Los riscos de la ciudad se manifestarán en contra del cierre de los colegios públicos de la zona

El cambio de uso educativo previsto por la Consejería de Educación regional para el CEIP Guiniguada el próximo curso ha sido el detonante para que los colectivos vecinales de los riscos de San Nicolás, San Juan, San Roque y El Batán hayan decidido unir fuerzas en defensa de unos espacios que entienden son algo más que centros de enseñanza.

«Perder estos colegios que son nexos de los barrios es muy fuerte», defienden quienes recuerdan que son «fruto de la lucha» de las personas que trabajaron para que sus hijos e hijas pudieran recibir una educación pública de calidad sin tener que desplazarse a otras zonas y que ahora sienten que van a perder parte de lo conseguido, con el desarraigo que entienden que eso supone para «unos barrios históricos de la ciudad que van muriendo».

Precisamente «la defensa de la educación pública» y la conservación de unos espacios que consideran es fundamental que sigan operativos en estos núcleos les ha llevado a redactar un manifiesto común que este viernes registrarán ante Educación y que, «antes de que acabe el curso», presentarán públicamente en un acto reivindicativo que van a protagonizar con los vecinos afectados y que esperan sirva para «implicar a la sociedad».

En esa concentración que planean expondrán el contenido del documento que han consensuado y en el que muestran su «indignación y rechazo al cierre de los centros educativos» en «unos barrios que tienen un peso importante dentro de la ciudad, no son barrios de cuatro días».

Asimismo, denuncian el «desmantelamiento» que se ha producido en la «última década» en los «barrios periféricos» de unos espacios que «forman parte del patrimonio cultural e histórico» de los mismos. Un modo de proceder que, aseguran, la Consejería de Educación justifica en «el descenso de la natalidad» y que «favorece a la educación concertada y privada», que cuenta «con más recursos».

Por eso piden «más inversión para la escuela pública», ya que «muchos padres y madres llevan a sus hijos a la concertada y privada porque piensan que es una educación de más calidad».

Además, se quejan de que Educación siga una política de hechos consumados a la hora de cerrar colegios, pues afirman que «no informa ni se reúne con las asociaciones de vecinos».

Recogen también en el documento que han redactado que la «educación pública es un derecho básico» y que «las instituciones deben garantizarla» de manera especial «en los barrios con singularidades y características especiales como son los riscos».

Israel Medina, presidente de la asociación vecinal y cultural Cofiris de San Nicolás, impulsó esta confluencia de los riscos al entender que la situación que afronta el Guiniguada podría repetirse en otros centros vecinos. «Primero fue San Roque, luego el Guiniguada en San Nicolás y el próximo, si no cambia la situación, puede ser el de San Juan», expone al recordar que este último centro tiene «unos 70 alumnos», los mismos que tenía el de San Nicolás «cuando en 2017 empezó la guerra», dice en alusión al año en que «Educación dejó de ofertar plazas».

Ramón Montesinos, de la asociación vecinal Batán-San Roque, recalca que «todo esto comenzó con el cierre en 2008 del colegio de San Roque». Algo que no quiere que se repita con el Aragón, de ahí que apoye un manifiesto que denuncia que este proceder «supone un atentado contra nuestros barrios y contra los jóvenes».

Además, alerta de que obligar al alumnado a desplazarse a otras zonas «es un esfuerzo para los padres» en «unos barrios que no son boyantes», pues «no siempre se puede contar con el servicio de transporte de la Consejería».

Antonio Marrero, de la asociación Artemi de San Juan, incide en que «la supresión de estas instalaciones educativas supone un desarraigo importante» y destaca su «enorme potencial» para propiciar «la dinamización social y cultural» de los riscos.

Jesús Medina, miembro de la asociación de San Juan y docente, sostiene que «en la medida en que creces en el barrio y conoces a tus vecinos, valoras más toda la zona donde estás que si te educas en otro lado y vienes aquí a dormir».

Por todo ello, los portavoces vecinales abogan porque en estos centros se oferten «otras enseñanzas», se usen «en horario de tarde» y «tengan cabida la educación no reglada, la cultura, el deporte y la vida asociativa».

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