El sector de las bodas toma resuello

La pandemia generada por la covid-19 dejó en suspenso los planes de boda de muchas parejas. Una circunstancia que lastró a los diferentes sectores profesionales implicados en la organización de una celebración que conlleva una gran planificación y una inversión económica considerable.

A la imposibilidad de festejar cualquier tipo de evento, siguió la imposición de restricciones de aforo que si bien permitían festejar estos enlaces, imponían límites en cuanto al número de asistentes y otras medidas complementarias como el uso de mascarillas, la distancia social o el no poder bailar.

Aspectos estos que llevaron a muchas parejas a decidir posponer su cita nupcial para cuando las condiciones sanitarias fueran más favorables y posibilitaran una celebración que respondiera a sus expectativas.

Ese momento ha llegado y el sector nupcial lo nota, con todo lo que eso supone. Profesionales del diseño de moda como Aurelia Gil hablan abiertamente de que se vive una «explosión» en referencia al aluvión de encargos que ha recibido este año.

Y es que señala que a las parejas que se darán el 'sí quiero' este 2022 hay que sumar las que quedaron «atascadas» por la pandemia. Pues si en 2021 «salieron algunas tímidamente», la mayoría de las novias quedaron «en 'pause'».

Ejemplo de lo que relata es el volumen de encargos que tiene en su taller. «Estamos ya casi por las 30 novias. Es un disparate», asegura.

Gil explica que ya tiene cerradas «24 novias» a las que se suman «las 12 fichas» que tiene «pendientes de dibujar» y que se corresponden con otras tantas «novias que recibo estos días» para el último trimestre del año, único periodo para el que sigue aceptando encargos, ya que para el resto del año «ya he cerrado agenda».

Añade que además de las novias ha visto crecer el número de encargos de «madrinas, que cada vez son más» y también todo lo que mueven las bodas, «hermanas, madres» y demás.

Dice que ha notado que «la gente está con ganas de fiesta» y aunque su clienta «no es excesiva, es una novia más actual», estas ganas de tirar un poco la casa por la ventana sí que las percibe «en clientas que se hacían una cosa al año y que en este tienen tres bodas y quieren una cosa para cada una de ellas».

Otra actividad que confirma la recuperación del sector nupcial es el de la fotografía. El tándem que forman Gerardo Ojeda y Leticia Oliva, al frente de las marcas Gerardo Ojeda Photography y Lekue Estudio, respectivamente, reconocen que este año el trabajo «se ha desbocado». Pues a las bodas programadas para este 2022 se suman «los aplazamientos de 2021 y 2020».

«Mucha gente prefirió aplazar la boda por la fiesta» para no tener limitaciones en el número de invitados pero también pensando en «la gente mayor» que acudiría al enlace, indican.

Así las cosas, comentan que «en mayo ya llevamos 17 bodas» y para el resto del mes tienen copadas todas la fechas, lo mismo que les sucede de cara a julio.

Además, apuntan que los meses fuertes de una temporada que va de abril a noviembre son septiembre, «para el que solo nos queda una fecha por cerrar», y octubre, «que también tenemos completo». Añaden que los encargos que atienden no se limitan a la isla sino que viajan a otros puntos del archipiélago e incluso de la península.

Por su parte, Davinia Pérez, responsable de Bodas Outlet, un negocio centrado en los regalos y accesorios para bodas y otras celebraciones, confirma que las bodas han vuelto con fuerza. «Hemos recuperado el volumen de negocio de antes del covid», dice.

Relata que después del confinamiento las pocas parejas que decidieron celebrar su enlace tenían «10 o 20 invitados» como máximo y que ahora «han vuelto las bodas como antes, con 70, 100 o 150 personas».

Comenta que esto se ha traducido en un incremento de pedidos, por eso recomienda realizarlos con un margen de tiempo suficiente. «Como mínimo dos meses antes de la boda para garantizar la entrega». Pero confiesa que mucha gente llega «con peticiones de última hora» que trata de responder dentro de sus posibilidades. Dice que entre los artículos más solicitados para entregar a los invitados, «como estamos en Canarias, están los abanicos». Pero «suele depender de la época del año».

El número de solicitudes que recibe el Ayuntamiento capitalino para celebrar bodas en el Salón Dorado de las Casas Consistoriales, en la plaza de Santa Ana, es otro indicador que revela la reactivación del sector.

Así, en lo que va de este 2022 ya se han celebrado 50 enlaces y hay pendientes otros 133. Señalar que durante el 2019, las bodas oficiadas en este espacio alcanzaron las 335.

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