Una vecina deposita las bolsas de basura en el lugar en el que antes estaban los contenedores. C7
Las Palmas de Gran Canaria

La insalvable distancia hasta el contenedor de la basura

Vecinos de La Paterna denuncian que el traslado de los depósitos impide que mayores y personas con movilidad reducida tiren las bolsas

Javier Darriba

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 18 de mayo 2023, 22:55

La teoría cuántica afirma que la realidad es alterada siempre por el observador. En La Paterna, los metros que los contenedores de basura han sido desplazados en calles como Ruperto Chapí o Emilio Arrieta pueden parecer una distancia mínima, cuando se contempla desde la frialdad topográfica; o pueden entenderse como una brecha insalvable cuando el que tiene que tirar las bolsas de basura es un vecino o una vecina que padece dificultades de movilidad.

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«Hay personas mayores que no pueden caminar mucho, gente que va con bastón o con muletas y que, si encima tienen que llevar las bolsas, les cuesta mucho», explican algunos de los vecinos afectados, quienes reclaman que los depósitos sean devueltos a la posición en la que llevan los últimos treinta años.

José Moreno, sobre estas líneas. Las otras fotos muestran el lugar donde se deja la basura en Ruperto Chapí. C7

«Los vecinos tenemos un problema porque han rodado los contenedores unos ochocientos metros y la gente mayor no puede tirar la basura», expone Carlos García, un residente de los bloques de viviendas La Paterna desde el año 1969.

«Hay gente que está dejando las bolsas de la basura en las aceras y luego vienen los trabajadores del servicio municipal de Limpieza y las cogen una a una», explica José Moreno Suárez, otro residente de La Paterna que lleva medio siglo en el barrio.

La situación concreta de las calles Ruperto Chapí y Emilio Arrieta es que se trata de vías sin salida en las que los camiones pueden encontrar serios problemas para maniobrar en el fondo de saco para vaciar los contenedores y volver a salir. Las dificultades de maniobrabilidad que presentan se complican por los coches que se acumulan en doble fila en las calles, sobre todo a primera hora del día, que es cuando se realiza la recogida.

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Por eso, los vecinos insisten en que solucione el problema sin desplazar los contenedores. «Podrían venir a recoger la basura en otro horario, cuando hay menos coches o si no, que venga la policía y se lleve los coches que están mal aparcados.

170 metros, según el Ayuntamiento

Sin embargo, desde el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria se asegura que la distancia a la que se han colocado los contenedores es pequeña. De acuerdo a los datos del Servicio Municipal de Limpieza, en la calle Ruperto Chapí, los depósitos se desplazaron 170 metros; y en Emilio Arrieta, 94 metros. «Los camiones no podían dar la vuelta y tenían que salir marcha atrás», indicaron desde el Consistorio, «lo que es un peligro para los trabajadores y para los propios vecinos». Además, aseguran que en aquellos puntos de las calles en los que existe la posibilidad de girar, la presencia de coches lo impide. «No queda otra opción que reubicar los contenedores».

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En la calle Ruperto Chapí, los vecinos mayores siguen depositando las bolsas en el lugar en el que antes estaban los depósitos.

«Mi padre está enfermo y mi madre no puede dejarlo solo para ir hasta el final de la calle», explica otra vecina que prefiere no dar su nombre, «resulta que nos quieren poner ascensores en los edificios, pero nos quitan los contenedores». Se refiere a Ruperto Chapí. En la esquina con Federico Chueca, donde están los contenedores, hay uno que lleva dado la vuelta desde hace días por un problema en la rueda sin que lo repongan.

Los hay que se suben al coche con la bolsa de basura y cuando salen del barrio hacen una parada a la altura de los contenedores para tirar los residuos.

Los vecinos han recogido más de trescientas firmas solicitando la colocación de los depósitos en el lugar anterior.

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Se quejan también del estado de las zonas verdes. Relatan que hay árboles y palmeras que llevan sus ramas hasta las ventanas, con lo que les quitan la luz a las casas y hacen que les entren bichos. Además, lamentan que tras una denuncia vecinal, el Ayuntamiento podara una palmera que ya había sido podada por una empresa que contrataron los vecinos y que les costó 235,40 euros.

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