sin mojarse, sin baldearse años, de ahí la porquería incrustada en todas nuestras calles y el mal olor».

«A la alcaldesa Carolina Darias la tienen totalmente engañada porque cada vez que va a ir un sitio, previamente lo limpian, con lo cual ella no tiene ni idea de en qué situación está Las Palmas de Gran Canaria», prosiguió la portavoz vecinal, «tiene que ir sin avisar, a ver si considera que la ciudad sigue mejorando, que es el mantra que continuamente nos dicen». Cabrera le pidió que analizara las quejas vecinales, «a ver si considera que a los ciudadanos nos ha entrado una especie de locura y estamos obsesionados con este tema, o estamos denunciando una realidad».

Esta crítica la extienden también a la situación de las zonas verdes. De ello se encargó Gloria Arencibia, de la asociación de vecinos Ciudad Alta (Avecalta), quien denunció la falta de mantenimiento de los parques y jardines de la ciudad. Esto lo vinculó al problema de las plagas de cucarachas, ratas, palomas y tórtolas que se ha extendido por la capital grancanaria. «No hay control para estas plagas, ni para las personas que sacan sus perros y dejan los excrementos de los perros y no pasa nada, no se les dice nada porque no hay policía», dijo, «la ciudadanía no se va a estar enfrentando uno contra otro».

Mención especial mereció el parque de Santa Catalina, donde se desarrolló la guerra de las pancartas este viernes. Domingo Santana, de la asociación Pamochamoso de Arenales, reseñó cómo uno de los emblemas de la ciudad ha sucumbido al deterioro. «Miseria, vallas, suelos rotos, gente defecando y haciendo sus necesidades a la vista de todo el mundo y sin que nadie le diga nada», indicó.

Junto a él, el presidente de la asociación de vecinos Siete Palmas, David Rodríguez, advirtió de la sensación que se llevan los cruceristas que llegan a la ciudad. «Cuando cruzan el muelle de Santa Catalina se encuentran con una plaza de Canarias deteriorada, el edificio Miller descuidado y un muro metálico que separa el Puerto del parque de Santa Catalina, con un estado de infección de insectos y suciedad», expuso, «y para acceder a la joya de la corona, que es la playa de Las Canteras, a pesar de que no la cuiden como debían hacerlo, se encuentran con un panorama que a lo mejor lo que da ganas es de volver a disfrutar de los servicios del barco».

Los vecinos solicitaron la apertura de Nicolás Estévanez a la autovía y denunciaron también el cierre de Doctor José Guerra Navarro, que ha convertido La Isleta en un fonil.

Para resaltar el problema de las infraestructuras hidráulicas, Juan Guerra, de la urbanización Reina Mercedes, lamentó que el dinero que necesita su barrio para terminar la renovación del alcantarillado y evitar inundaciones en épocas de grandes lluvias no llegue nunca. Y, sin embargo, se pueda ganar un millón de euros para el carnaval de Las Palmas de Gran Canaria sin problema.

«Pedimos al Ayuntamiento que tome medidas para solucionar los evidentes problemas de gestión expuestos y devuelva la dignidad y orgullo a nuestra ciudad», concluyeron los vecinos. «Estamos aquí por la desidia y el abandono de Las Palmas de Gran Canaria», dijo Miguel Pérez, de la asociación de vecinos Barrio Atlántico.

La respuesta del gobierno llegó de parte del concejal de Limpieza, Héctor Alemán. En un archivo de audio difundido por el Consistorio, el edil mostró su respeto por el pronunciamiento hecho por las asociaciones, pero también dijo que hay otros colectivos en la ciudad que valoran de manera positiva el trabajo que se está realizando desde el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Entre las mejoras impulsadas desde las oficinas municipales destacó la incorporación de 45 policías o los futuros contratos de mantenimiento de playas y de Limpieza.

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