Borrar
Una montaña de tierra facilitó el acceso del vehículo para demoler el faro de Belén María. Cober

El segundo giro de la rotonda de Belén María

Como en 1985, la glorieta se enfrenta a un cambio motivado por las obras de construcción de la avenida marítima | Este miércoles se tiró el faro por la imposibilidad de salvar la estructura, aunque se reconstruirá

Javier Darriba

Las palmas de Gran Canaria

Miércoles, 25 de septiembre 2024

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Opciones para compartir

La rotonda dedicada a Belén María, la joven que murió atropellada en la huelga de estibadores de julio de 1980, vuelve a dar un giro para repetir su historia. La construcción del paso soterrado de la avenida marítima ha obligado a retirar todos sus elementos: primero fueron la barca, los embudos de ventilación de los barcos, el ancla y la escultura dedicada a Belén María Sánchez Ojeda. Y ayer fue demolido el faro que acompañaba a todo el conjunto.

Aunque la idea inicial era desmontar el faro, desde el punto de vista técnico no fue posible hacerlo, de ahí que se haya demolido con la promesa de que será reconstruido en la configuración de la rotonda que resulte de las obras de soterramiento de la avenida marítima, que impulsa la Consejería de Obras Públicas del Gobierno canario con una inversión de 27,2 millones de euros.

Esta es la segunda vez en la historia de esta glorieta que las obras de la avenida marítima obligan a desmontar la rotonda.

La glorieta fue inaugurada el 1 de mayo de 1983, en una jornada que congregó a miles de personas que querían rendir tributo a la joven fallecida tres años antes en una protesta obrera. Sin embargo, el monumento ya había sido instalado antes por los estibadores, el 7 de octubre de 1982, ante la pasividad de las autoridades, que no daban respuesta a sus peticiones.

La rotonda lucía en su centro ajardinado una escultura de dos metros de alto y 1.200 kilos que fue financiada por asociaciones internacionales de obreros portuarios, que donaron casi siete millones de pesetas, una cantidad que al valor actual vendría a ser unos 290.000 euros.

El encargo fue hecho al artista grancanario Federico Hernández Corujo 'Fillo', quien escogió la piedra para eternizar un recuerdo doliente que nunca ha terminado de cicatrizar en la memoria colectiva de Las Palmas de Gran Canaria.

Aquella rotonda tenía una superficie de unos 2.200 metros cuadrados, de los que unos 1.900 eran zona ajardinada, mientras que el resto lo componían unos pasillos adoquinados, la escultura y una fuente.

El primer cambio y el faro

Sin embargo, a mediados de los años 80, la construcción de los tramos VI y VII de la avenida marítima obligaron a desmontar la rotonda. Se aprovechó aquella ocasión para rediseñar la nueva glorieta, instalando en su centro un faro que se levantaba sobre una escalinata y que tenía una hornacina para acoger la escultura de Belén María. Aquel faro fue aportado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, junto a la torre del reloj que se instaló en las proximidades del mercado del Puerto.

A fines de 1988, la figura volvió a la rotonda, pese a que los estibadores, en aquel momento, solicitaron que se devolviera a la plaza su configuración original.

Ahora la escultura y el resto de piezas que forman parte del monumento reposan cerca del muelle pesquero, a la espera de que acabe la obra y se defina la rotonda bajo la que pasará la GC-1.

Mientras tanto, se ha iniciado ya los trabajos previos de tratamiento de las palmeras que están en la mediana y que se verán afectadas por la obra. La intención del Gobierno de Canarias es transplantarlas a mediados de octubre a Jinámar y Tarajalillo. Estos trabajos no interferirán en el tráfico de la GC-1/Avenida Marítima.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios