Procesión del Carmen en La Isleta: lágrimas que cumplen promesas
La salida de la imagen coronada por las calles del barrio portuario de Las Palmas de Gran Canaria volvió a ser el caldo de cultivo perfecto para combinar devoción, tradición y emoción
La Isleta volvió a protagonizar este 16 de julio una jornada salpicada de voladores, pétalos de flores lanzados desde el corazón y momentos de especial emoción en los puntos del recorrido de la procesión protagonizada por la Virgen del Carmen en el día de su festividad, en los que se recuerda a quienes en vida acudían a su encuentro y que a pesar de la ausencia siguen presentes.
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Poco después de la cinco de la mañana salía la imagen en su trono, cargado por los Costaleros del Carmen, de la parroquia de la calle Benartemi, que lucía repleta de fieles, e iniciaba una salida que discurriría por Umiaga, plaza del Carmen, Tamarán, Osorio, Artemi Semidán, Faycanes, Menceyes, Malfú, Palmar, Roque Nublo, Tecén, Tanausú y Romeral antes de regresar a su casa, a las 10.53 horas, tras casi seis de camino por calles alfombradas para la ocasión.
La asistencia de fieles fue si cabe mayor que otros años, como ha venido sucediendo en las Auroras que arrancaron el día 8. Pero también lo es la registrada en la parroquia, que desde que la imagen fue coronada el 3 de mayo ha sido testigo de un aumento notable de visitantes.
Así al menos lo asegura Juansi Rodríguez, artífice de los cuidados arreglos florales que lució la imagen que Mari Carmen Pérez, su camarera desde hace más de 30 años, vistió con el mismo ajuar que el 3 de mayo en el Arsenal: la saya escapulario bordada en oro obra de Omar Nelson y el manto en tonos claros. El Niño, por su parte, estrenó un vestido donado por un devoto de Sevilla.
La comitiva procesional, pese al calor reinante y al numeroso público presente, cumplía con el horario previsto, como confirmaba Ángel Luzardo, presidente de los costaleros y responsable de hacer unos relevos más que necesarios pues bajo el trono «puede haber 60 grados, más o menos, por eso desde que salimos levantamos los faldones».
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Poco antes de las nueve de la mañana la imagen ya se encontraba en la calle Roque Nublo con destino a Tecén, en donde entró media hora más tarde y fue recibida con una traca de voladores.
El parón que hizo en esta vía permitió a Carla González García cumplir la promesa que hizo a su madre, hospitalizada en estos momentos, y que no era otra que entregar flores a la Virgen.
«Es la primera vez que vengo, mi madre quería venir pero no ha podido porque su enfermedad no la deja», explicaba sin contener las lágrimas esta vecina de Pedro Hidalgo que acudió acompañada por su amiga Yolanda, tras entregar su ofrenda al fiscal de paso del trono, José Falcón, que se encargó de ponerla a los pies de la imagen.
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Mati Ramírez asiste a este instante de emoción y dice entenderlo perfectamente porque «aunque ya no vivo en La isleta, vengo todos los años porque es algo que te tira la sangre, porque es lo que has vivido de toda la vida, desde que eras una niña, de tus padres, de tus abuelos... Es una tradición y yo vengo y le pido salud para poder venir el próximo año», señalaba.
Esta devota del Carmen acudía junto a su sobrina, Maite Ramírez, que corroboraba cada una de sus palabras. «Yo soy de La Isleta, vivo en Lanzarote y vengo todos los años, no fallo porque estos días son sagrados», dice tratando de explicar una devoción que asegura comparten muchos en la isla conejera.
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Mientras esto sucede, la procesión continúa y, a punto de dar las 10.00 horas, entra en Tanausú, que la recibe con vivas, voladores que rompen el cielo y una lluvia de flores, tras el susto que se llevaron a primera hora de la mañana cuando la cuba del Ayuntamiento empezó a limpiar las calles por las que ya había pasado la imagen, sin tener en cuenta que el barrio está construido en pendiente y el agua casi destroza las alfombras que habían confeccionado los vecinos.
La siguiente parada del trono fue en Romeral, y pasadas las 10.30 horas asomó en Benartemi. Aquí los costaleros comenzaron las maniobras necesarias para proceder a la entrada del trono a su templo, que requiere destreza pues se han de colocar de espaldas al templo e iniciar la entrada y, justo a la altura del arco del pórtico, bajar el trono para evitarle cualquier daño. Algo que culminó alas 10.53 horas y se celebró con repique de campanas y traca de voladores.
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A continuación se celebró la eucaristía, cantada por el Coro Arciprestal. Por la tarde, a las 18.00 horas estaba prevista una misa armonizada y a las 20.00 horas, la solemne eucaristía cantada por el Coro Amigos del Carmen.
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