Las piscinas de La Laja «se van a convertir en charcas»
Usuarios de la zona reclaman al Ayuntamiento que retire la arena que acumulan, mejore el pavimento y los accesos, renueve los elementos dañados y ponga baños
«Lo único que pedimos es que nos arreglen el suelo y nos saquen la arena y las piedras de las piscinas, porque se van a convertir en charcas», alerta Daniel Tejera sobre el estado que presentan las tres piscinas de la playa de La Laja. Un espacio al que acude «todos los días temprano por la mañana» para nadar un poco y departir con un grupo de habituales que tampoco ocultan su enfado por la falta de mantenimiento que denuncian sufre este entorno.
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«Esto es el Cono Sur», dice Miguel Ángel Santana tratando de explicar lo que a su juicio es falta de interés por cuidar un espacio «al que viene mucha gente, incluido turistas, y que los fines de semana se llena».
Él acude cada día bien temprano a nadar «y antes tenía que andar de puntillas y el agua me llegaba a la barbilla, y eso que mido 1,80. Pero ahora, toco el suelo con la mano cuando nado por la acumulación de piedras y arena» que denuncia presenta la piscina familiar, que es la que utiliza, pero que se repite en la de 50 metros, donde hay zonas en las «que el agua te llega a la rodilla», y que asegura es aún peor en la infantil.
«Dicen que no sacan la arena porque no tienen presupuesto pero esto al final les va a costar más dinero», afirma sobre la falta de dragado de unas piletas inauguradas en agosto de 2013. «De ahí salen camiones de arena», corrobora Miguel Ángel Santana.
«Antes se sacaba la arena, pero ya hace dos o tres años que no se hace», señala Rafael Guadalupe, que también tiene el hábito de acudir a primera hora a esta parte de La Laja a nadar y que pide que se mejore.
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El estado del pavimento de los accesos, el graderío de la piscina de 50 metros y las escalinatas de entrada a la cercana piscina familiar también son motivo de queja de quienes la utilizan habitualmente.
«Hay gente que se ha caído», dicen al referirse a los percances que han sufrido «muchos niños pero también gente mayor que viene a hacer deporte» debido a un pavimento que «nunca fue liso pero, como lo limpian a manguerazos se ha levantado todo el cemento», indica Daniel Tejera.
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«En la rampa hay un hierro saliente que se puede clavar cualquier persona y tiene un salto» que no la hace accesible, denuncia aún dentro de la piscina familiar, la de tamaño mediano, en la que acaba de nadar David Santana, que acude «casi todos los días» a la zona «por hacer ejercicio».
Además, «la barandilla está floja», dice sobre el mal estado del soporte que se encuentra a lo largo de referida rampa y que Daniel Tejera se apresura a mostrar que no está bien fijada al suelo. «Esto está suelto», comenta mientras la hace balancearse.
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Tampoco las escalinatas de entrada al agua presentan mejor cara. «Se rompen las rejillas que las cubren y no se reponen, y dejan los tornillos que las sujetaban», denuncia Daniel Tejera sobre lo que considera un peligro, porque ya que «la gente los pisa sin darse cuenta» y se hacen daño.
«Yo me corté con las rejillas y tuve que ir al hospital», dice Miguel Ángel Santana sobre un percance que le costó un susto y «una brecha en el pie derecho». «No puedes ir descalzo, tienes que llevar cholas», comenta.
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«Hacen esto y luego no le hacen un mantenimiento», critica Domingo Megías, que acude a la zona «todos los días: domingos, días de fiesta, Año Nuevo, Día de Reyes, todos» y se queja de que esas rejillas no se cambian «y resbalan mucho».
«Además, la gente necesita baños», apunta María del Cristo Vera, que a sus 75 años presume de llevar una década nadando en las piscinas de La Laja, desde que se pusieron en uso.
Piscina infantil
Pero si hay algo que indigna de manera especial a los habituales de La Laja es la situación en la que está la piscina infantil. «Es un estanque, una vergüenza porque los niños no pueden estar, porque está llena de arena, el agua está empozada y se acumula seba y apesta», expone Daniel Tejera.
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«Los niños no se pueden bañar en la piscina chica porque está toda llena de arena y solo hay un charquito», certifica Domingo Megías.
Los usuarios reclaman más limpieza para la Laja, pero también hacen un llamamiento al civismo, porque hay quienes acuden por la tarde y por la noche y dejan la zona llena de basura y colillas. «Todos los días recogemos colillas y hemos sacado de las piscinas botellas, latas y hasta una papelera», relatan.
Por último, demandan que se dote de iluminación al acceso peatonal a la playa y se acondicione el aparcamiento.
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